Flanigan, Nitos, Mia y Ola de Mar: el recorrido gastronómico de Felipe VI en Mallorca

Durante años, el restaurante Flanigan, situado en Puerto Portals, en el municipio de Calviá, era el centro de operaciones gastronómico de la familia real. Todos los veranos había varias citas en ese local cuyo propietario, Miguel Arias, era uno de los amigos íntimos de don Juan Carlos. A pesar de la distancia, el empresario sigue manteniendo una relación profunda con el Rey emérito e incluso forma parte de esos incondicionales que alguna vez han viajado a Abu Dabi para acompañar al expatriado real.

Durante las vacaciones de los Borbón-Grecia, eran habituales esas reuniones nocturnas que marcaban la aparente unidad familiar. Los Reyes eméritos, sus hijos, los sobrinos griegos y a veces la infanta Pilar con parte de su prole compartían mesa y mantel. No había reservado y desde la calle la prensa tenía acceso visual a esas cenas. No existían las vacaciones privadas, como sucede ahora. El príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina hacían vida lúdica con sus amigos sin que existiera ningún problema para visibilizar esas salidas.

Don Juan Carlos también convertía el Flanigan en su lugar de citas a mediodía, tanto con ese grupo que la prensa denominó 'la corte de Mallorca', y el general Sabino Fernández Campo, como de 'las amistades peligrosas'. El que fuera jefe de la Casa de su Majestad conocía a esos personajes, algunos de los cuales acabaron con sentencias condenatorias.

Uno de los locales de Arias, ya cerrado, fue 'Las Cuatro Estaciones', en Madrid. A este restaurante acudía don Juan Carlos con Corinna para degustar los huevos poché sobre pasta fresca y caviar de salmón, el plato estrella de la casa.

La última vez que se vio a la familia real al completo en el local de Puerto Portals fue en el verano de 2015, un año después de la proclamación de Felipe VI. A partir de esa fecha ya no hubo más reuniones multitudinarias en Flanigan. Don Juan Carlos dejó Mallorca y se fue a regatear a Sanxenxo. Se le organizo el famoso 'cordón sanitario' para diferenciar el reinado pasado y el presente.

Otros lugares

Hubo nuevos hábitos y uno de ellos consistió en reducir las vacaciones institucionales a algo más de una semana, en la que las salidas públicas de don Felipe, su mujer y sus hijas eran excepcionales. Pero no así la costumbre del Jefe del Estado de reunirse con algunos de sus amigos de toda la vida en un restaurante que no forma parte de la ruta gastronómica de estrellas Michelin.

Se trata del bar Nitos, un restaurante habitual de la parroquia local en el barrio de Gomila y donde se degusta el mejor pollo asado con patatas fritas de la isla. La característica de este bar es que solo los que conocen la excelencia de este simple menú entran. No hay reservas y la posibilidad de encontrase con Felipe VI es más fácil en Flanigan. Una de las últimas veces compartió cena con el cantautor y amigo de juventud Anglada, los hermanos Rodríguez Toubes, Domingo Manrique, Juan Luis Wood Valdivielso o Ricardo Maldonado. Por ahora la princesa de Asturias la infanta Sofía no conocen el restaurante 'low cost' de su padre.

En el nuevo circuito gastronómico del rey se encuentran Mia y Ola de Mar, en el antiguo barrio de pescadores de Portixol. Desde hace unos años esta zona, junto con Santa Catalina, se ha convertido en el centro de restauración de la isla. El sábado pasado, una vez que finalizó la entrega de premios de la Copa del Rey, el jefe del Estado, doña Letizia, las hijas, la reina Sofía, la princesa Irene y un matrimonio amigo acudieron a Mia. El propietario de este antiguo molino es el empresario y chef Guillermo Cabot. Antes también lo era de Ola de Mar, pero al separarse del socio montó Mia, que ya forma parte del circuito veraniego de los Borbón Ortiz.