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Los otros nombres que dicen ser hijos bastardos del rey Juan Carlos
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SECRETOS DESVELADOS

Los otros nombres que dicen ser hijos bastardos del rey Juan Carlos

Con la prepublicación de uno de los capítulos del libro 'King Corp.' (Libros del K.O.), se desvela uno de los mayores secretos de la Casa Real

Foto: El rey Juan Carlos, en una imagen de archivo. (EFE/Casa de S. M. el Rey/Santiago Borja)
El rey Juan Carlos, en una imagen de archivo. (EFE/Casa de S. M. el Rey/Santiago Borja)

Cuando pensábamos que, con el regreso del Rey emérito a Abu Dabi, íbamos a estar tranquilos en cuanto a los titulares que ha venido protagonizando en la última semana, salta la noticia. O mejor dicho, la bomba. El Confidencial prepublica este jueves un capítulo del libro 'King Corp.' (Libros del K.O.), de los periodistas José María Olmo y David Fernández. Un trabajo que desvela numerosos secretos del exmonarca, incluyendo una hija secreta. Pero la joven, de la que dan numerosos datos pero no la identidad completa para no poner en peligro su privacidad, no sería la única. Desde hace décadas se viene hablando de otros posibles hijos ilegítimos de don Juan Carlos, que le han traído algún que otro dolor de cabeza.

Uno de ellos es Albert Solà, quizá el más mediático, recientemente fallecido. Su recorrido por los medios de comunicación fue casi el mismo que por los juzgados, donde demandaba un reconocimiento que nunca llegó. Nunca consiguió que la justicia se pusiera de su lado en una historia que tuvo tantos defensores como detractores, ya que las pruebas que decía aportar no convencían a todos.

Albert Solà nació en Barcelona en 1956, siendo hijo de una madre soltera que enviaron a Suiza para evitar un escándalo lógico en la época. Nada más nacer, dijeron a la madre que el niño necesitaba cuidados especiales y los separaron, ya que el niño fue entregado a una familia acomodada de Ibiza para que lo criaran. Y es ahí cuando empieza una serie de acontecimientos que llevaron al barcelonés a concluir que era hijo de don Juan Carlos. La primera, y según su testimonio, "alguien les pagaba 900 pesetas cada trimestre por la lactancia".

placeholder Albert Solá, en una imagen de archivo. (Gtres)
Albert Solá, en una imagen de archivo. (Gtres)

A los siete años, fue dado en adopción a un matrimonio de agricultores, Salvador Solà y Antonia Jiménez, que le dieron sus apellidos y que consideró sus padres hasta el día de su fallecimiento, hace solo unos meses. La tranquilidad fue la tónica en su vida hasta que se fue a vivir a México, donde residen hoy en día sus dos hijas, y comenzó a investigar sobre sus orígenes para saber quiénes eran sus padres biológicos.

En 1988 visitó la Casa de Maternidad de Barcelona para pedir su expediente de adopción, un documento que le negaron, alegando que tenía que solicitarlo por vía judicial. El catalán comenzó entonces a atar los cabos de las numerosas pistas que se le habían presentado a lo largo de su vida y que no había sabido explicar, como el extenso chequeo médico al que se le sometió antes de hacer el servicio militar o vacaciones imprevistas durante ese periodo, además de unas anotaciones en su expediente de adopción, siempre según su relato, en las que se leía 'chupete verde', unas palabras que hacían referencia a los bebés con sangre real.

Años más tarde se enteró de que una belga llamada Ingrid Sartiau era su hermana, después de que los resultados de las pruebas de ADN así lo concluyeran. En 2012 ambos interpusieron una demanda de paternidad en juzgados ordinarios, que fue rechazada casi inmediatamente por la inviolabilidad que regía en ese momento sobre don Juan Carlos, al ser el jefe del Estado.

placeholder Ingrid Sartiau, en una imagen de archivo. (Gtres)
Ingrid Sartiau, en una imagen de archivo. (Gtres)

La abdicación del Rey en 2014 dio una nueva esperanza a Solà, que presentó una ampliación de la demanda que recayó en el Tribunal Supremo. Mientras que la demanda de la belga sí fue admitida a trámite, la de Albert Solà fue rechazada en enero de 2015 por no existir "principio de prueba suficiente", a pesar de los numerosos documentos y pruebas que el catalán decía tener en su poder. Semanas después, el catalán lo intentaba de nuevo y presentaba otro recurso de amparo ante el mismo tribunal, el paso previo al Tribunal de Estrasburgo.

Pero no tardó mucho más en terminar su periplo judicial, ya que ese mismo año el Tribunal Constitucional tumbaba el recurso de amparo presentado contra la sentencia del Tribunal Supremo en la que no se admitía su demanda de paternidad contra el rey Juan Carlos por no aportar una prueba de ADN. Los motivos: ocultar datos voluntariamente y contener alegaciones que carecían de soporte documental seguro. Albert Solà falleció el pasado octubre, justo antes de intervenir en el programa '¿Quién es mi padre?', que ahondaba en historias de famosos cuya paternidad no había sido reconocida.

Ingrid Sartiau

Por su parte, Ingrid Sartiau nació en Gante (Bélgica) en 1966, y allí sigue residiendo en la actualidad. Su madre le comunicó la identidad de su supuesto progenitor mientras veía la televisión. “Este hombre es tu padre, me dijo, cuando aparecían unas imágenes del Rey de España en una cadena belga”, según narraba ella misma a Vanitatis hace unos años. La joven sostiene que su madre, Liliane Sartiau, conoció al monarca en 1956, en Francia. La pareja se reencontraría en 1966, en una feria en Luxemburgo, y nueve meses más tarde nació la pequeña Ingrid.

Pese a descubrir a muy temprana edad el nombre de su supuesto padre, no empezó a indagar su ascendencia hasta años más tarde. Convencida de su relación con el monarca, buscó información sobre los Borbón. Casualmente, buceando en internet encontró a una persona en su misma situación: Albert Solà Jiménez, un hombre de Gerona que desde los años noventa intentaba demostrar su parentesco con el Rey. Ambos hicieron equipo para ese periplo por los tribunales, que acababa de igual forma para los dos, ya que el Tribunal Supremo daba carpetazo en 2015 a la demanda de paternidad que había interpuesto meses antes.

En 2014, la misma sala aceptaba la demanda, incluso para su propia sorpresa. Pero la ilusión no duraba mucho, puesto que, en marzo de 2015, el pleno de la Sala Civil del Supremo decidía no admitir a trámite la demanda, por 7 votos en contra y 3 a favor. Una decisión que dejaba sin posibilidades a la supuesta hija del monarca emérito, quien llevaba mucho tiempo intentando demostrar que es la hermana biológica de Felipe VI. Desde entonces, aunque los tribunales no le han dado la razón, sigue defendiendo su versión a través de sus redes sociales, donde en su perfil, directamente, se puede leer debajo de su nombre "El rey Juan Carlos".

Cuando pensábamos que, con el regreso del Rey emérito a Abu Dabi, íbamos a estar tranquilos en cuanto a los titulares que ha venido protagonizando en la última semana, salta la noticia. O mejor dicho, la bomba. El Confidencial prepublica este jueves un capítulo del libro 'King Corp.' (Libros del K.O.), de los periodistas José María Olmo y David Fernández. Un trabajo que desvela numerosos secretos del exmonarca, incluyendo una hija secreta. Pero la joven, de la que dan numerosos datos pero no la identidad completa para no poner en peligro su privacidad, no sería la única. Desde hace décadas se viene hablando de otros posibles hijos ilegítimos de don Juan Carlos, que le han traído algún que otro dolor de cabeza.

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