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La infanta Elena cumple sesenta sin novio a la vista y con Astolfi como mejor amigo
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FAMILIA REAL ESPAÑOLA

La infanta Elena cumple sesenta sin novio a la vista y con Astolfi como mejor amigo

La hermana de Felipe VI sigue manteniendo su grupo incondicional con algunos de los que fueron sus amores antes de que llegara Marichalar a su vida

Foto: La infanta Elena, en una imagen de archivo. (Europa Press/Elena Fernández)
La infanta Elena, en una imagen de archivo. (Europa Press/Elena Fernández)

El miércoles, la infanta Elena cumple sesenta años. Desde que dejó de formar parte de la familia real y pasó a ser miembro de la familia del rey, su vida dejó de tener agenda institucional.

Sus compromisos públicos se limitaron a su puesto como directora de proyectos de la Fundación Mapfre. Sin comerlo ni beberlo, las tropelías de su cuñado. Iñaki Urdangarin, al que siempre apoyó la infanta Cristina emocionalmente, la colocaron fuera del cordón sanitario impuesto por Zarzuela. Si durante años había formado parte de la tribuna de autoridades, el día 12 de octubre dejó de recibir invitación y su participación era como la de cualquier ciudadano.

Foto: La infanta Elena posando junto a Nacha la Macha. (Instagram/@nachalamacha)

A partir de su alejamiento público, las noticias relevantes iban unidas a sus viajes a Emiratos para hacer compañía al Rey emérito o a Sanxenxo por el mismo motivo. La primogénita tiene una unión muy fuerte con su padre, que fue quien le apoyó cuando tomó la determinación de divorciarse de Jaime Marichalar. Esta decisión, en cambio, no fue aplaudida por doña Sofía, que le aconsejó que aguantara y que se dedicara a una de sus aficiones preferidas, como era y sigue siendo la hípica.

placeholder El rey Juan Carlos y la infanta Elena, en Sanxenxo. (Europa Press/José Ramón)
El rey Juan Carlos y la infanta Elena, en Sanxenxo. (Europa Press/José Ramón)

En ese ambiente se encuentra feliz y tranquila. Hay nulas filtraciones y sigue manteniendo su grupo incondicional con algunos de los que fueron sus amores antes de que llegara Marichalar a su vida. Uno era Alfredo Fernández Durán, Luis Astolfi y en menor medida Cayetano Martínez de Irujo. El duque de Arjona contó en su libro 'De Cayetana a Cayetano' la historia que hasta ese momento había permanecido secreta. “La tenía muy cerca en el ambiente hípico y en tres meses me di cuenta de que no estaba preparado para salir de una celda educacional tan fuerte como la mía para meterme en una mucho mayor”. Continuaba: “Mi madre estaba encantada, era la ilusión de su vida; todo el mundo estaba encantado, menos la Nana, que me conocía bien". Incluso el Rey emérito llegó a bromear con la duquesa de Alba al decirle, en un acto público que escucharon periodistas, la frase “¡Vamos a ser familia!”.

Según Cayetano, al publicarse la noticia todo cambió. “Ahí yo me empecé a asustar. Pero, para mí, la infanta Elena era una persona super entrañable y super todo”. Y ese acercamiento parece que tenía la conformidad de los Reyes. Sobre todo, de doña Sofía, que prefería al hijo de la duquesa de Alba como futurible que a Luis Astolfi. No hubo historia futura.

placeholder La infanta Elena y Cayetano Martínez de Irujo, en una imagen de archivo. (EFE/Zipi)
La infanta Elena y Cayetano Martínez de Irujo, en una imagen de archivo. (EFE/Zipi)

Antes de la etapa Marichalar, hubo varios nombres que aparecían como futuribles en los ambientes de las familias reales. En ese listado aparecían Eduardo, el hijo pequeño de la reina Isabel, un año menor y con el que no tuvo el más mínimo contacto. Otro royal fue el archiduque Jorge de Habsburgo. Con este joven sí que hubo relación. La infanta estudiaba en París y se veían en grupo e incluso habían formado parte de viajes en grupo a Bután y Marruecos. Una temporada vivió en Madrid como estudiante de cultura árabe. También estuvo invitado por Juan Carlos para compartir jornadas de esquí en Baqueira. Parece que el muchacho, aunque poco agraciado, era simpático.

Tampoco hubo recorrido y continúan siendo buenos amigos y han coincidido en varias ocasiones en monterías organizadas en Extremadura y Castilla La Mancha. En estas zonas se encuentran la mayoría de grandes fincas de caza, entre ellas a la que también se ha descubierto que acudía el heredero de la Corona de Dinamarca, el príncipe Federico, sin Mary Donaldson, a la que no le gusta la afición de su marido.

En realidad, nunca hubo un proyecto de vida con estos caballeros. Sí en cambio con el malagueño Alfredo Santos. Cuando se conocieron, ya había terminado la carrera de arquitectura que había estudiado en Madrid. Estuvieron juntos más de un año.

placeholder Reportaje de la revista 'Tiempo'. (Tiempo)
Reportaje de la revista 'Tiempo'. (Tiempo)

El primer encuentro fue en la capital del reino, en una salida al ‘Coq’, uno de los locales de moda de entonces. Después se volvieron a ver en Sierra Nevada y en Málaga, donde vivía la familia de Alfredo. El muchacho de 28 años era un buen candidato e incluso hubo algún medio que se atrevió a publicar un seguro anuncio de compromiso.

La historia sentimental no cuajó y el joven, que se especializó en urbanismo en la Escuela Superior de Sevilla, dejó de formar parte del grupo habitual de la primogénita Borbón y de la lista de candidatos. Fue portada de la revista 'Tiempo', que tituló “El novio secreto de la infanta Elena” en marzo de 1992, con un amplio reportaje donde se informaba de la relación.

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Portada de la revista 'Tiempo'. (Tiempo)

El siguiente noviazgo fue definitivo y acabó en la boda sevillana entre la Infanta y Jaime de Marichalar.

La fecha del divorcio de Jaime de Marichalar en 2009 marcó un antes y un después en la vida amorosa de la primogénita de los Reyes eméritos. Desde esa fecha no se le ha conocido ningún romance ni tampoco tonteo más allá de su amistad profunda con Luis Astolfi, con el que suele reencontrarse en competiciones.

El que fuera jinete olímpico sí fue novio durante varios años. Nunca se hizo oficial esa relación. Elena de Borbón tenía 23 años y Astolfi 27. La primera vez que se les fotografió juntos fue en el Rocío Chico, en agosto de 1986. A partir de ese momento, los encuentros en los concursos hípicos en los que coincidían tanto en Madrid como en Sevilla o Valencia se convirtieron en habituales, igual que las salidas ajenas al ámbito estrictamente deportivo. Astolfi y la infanta aparecían en grupo para disimular lo que los hípicos confirmaban en aquellas fechas, asegurando sus amores.

Esa información oficiosa quedaba ratificada en revistas de información general como eran 'Tiempo' y 'Época'. Para la infanta había titulares del tipo “recta final de un noviazgo clandestino" o “pasiones imposibles, amores difíciles”, que reflejaban su vida amorosa con el sevillano sin confirmación de Zarzuela.

placeholder Reportaje de la revista 'Tiempo'. (Tiempo)
Reportaje de la revista 'Tiempo'. (Tiempo)

En esos años era difícil que los paparazzi pudieran reflejar con imágenes lo que sucedía entre el jinete y la amazona regia. Las fotos que se podían hacer no interesaban y para las que resultaban comprometidas estaba la seguridad, que paraba los pies a los profesionales con mayor o menor tacto. Eran los tiempos en los que se imponía la ley de “dame el carrete” y si no lo hacían, nunca más la agencia o el medio tendrían acreditación para acceder a actos institucionales.

El romance de valentía duró cuatro años. Una de las razones que se barajó para ese distanciamiento fue el miedo escénico de Astolfi al verse tan presionado por los medios e incluso por la propia infanta, que sí quería oficializar a su pareja. El jinete, sexto hijo de una familia de catorce hermanos, tenía por delante una carrera deportiva importante y no estaba preparado para el oficio de futuro yerno real. En aquel momento, se le igualó al británico Mark Phillips, que reunía unas condiciones muy parecidas y se casó con la princesa Ana, hija de Isabel II. Aunque pudiera resultar semejante, no lo era. Él lo hizo en 1990 con Isabel Flórez, una joven sevillana a la que conocía de toda la vida, con quien tuvo dos hijos: Luis y Marina. Su hijo ha seguido sus pasos deportivos.

En la actualidad, la infanta Elena mantiene su vida privada alejada de los medios. Lo único que se sabe, como adelantó en exclusiva Silvia Taulés en Vanitatis, es que su aniversario lo celebrará en el palacio de la Zarzuela (sigue siendo la casa de doña Sofía) con un almuerzo familiar al que acudirán algunos amigos de su grupo más íntimo.

El miércoles, la infanta Elena cumple sesenta años. Desde que dejó de formar parte de la familia real y pasó a ser miembro de la familia del rey, su vida dejó de tener agenda institucional.

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