Las infantas Elena y Cristina ya lucen sin complejos las piezas más valiosas de su joyero personal
Durante unos años, coincidiendo con Nóos y los problemas familiares, Elena y Cristina mantuvieron a recaudo sus joyas, que ahora pasean sin complejos
De un tiempo a esta parte hemos notado un gran cambio en el armario de las hermanas Borbón y Grecia. Las infantas Elena y Cristina lucen ya sin complejos sus prendas de lujo, pertenecientes a grandes firmas internacionales. Pero no solo eso. Las hijas de los Reyes eméritos también han rebuscado en sus joyeros en busca de valiosas piezas que lucían en el pasado y que habían desterrado tras el estallido del caso Nóos y los consiguientes problemas familiares e incluso jurídicos de su padre, el rey Juan Carlos.
Buena prueba de este nuevo ‘modus operandi’ lo encontramos en la boda real de Teodora de Grecia y Matthew Kumar, celebrado el pasado fin de semana en la catedral Metropolitana de Atenas. Mientras Irene Urdangarin sorprendió luciendo unos pendientes de la reina Sofía, siendo la primera nieta real que ja llevado una de sus joyas, su madre, la infanta Cristina apostó por los rubíes para darle un toque de contraste a su vestido azul.
La exduquesa de Palma eligió unos pendientes realizados con diamantes y rubíe.. Son de su hermana, la infanta Elena, quien las ha lucido en grandes ocasiones, como la boda de Federico y Mary de Dinamarca, en mayo de 2004.
Cristina llevaba también unos broches gemelos que pertenecieron a la reina Federica, madre de doña Sofía. Están realizados en diamantes y rubíes, y los lució a modo de brazalete, montados en una barra de oro, al igual que hizo en la boda de su primo Beltrán Gómez-Acebo. Para el funeral de su abuela paterna, la condesa de Barcelona, los llevó como broches, prendidos de la ropa.
En cuanto a la infanta Elena, y tal como cuenta Juan Rivero, experto en las joyas de la familia real española, optó por un impresionante chocker que hacía años que no llevaba. Acompañando su vestido de lunares, la primogénita de los Reyes eméritos optó por este collar con diez tiras de perlas, espaciadoras de pedrería y una pieza central con un gran rosetón envuelto por motivos florales. La primera vez que lo lució fue poco después de su boda, en 1995.
Elena llevaba también unos pendientes de diamantes de su joyero personal, así como un brazalete lleno de diamantes talla baguette en la muñeca izquierda; y en la derecha una pulsera de zafiros que cuenta también con pendientes a juego y un collar. Se desconoce el origen de estas piezas.
Pero no son solo estas las importantes joyas que las infantas han lucido últimamente. Hace unas semanas, en el funeral de su primo, Juan Gómez-Acebo, vimos a Cristina un broche que pertenece a su colección personal. Una pieza circular, con motivos florales y tres perlas que tiene una curiosa historia, tal como nos revela Juan Rivero, que demuestra la buena sintonía que existía en el pasado entre la infanta y su cuñada Letizia.
Y es que Cristina se lo prestó a la ahora Reina en su primera visita al Vaticano, recién casada con don Felipe. Doña Letizia acudió vestida de negro, con peineta y mantilla, decorada con este broche de la hermana de su marido.
Otro evento en el que las hermanas sacaron valiosas alhajas fue la boda de Victoria López-Quesada. Elena combinó su vestido de lunares de Elie Saab con un impresionante collar de oro amarillo, diamantes y un gran zafiro central rodeado por una flor.
Por su parte, Cristina llevaba unos pendientes de seis diamantes dispuestos en forma de flor y firmados por Harry Winston. Los tiene desde el año 2000. La infanta lucía, además, un collar de diamantes de doble vuelta, así como un broche de zafiros.
Queda claro que las infantas están echando últimamente mano de su joyero sin pudor, luciendo las mejores alhajas para acontecimientos importantes.
De un tiempo a esta parte hemos notado un gran cambio en el armario de las hermanas Borbón y Grecia. Las infantas Elena y Cristina lucen ya sin complejos sus prendas de lujo, pertenecientes a grandes firmas internacionales. Pero no solo eso. Las hijas de los Reyes eméritos también han rebuscado en sus joyeros en busca de valiosas piezas que lucían en el pasado y que habían desterrado tras el estallido del caso Nóos y los consiguientes problemas familiares e incluso jurídicos de su padre, el rey Juan Carlos.
Buena prueba de este nuevo ‘modus operandi’ lo encontramos en la boda real de Teodora de Grecia y Matthew Kumar, celebrado el pasado fin de semana en la catedral Metropolitana de Atenas. Mientras Irene Urdangarin sorprendió luciendo unos pendientes de la reina Sofía, siendo la primera nieta real que ja llevado una de sus joyas, su madre, la infanta Cristina apostó por los rubíes para darle un toque de contraste a su vestido azul.
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