Divorcio real: la sobrina díscola que llamó a Beatriz de Holanda "borracha" se separa por segunda vez

Hace tan solo unos días se anunciaba el divorcio de la princesa Margarita, sobrina de la otrora reina Beatriz de Holanda y, por tanto, prima hermana del actual monarca, Guillermo Alejandro. Es el segundo divorcio para la hija de la princesa Irene de Holanda, hermana de Beatriz, que estaba casada con el abogado Tjalling ten Cate, con el que tiene dos hijas en común.

Con un comunicado que rezaba así: “Después de un tiempo maravilloso de más de 16 años juntos, en los que compartimos alegrías y tristezas, cada uno de nosotros ahora seguirá su propio camino”, anunciaban el fin de su matrimonio, que tuvo lugar en 2008. Añadían que “hace algún tiempo decimos juntos amistosamente separarnos. Al mismo tiempo, siempre seguiremos recorriendo un camino juntos como amigos y padres amorosos de nuestras dos hermosas hijas”.

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Es el segundo divorcio para Margarita de Borbón Parma, quien hace años protagonizara diversas polémicas en las que llegó a calificar de “borracha” a su tía la exreina Beatriz y a su primo Guillermo Alejandro de “ignorante que cree que Voltaire es una ciudad”. También tuvo palabras para Máxima, de quien aseguró que “se lleva muy mal con su suegra”.

La princesa Margarita tiene 50 años y el que era su marido, Tjalling, 47. Ambos han decidido separarse de forma conjunta y emitían un comunicado públicamente. El matrimonio se casó en 2008 y tiene dos hijas en común, Julia, de 14 años, y Paola, de 11.

Pero no es el primer matrimonio para Margarita Borbón Parma, anteriormente estuvo casada con el empresario Edwin de Roy van Zuydewijn, desde 2001 hasta 2006. Una relación muy polémica que no gustó nada a la Casa Real, que no veía con buenos ojos al que fuera el primer marido de la princesa.

Durante esa relación, la sobrina de la princesa Beatriz llegó a decir en prensa que había una campaña orquestada por la propia Casa Real contra su primer marido. Ambos se casaron en contra de la voluntad de toda su familia y, según contó entonces la hija de la princesa Irene, en su intento de impedir el matrimonio pusieron micrófonos en el domicilio del novio en busca de conversaciones comprometidas, investigando incluso su expediente de la seguridad social.

En ese momento de su vida, Margarita decidía anteponer el amor a su familia, que no veía con buenos ojos a aquel hombre cuyos negocios eran un tanto cuestionables y por ello no fue invitada a la boda del entonces príncipe heredero Guillermo con la argentina Máxima Zorreguieta. Sin embargo, aquella relación acababa y de la peor manera. Ambos se divorciaban en 2006 y la princesa Margarita trataba de rehacer la maltrecha relación con su familia.

El divorcio con su primer marido fue agotador pues se dilató en los juzgados debido a que Edwin le reclamaba miles de euros en manutención conyugal mensual. Ella supo entonces que su familia estaba herida puesto que llegó a admitir que “por supuesto que lastimé a tanta gente al quedarme con él”, aunque el tiempo ponía todo en su sitio y llegaron a entenderse. Incluso pudimos verla de nuevo públicamente con su tía la princesa Beatriz.

En esta ocasión, las cosas parecen muy diferentes, pues, según reza el comunicado, el divorcio es de mutuo acuerdo y hay una relación entre las partes. Según la prensa local, la princesa y su ya exmarido poseen una casa en Raaphorst en Wassenaar, que precisamente le compraron al rey Guillermo Alejandro en 2021. En esta propiedad poseen caballos, pues cuenta con establo hasta para seis de estos animales. Entonces pagaron, según datos del digital holandés ‘Bekendeburen’, la cifra de 300.000 euros.

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Aún no ha trascendido quién se quedará con la propiedad, si la venderán o alguno de los dos le comprará su parte al otro. Margarita Borbón Parma posee además una casa en Wassenaar, pero que está únicamente a su nombre.

En el año 2016, la princesa Margarita recibía públicamente con mucho cariño a su tía Beatriz, dejando atrás todas las polémicas de su primer matrimonio y volviendo a disfrutar de una relación tan estrecha como lo había sido décadas atrás. En los años 90 incluso la princesa había definido a la exsoberana como su “tía favorita”, y es que la que fuera reina de los Países Bajos fue su madrina de bautismo. Tras su primer divorcio volvía a asistir a eventos familiares como bautizos y bodas, además de haber estado presente en la investidura de Guillermo Alejandro y Máxima como reyes de Holanda.