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La jugada de Casa Real para seguir dando vida a la reina Sofía, perfecta en la boda real de Jordania
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

La jugada de Casa Real para seguir dando vida a la reina Sofía, perfecta en la boda real de Jordania

La Reina emérita volvió a demostrar su buena sintonía con los miembros de la realeza, en una cita en la que, tras nueve años, brilló de nuevo como una de las protagonistas

Foto: La reina Sofía, en la recepción. (Corte Real Hachemita)
La reina Sofía, en la recepción. (Corte Real Hachemita)

Son ya pocos los actos en los que doña Sofía se puede lucir. Conciertos, reuniones... La emérita cuenta con una agenda institucional con muy poco boato; por ese motivo, verla de nuevo brillando en la boda real de Hussein y Rajwa de Jordania fue una gran alegría para muchos españoles, que siguen teniendo ese cariño por la madre de Felipe VI. No en vano, y a punto de cumplirse diez años de la abdicación de don Juan Carlos, doña Sofía sigue encabezando la lista de los miembros más queridos de la familia real española.

En el Informe Borbón elaborado por el instituto IMOP para Vanitatis en junio de 2022, doña Sofía obtenía una nota de 6, quedando en la segunda posición de los miembros mejor valorados, por detrás de su hijo, Felipe VI, y por delante de sus nietas Leonor y Sofía, doña Letizia y don Juan Carlos. Parece pues que los ciudadanos quieren seguir viendo a la que fuera su Reina durante casi tres décadas, y ella, a sus 84 años e incombustible, no tiene la menor intención de dejar de hacer la labor para la que fue educada con mano firme por su madre, la reina Federica.

placeholder La reina Sofia, junto al rey Juan Carlos I en la boda real en Jordania. (Corte Real Hachemita)
La reina Sofia, junto al rey Juan Carlos I en la boda real en Jordania. (Corte Real Hachemita)

Con don Felipe y doña Letizia con la agenda llena y en una situación política cuando menos complicada, se decidió que fueran los eméritos los representantes de la familia real española en Amán. El propio don Juan Carlos, antaño alérgico a las bodas reales, se postuló como asistente, y doña Sofía, quien mantiene una excelente relación con los jordanos -en realidad con casi todas las casas reales-, no tuvo problema en aceptar la invitación y preparar sus mejores galas para esta importante cita.

Eso sí, doña Sofía tenía muy claro cuál era el perfil que quería mostrar. Combinó a la perfección la discreción con la exquisitez, dejando que sus joyas fueran las grandes protagonistas. Para la celebración de la ceremonia nupcial, la emérita recuperaba un vestido de hace casi dos décadas. Un diseño de Valentino, en rosa palo, repleto de detalles de joyería que estrenó en 2004 en la visita de Estado del entonces presidente de Perú. Lo repetiría dos años después en un evento royal, el 60 cumpleaños del rey Carlos Gustavo de Suecia.

placeholder La reina Sofía y sus zafiros en la boda jordana. (RHC)
La reina Sofía y sus zafiros en la boda jordana. (RHC)

Mientras las otras reinas y princesas dejaron las alhajas guardadas en su joyero para sacarlas horas más tarde, en el banquete, doña Sofía ya llevó en la ceremonia tres importantes piezas. Una gargantilla de zafiros y diamantes de la que se desconoce el origen, pero a la que tiene mucho cariño y ha llevado en infinidad de ocasiones. Lucía también los pendientes a juego, que han sido usados ya algunas veces por doña Letizia.

La emérita llevaba, además, un broche del joyero galo Sterlé, de oro amarillo, con un gran zafiro de talla cabujón en el centro, y con pequeños diamantes y turquesas. Fue un regalo de Franco a Sofía de Grecia con motivo de su boda con don Juan Carlos. En 2013, un broche idéntico al lucido por la emérita salió a subasta en la casa Segre por 30.000 euros; sin embargo, nadie pujó por él y ahora se desconoce dónde se encuentra.

En el banquete posterior, doña Sofía vivió un momento muy especial, pues volvió a lucir tiara tras nueve años sin hacerlo. La última vez fue en 2014, días antes de la proclamación de Felipe VI, en una cena en el Palacio Real ofrecida en honor al entonces presidente de México. Para su 'despedida' de gala como reina titular, eligió la joya más importante de los Borbón, la tiara de la Flor de Lis, siendo ahora doña Letizia quien la porta en los grandes acontecimientos.

placeholder La reina Sofía, en la recepción. (Corte Real Hachemita)
La reina Sofía, en la recepción. (Corte Real Hachemita)

Tanto las joyas de pasar como otras tiaras que pertenecen a doña Sofía han quedado por expreso deseo de la emérita a disposición de su nuera y de la Corona, por lo que ella decidió llevar una pieza de su propiedad, que todo apunta que heredará alguna de sus dos hijas, pues es la única que, de momento, no ha sido llevado por doña Letizia. Se trata de la tiara Niarchos, uno de los regalos de boda que el armador griego Stavros Niarchos le hizo a la entonces princesa Sofía de Grecia por su boda.

En origen, se trataba de un collar largo de rubíes de Birmania y diamantes en talla brillante y talla baguette, diseñado por la joyería Van Cleef & Arpels. Aunque en sus inicios lo lució como collar, después lo dividió creando la tiara con una de las filas. Doña Sofía lucía el resto del aderezo en el cuello, pendientes a juego, así como la banda de la Orden de la Estrella, una de las más importantes de Jordania.

Aparte de sus joyas, doña Sofía se mostró encantadora en todo momento. Aunque apenas se la vio hablando con don Juan Carlos, mantuvo conversaciones con muchos de los invitados. Poco antes de que empezara la ceremonia, Máxima de Holanda incluso se giró de su silla para conversar con ella y la que fuera jequesa de Qatar. Asimismo, durante el banquete, saludó muy cariñosa a los reyes jordanos y a los novios, y cuando llegó el turno del padre de Rajwa, le preguntó si él era su progenitor, señalando a la princesa. Él hizo que sí con la cabeza y ella le dedicó unas bonitas palabras.

placeholder La reina Sofía conversando con el padre de Rajwa. (RHC)
La reina Sofía conversando con el padre de Rajwa. (RHC)

Sin duda, una cita inolvidable en la que doña Sofía ha podido volver a ejercer de Reina, con todo el boato y solemnidad que eso implica.

Son ya pocos los actos en los que doña Sofía se puede lucir. Conciertos, reuniones... La emérita cuenta con una agenda institucional con muy poco boato; por ese motivo, verla de nuevo brillando en la boda real de Hussein y Rajwa de Jordania fue una gran alegría para muchos españoles, que siguen teniendo ese cariño por la madre de Felipe VI. No en vano, y a punto de cumplirse diez años de la abdicación de don Juan Carlos, doña Sofía sigue encabezando la lista de los miembros más queridos de la familia real española.

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