Descubrimos uno de los escondites de Urdangarin y Ainhoa Armentia en Vitoria

El pasado 20 de enero, la vida de Iñaki Urdangarin cambió para siempre. El que fuese el yerno perfecto de Juan Carlos I y perdiese su idílica imagen tras el caso Nóos y su paso por la cárcel de Brieva aparecía en la portada de la revista ‘Lecturas’ paseando con una mujer que no era la infanta Cristina. La noticia era recogida por medios nacionales e internacionales y el trabajo de investigación de los mismos sacaba a la luz el nombre de la acompañante: Ainhoa Armentia, quien se convertiría por unas semanas en la persona más buscada de España.

Casi un año después de aquel inevitable suceso, el exjugador de balonmano continúa su relación con la abogada y se encuentra en trámites de separación de la hija del emérito. Además, ha logrado llegar a una fase en la que su nuevo amor es visto por la población con normalidad y no deben esconderse, como sí hicieron en sus inicios. Sin embargo, según ha podido conocer en exclusiva Vanitatis, ambos siguen manteniendo algunos lugares secretos en los que viven momentos de intimidad lejos de las miradas y los flashes de los fotógrafos.

Varios testigos aseguran a nuestra publicación haber visto a Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia pasear por un largo camino agrícola, conocido con el nombre de camino de la Imagen, perteneciente al pequeño pueblo alavés de Zurbano, en el que residen alrededor de 150 habitantes: “Se encuentra aproximadamente a 5 kilómetros de Vitoria capital y se puede llegar a través de un desvío de la autovía, además hay un aparcamiento cerca”.

Por lo tanto, la pareja se desplazaría hasta esta ubicación en coche para poder disfrutar de algo más de privacidad. “El aparcamiento suele estar siempre vacío, pero cuando nos los hemos encontrado había un par de coches más”, aseguran nuestras fuentes. “Es normal que vayan allí en búsqueda de tranquilidad, yo también voy para desconectar un poco del ruido de Vitoria, porque no hay casi gente. Además, los pueblos que hay alrededor son de chalets y casitas bajas, es gente de bien, que no está pendiente de estas cosas ”, dice uno de ellos.

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S.T.

Sin embargo, lo que ha llamado la atención a los allí presentes no es la elección del lugar, sino la falta de concordancia de la pareja con el entorno. “Suele haber mucha gente de los pueblitos cercanos paseando con los perros pues con ropa cómoda, pero ellos van bien vestidos. Él lleva vaqueros y zapatos, y ella, una gabardina, una bufanda grande y unas zapatillas New Balance”, nos describen. “Además, no van solos”, rematan.

“Detrás de ellos, como a 50 metros o menos, van dos hombres, que tienen pinta de ser los guardaespaldas, pero vestidos de paisano también con vaqueros y zapatos. Uno con cazadora de cuero marrón y bandolera, y otro con abrigo negro”, detallan a Vanitatis. Parece que la pareja se encuentra bien protegida. “Yo iba a su espalda y los guardaespaldas se giraron varias veces para mirarme antes de que los alcanzase”, nos cuenta un testigo.

Por lo tanto, este testimonio prueba, 11 meses después de su ruptura con la infanta Cristina, que el exduque de Palma se sigue encontrando respaldado por un grupo de dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que velan por su seguridad, aunque ya no pertenezca a la Casa Real española. Un hecho también comprobado por la revista ‘Lecturas’ en su reportaje fotográfico de las vacaciones veraniegas de la pareja en la isla de Formentera.

Esa complicidad entre ambos, que pudimos ver cuando viajaron a la isla balear sin ocultarse de nadie, también es verificada por las fuentes solventes de nuestra publicación. Iñaki y Ainhoa, tal y como quisieron hacer saber durante el cumpleaños de la abogada hace un par de semanas, disfrutan libres, tranquilos y seguros de su amor. Sin embargo, aunque se les pueda ver de pintxos por el centro de la capital, también necesitan refugios en los que obtener más intimidad.

Según confirmó su entorno cercano a Vanitatis, el exjugador de balonmano se encuentra muy agradecido con su pareja, debido a la alta capacidad de sacrificio de la misma, a pesar de la presión mediática y los movimientos de la Infanta. Además, se muestra feliz y sereno con los suyos: “Está contento, tranquilo, hace bromas. En Vitoria se siente cómodo porque ya forma parte del paisaje, y nadie le busca ni le dice nada por la calle”, nos aseguraban.

Por ello, tras conseguir la libertad personal, la cual deseó durante tantos años, Iñaki Urdangarin continuará compaginando su vida familiar, marcada por su estrecha relación con sus hijos, con su nueva ilusión y motor de vida, llamada Ainhoa Armentia.