Las estrictas reglas que deben seguir los príncipes de Gales en su pequeña mansión
El príncipe Guillermo y Kate Middleton residen junto a sus tres hijos en Adelaide Cottage, una 'modesta' casa de cuatro dormitorios situada en los terrenos de Windsor
El próximo mes de agosto, los príncipes de Gales cumplirán un año viviendo en su nuevo hogar, Adelaide Cottage, a donde se trasladaron junto a sus tres hijos desde el palacio de Kensington. Aunque los rumores indicaban que Carlos III pretendía desalojar a su hermano Andrés de su residencia de Royal Lodge para que Guillermo y Kate ocuparan esa mansión, de momento parece que el heredero al trono y su familia no se plantean hacer las maletas y cambiar de aires. La misma decisión que habrían tomado los reyes con respecto a su anunciada mudanza en 2027 al palacio de Buckingham.
Así pues, los últimos doce meses han cambiado la vida de los príncipes de Gales en más de un sentido. No solo han llorado la pérdida de la difunta Isabel II, sino que también han intensificado sus obligaciones reales tras recibir sus nuevos títulos y trasladarse con sus hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, a esta vivienda situada en los terrenos del castillo de Windsor, dejando atrás el bullicio de la capital.
La mudanza parece haber sido un éxito en todos los sentidos, ya que la familia numerosa se encuentra cerca del colegio de los pequeños, Lambrook, así como del castillo de Windsor y de la casa de los padres de Kate, que también viven en Berkshire. Sin embargo, parece que su nuevo hogar tiene un inconveniente, y es que no tienen libertad para hacer lo que quieran con la propiedad y deben atenerse a unas normas muy estrictas.
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Su casa, única en el mundo, está catalogada como de grado II, lo que significa que está sujeta a estrictas normas y reglamentos urbanísticos según las leyes británicas. Esto quiere decir que si quieren hacer alguna reforma en la casa, deben solicitar un permiso especial, incluso para algo aparentemente tan sencillo como cambiar una ventana.
El departamento Historic England es el que otorga a los edificios esta categoría de protección. "Un edificio está catalogado cuando tiene un interés arquitectónico o histórico especial que se considera de importancia nacional y, por tanto, digno de protección", se puede leer en sus estatutos.
Adelaide Cottage está enclavada en el corazón de la enorme finca de Windsor y muy cerca del famoso castillo. Se construyó en 1831 como retiro para la esposa de Guillermo IV, la reina Adelaida, que da nombre a la propiedad. También se sabe que era una de las casas favoritas de la reina Victoria, que desayunaba allí con frecuencia. A pesar de su aparente modestia, al menos para los estándares de la realeza, se dice que en su interior cuenta con algunos elementos impresionantes, como una chimenea greco-egipcia de mármol.
Pese a que no han trascendido fotografías del interior, se cree también que el dormitorio principal es toda una obra de arte, ya que tiene un techo abovedado decorado con delfines dorados y cuerdas hecho con material del yate real Royal George.
Otra de las pegas para Kate y Guillermo es que la casa tan solo cuenta con cuatro dormitorios, uno para la pareja y otro para cada uno de sus tres hijos. Según informa 'The Sun', la familia no cuenta en estos momentos con personal interno, lo que significa un gran cambio sobre todo para George, Charlotte y Louis, cuya niñera, la española María Borallo, solía vivir con ellos en el palacio de Kensington y en su casa de campo de Norfolk, Anmer Hall.
En los últimos años, Adelaide Cottage se había utilizado como residencia para el personal real y para amigos de la familia. Uno de sus antiguos residentes más famosos fue el gran amor de la princesa Margarita, el capitán Peter Townsend.
Townsend fue un elegante piloto de la RAF y más tarde ayudante del rey Jorge VI, además de padre casado de dos hijos. Su relación con la princesa levantó ampollas en el Reino Unido debido a la diferencia de edad de 16 años entre ambos y al hecho de que fuera un hombre divorciado. La pareja se comprometió en abril de 1953, pero su romance se vio condenado por la Ley de Matrimonios Reales de 1772. En aquella época, ningún miembro de la familia real podía casarse con una persona divorciada mientras viviera su antiguo cónyuge.
El próximo mes de agosto, los príncipes de Gales cumplirán un año viviendo en su nuevo hogar, Adelaide Cottage, a donde se trasladaron junto a sus tres hijos desde el palacio de Kensington. Aunque los rumores indicaban que Carlos III pretendía desalojar a su hermano Andrés de su residencia de Royal Lodge para que Guillermo y Kate ocuparan esa mansión, de momento parece que el heredero al trono y su familia no se plantean hacer las maletas y cambiar de aires. La misma decisión que habrían tomado los reyes con respecto a su anunciada mudanza en 2027 al palacio de Buckingham.