Felipe y Matilde de Bélgica regresan a la Catedral de Santiago de Compostela con cambio de look: del abrigo fucsia de Carolina Herrera a la silla de ruedas para el príncipe Emmanuel

Ocho años después de su inicio, la familia real belga al completo finalizó esta Semana Santa el tradicional Camino de Santiago. A etapa por año, comunicaron este pasado miércoles, 16 de abril, la finalización de su último trayecto con el desembarco en la Catedral de la ciudad compostelana. Añadían un recopilatorio fotográfico de su periplo, bien equipados y vestidos adecuados para el 'trekking'. Aunque su aventura ya finalizó, su estancia no.

Por sorpresa, este pasado Jueves Santo, Felipe y Matilde de Bélgica volvieron a aparecer en la plaza del Obradoiro para acudir a la misa de la Cena del Señor, presidida por el Arzobispo, Francisco José Prieto. Fue él quien, al reconocer a Sus Majestades, les ofreció un espacio relevante en el templo, pero prefirieron declinar tal invitación para “continuar con su visita como unos turistas más”, tal y como informa ‘La Voz de Galicia’.

La pareja real fue captada a la entrada de la Catedral de Santiago, con un cambio de look. Dejando atrás la ropa deportiva, Matilde apostó por un abrigo abierto en color fucsia de línea recta con manga amplia de Carolina Herrera y conjunto de lana gris compuesto por un top con cinturón y pantalón palazzo de Natan. Asimismo, rescató el bolso de Sessùn con detalles en dorado y los pendientes Sézane también en fucsia.

Junto a ellos, se encontraban sus hijos, los príncipes Emmanuel y Leonor, quienes intentando pasar desapercibidos, obtuvieron el efecto contrario. Con motivo de la lluvia, el tercer hijo de los reyes Felipe y Matilde de Bélgica tuvo que sustituir las muletas por una silla de ruedas para acceder al templo. “Un incidente sufrido en el propio camino”; según detalló entonces el departamento de comunicación de la casa real belga. Un percance que le obligó a necesitar sostén para continuar el camino, también le impuso finalizar la etapa con un pie completamente vendado.

Por su parte, su hermana Eléonore, estuvo acompañada por alguna amiga, con quienes se divirtió escapando de la lluvia a su salida de la Catedral. Un tiempo al que hizo frente con un calzado poco apropiado, pero cómodo, ya que escogió unos mocasines de charol con pompones de Minelli. No obstante, fue llamativa también la asuencia del príncipe Gabriel, que sí que estuvo durante el Camino de Santiago.

“En un momento dado se entremezclaron entre la multitud y luego todos se sentaron en el primer banco de la nave de la plaza de la Inmaculada. Ni siquiera en la nave principal desde la que se puede contemplar la belleza de la Capilla Mayor”, explicaron desde ‘El Correo Gallego’. Una jornada en la que asistieron a la liturgia en honor a la Última Cena de Jesucristo con los doce apóstoles, observando así el tradicional lavatorio de los pies, que realizó el Arzobispo.