Del "nunca fui nazi" a un carné de afiliación al partido de Adolf Hitler: las mentiras que salpican a la familia real holandesa

La familia real de los Países Bajos no ha escapado, como tantas otras casas reales, de tener su propia cuota de escándalos. Uno de los últimos y más mediáticos tuvo como protagonista a la entonces todavía princesa Máxima y a su padre, Jorge Zorreguieta, que fue ministro de Agricultura durante la dictadura en Argentina. La polémica se solventó entonces con el veto a su presencia en la boda de los actuales reyes del país.

Pero si hay alguien que se ha erigido en el royal mas controvertido de la historia del país es sin duda el príncipe Bernardo, cuya figura sigue siendo objeto de escrutinio pese a que falleciera en 2004. El último dato sorprendente que ha salido a la luz sobre él es la confirmación de un hecho que él negó hasta el final de sus días, pero era un secreto a voces: su afiliación al partido de Adolf Hitler. "Nunca fui nazi", declaró el royal poco antes de su muerte. "Puedo prometerlo con la mano en la Biblia", dijo firmemente en una entrevista en la que aseguró que nunca había pagado cuotas de afiliación al partido, ni estuvo en posesión de un carné.

Pero en su recién publicado libro 'Los rezagados', el exdirector de los Archivos Reales, Flip Maarschalkerweerd, aporta pruebas de la existencia del carné de miembro del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) del príncipe Bernardo en los años 30. Maarschalkerweerd recibió permiso específico del rey Guillermo Alejandro para publicar sobre lo que hallara en los archivos.

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Esto está en consonancia con la forma crítica de expresarse del monarca en los últimos años, incluso sobre su bisabuela Guillermina, de quien dijo que podría haber "desempeñado un papel diferente" para los holandeses judíos en tiempos de guerra.

Estas revelaciones sobre el esposo de la reina Juliana vienen a sumarse a escándalos pasados como el de sus hijos ilegítimos o el caso de soborno relacionado con sus gestiones para la compañía aeronáutica Lockheed. Por los servicios prestados, el príncipe se embolsó un millón de dólares que fueron directamente enviados a una cuenta suiza.

Que el príncipe mintiera todo este tiempo no sorprende al periodista Jan Tromp, que su día le entrevistó para el diario holandés 'Volkskrant'. "Se había convencido a sí mismo de que no había sido miembro. No había vuelta atrás", opina Tromp, que nunca creyó posible que la prueba documental siguiera existiendo. "Es espectacular que ahora tengamos esta prueba", asegura en declaraciones a la emisora de radio NOS.

"De repente tienes ese documento en la mano", cuenta Maarschalkerweerd en la misma entrevista sobre el momento del hallazgo. "Como historiador, mi corazón se aceleró un poco. Lo que sientes es un momento históricamente sensacional". Lo que le pareció más curioso es que la tarjeta estuviera en el archivo del príncipe, ya que había sido entregada al NSDAP en Alemania en 1937.

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N.Tiburcio

Después de la guerra, el príncipe recibió su carné desde Berlín, según descubrió Maarschalkerweerd. El carné venía con una nota que decía que Bernardo tenía derecho a tenerlo en su poder y podía hacer lo que quisiera con él. Fundado en 1920, el NSDAP tenía una ideología de nacionalismo extremo y racismo. Unos años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en 1936, el royal renunció a su afiliación. Ese año se comprometió con la princesa Juliana, abuela del rey Guillermo Alejandro. En la fiesta de compromiso, los invitados alemanes hicieron el saludo hitleriano.

El príncipe nunca destruyó el carné, lo que sorprende a Maarschalkerweerd. "Puede ser que se olvidara de que lo tenía", aventura como explicación. Aunque también está documentada su lealtad posterior a sus amigos de aquella época, que eran nazis acérrimos, y cómo incluso después de la guerra, siguió manteniendo esas amistades".

Criado en Alemania, el príncipe Bernardo sí había admitido en el pasado haber sido miembro del ala juvenil de las SS, alegando que era necesario para aprobar sus exámenes. Este confirmado pasado nazi choca de frente con su reputación de héroe de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial, cuando desde Londres se le puso al frente de la lucha contra los nazis.

Aunque la Casa Real holandesa no ha querido hacer comentarios, justo el día anterior a la publicación del libro, desde el Palacio Real se emitió un comunicado de prensa sobre la ampliación del periodo durante el cual los investigadores pueden acceder a los Archivos Reales. Inicialmente, este periodo se extendía hasta 1898, año en que ascendió al trono la reina Guillermina. Guillermo Alejandro ya lo amplió en 2014 hasta la muerte de la reina Emma, en 1934, y a partir del 1 de enero será el reinado completo de la reina Guillermina, hasta 1948. Esto incluye también los años de la guerra, sobre los que aún hay mucha incertidumbre acerca del papel de los Orange.