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Lady Di, en el Taj Mahal: 30 años del retrato de la soledad absoluta, analizada por expertos
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SOLA ANTE EL PELIGRO

Lady Di, en el Taj Mahal: 30 años del retrato de la soledad absoluta, analizada por expertos

Un 11 de febrero de 1992, la princesa se tomó esta fotografía sin su esposo, sin su sonrisa y sin esperanzas. Analizamos lo que vemos y lo que no apreciamos en esta icónica imagen

Foto: La princesa Diana, ante el Taj Mahal. (Ilustración: Pedro Fernández)
La princesa Diana, ante el Taj Mahal. (Ilustración: Pedro Fernández)

En la ciudad de Agra, a orillas del río Yamuna, se encuentra uno de las obras maestras del patrimonio de la humanidad: el impresionante Taj Mahal, que fue construido entre 1631 y 1654 por el emperador musulmán Shah Jahan en honor de su esposa, que murió en el parto de su decimocuarto hijo. Se estima que en su realización tomaron parte unos 20.000 obreros.

Tres siglos después, un 11 de febrero de 1992, una princesa de origen inglés, tez pálida y pelo rubio, se retrataba ante el impresionante palacio en una imagen que ha sido señalada como el epítome de la soledad pero también de la determinación, y se ha convertido en una de las más icónicas y repetidas de la princesa.

Para entender mejor la fuerza y significado de esta fotografía hemos pedido a Cristian Salomoni, director de IIAC (Instituto Internacional de Análisis de la Conducta), y a Duduyemi, mentora y formadora de desarrollo del poder personal y asesora en comunicación no verbal, que nos ayuden a apreciar algunos aspectos de esa poderosa fotografía de la princesa Diana que al día siguiente de su realización daba la vuelta al mundo.

Lo que vemos

Una mujer, vestida con falda y chaqueta en tonos fuertes, posa en un banco de piedra situado delante del Taj Mahal.

“Los colores fueron muy apropiados para la ocasión”, explican Cristian y Duduyemi. “El lila es un color espiritual que además comunica trascendencia y misticismo, perfecto para honrar y rendir culto al mausoleo. El lila o morado es un color muy usado por los indios; estos los utilizan para su vestimenta diaria, para decorar las calles y para impregnarse de los poderes que tanta simbología tienen para su cultura”.

“Además, quiso desentonar la parte alta de su cuerpo con el naranja, siendo este uno de los colores de la bandera de la India, y eso fue un acto de asertividad, simpatía y respeto admirable por su parte. Lo mismo que hace su sucesora Kate Middleton todas las veces que visita algún país extranjero, como ponerse el traje típico del lugar, vestir los colores de la bandera, llevar algún broche simbólico como la hoja de arce en Canadá, etc”.

placeholder Lady Di, en el Taj Mahal.
Lady Di, en el Taj Mahal.

En la fotografía, el contraste de tamaños y la ausencia de otras personas o elementos en la imagen hacen parecer a la princesa mucho más pequeña de lo que es. Recordemos que Diana medía 1,78 m: “Lady Di era una mujer de gestos que le permitían empatizar a grandes rasgos. Aunque su constitución y su altura le daban una apariencia fuerte, su mirada y sonrisa eran tiernas y comunicaban su capacidad de ser íntegra y humana. Su sensibilidad le permitía acercarse a las personas para mostrarles igualdad y respeto, que eso es lo quiso mostrar tanto en la postura que eligió cuando le hicieron la foto en el banco sentada como con las prendas que vistió”.

La imagen fue tomada por el fotógrafo Anwar Hussein, y aunque hubo muchas otras instantáneas que reflejaban la visita de la princesa al monumento, esa fue la elegida para documentar ese momento histórico. "No sabíamos si vendría. Nos hizo esperar durante mucho tiempo", explicaba el propio Anwar recientemente refiriéndose al príncipe Carlos. "Hacía mucho mucho calor allí. Parecía triste y sabía hacia dónde iría la historia", recuerda Hussein años después. “Era muy inteligente. Hubo otras fotos tomadas ese día en otro banco cuando parecía estar contemplando las cosas".

Lo que no vemos

Antes de su boda con Diana, el príncipe Carlos ya había hecho un viaje a Agra. Fue en 1980 y todavía era un apuesto soltero que la prensa del corazón calificaba de playboy. El monumento, símbolo del amor eterno de un esposo a su mujer, dejó tan impresionado al príncipe que se prometió a sí mismo, a sus amigos y familiares que llevaría a su futura esposa a contemplar esa maravilla de la arquitectura. “Fotografié a Charles allí justo antes de que se comprometiera. Entonces nos dijo: 'Me gustaría traer aquí a mi novia o futura esposa algún día", rememoraba Anwar Hussein, que fue durante años el retratista oficial de la familia real.

La promesa estaba hecha y, seguramente, si el viaje de la pareja a la India se hubiera producido unos años antes, probablemente se hubiera ejecutado. Los viajes de Diana y Carlos fuera del Reino Unido eran un acontecimiento mundial. Su presencia era seguida por un revuelo de periodistas, fotógrafos y curiosos que querían ver de cerca a uno de los iconos más importantes del siglo XX. Eran un equipo bien engrasado que seducía por donde pasaba. Pero en 1992 el escenario era otro muy distinto. A unos meses de que todo estallara por los aires, la pareja estaba más distante que nunca y Diana se sentía abandonada por su marido, por su familia y por todo lo que la rodeaba. Atrapados en un matrimonio sin amor, hartos de tener que fingir que todo iba bien, descreídos de las promesas de amor eterno.

El día de la visita al Taj Mahal, uno de los lugares más románticos del mundo, Carlos prefirió asistir a una reunión de negocios en la ciudad sureña de Bangalore dejando a Diana sola. La princesa, sabedora de que el mundo la observaba, consciente de su propia soledad, decidió posar sola, recogida, diminuta, respetuosa. “Una vez más estuvo acertada tanto en apariencia como su actitud. Esa combinación de colores tan poco convencional le permitió integrarse y estar en sintonía con el momento de una manera sencilla y humilde”.

La foto se convirtió en portada de muchos diarios. Las teorías especulativas sobre cómo Diana estaba intentando influenciar en la opinión pública, sabedora de que su matrimonio hacía aguas, se pusieron en marcha. Para muchos, Diana había elegido aparecer de esta manera como forma de devolverle a su marido el plantón. Decidió ir, en vez de esconderse. Prefirió seguir con su plan, en lugar de anularlo.

Cuando la prensa le preguntó sobre esa visita en solitario, Diana dijo: “Fue una experiencia muy sanadora”. Cuando se le pidió que explicara su respuesta, la princesa contestó: "Resuélvalo usted mismo”.

En la ciudad de Agra, a orillas del río Yamuna, se encuentra uno de las obras maestras del patrimonio de la humanidad: el impresionante Taj Mahal, que fue construido entre 1631 y 1654 por el emperador musulmán Shah Jahan en honor de su esposa, que murió en el parto de su decimocuarto hijo. Se estima que en su realización tomaron parte unos 20.000 obreros.

Kate Middleton
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