Si lo que se buscaba era espectacularidad la última alfombra roja de los Oscar no ha sido, ni mucho menos, la elegida para ello. A pesar de que la sobriedad ha sido la protagonista, la elegancia ha echado mano del glamour en una gala en la que el derroche de belleza y saber estar ha ido acompañada de la espectacularidad de unos vestidos y unas joyas que alcanzan cifras desorbitantes.
Lejos de los rosas pastel, el azul bebé de Lupita Nyong, los vestidos de color blanco tipo nupcial, los impresionantes escotes en V de Kate Hudson y Olga Kurylenko y los detalles péplum de las tres nominadas al Oscar como Mejor Actriz Protagonista o de Reparto -Jennifer Lawrence con un Dior, Amy Adams con un Gucci Première y Julia Robertscon un Givenchy–, el auténtico protagonista ha sido el vestido joya.
El brillo apareció desde las paillettes, pedrería y cristales de Swarovski bordados en el Armani Privé de Cate Blanchett, en el Gucci de Anne Hathaway –que simulaban una especie de coraza– y en el vestido y la capa de Atelier Versace de Kate Hudson hasta las lentejuelas del Elie Saab de Angelina Jolie.
Sin embargo, la gran joya de la noche fue el collar que lució la actriz Charlize Theron. A pesar de lo mesurado de su vestido, un Dior de color negro exento de atractivo, salvo los brillantes de los tirantes, la sudafricana hizo que todos los flashes se dirigieran hacia el espectacular diamante en forma de lágrima –diseñado por Harry Winston– que colgaba de su cuello, valorado en 11,2 millones de euros. Sin preocupación alguna por ajustarse a un presupuesto, Jennifer Lawrence lució con orgullo una gargantilla de 100 quilates de Neil Lane valorada en más de dos millones de euros.
A pesar de que muchas casas de joyería, como Chopard, no han confirmado el precio de los pendientes de rubíes y diamantes engastados en platino y en oro amarillo de Penélope Cruz, de la sortija de Cate Blanchett, ni de los relojes que lucieron el ganador del Oscar a mejor actor, Matthew McConaughey, y el nominado a mejor actor secundario, Bradley Cooper, otras, en cambio, sí han dado cifras.
Este es el caso de Tiffany & Co, que ha cedido unos pendientes, una pulsera y dos anillos, todos ellos de diamantes, a la actriz Amy Adams por valor de un millón de euros. Tres veces menos, 378.400 euros, es lo que ha llevado encima Jessica Biel por tres pulseras, un collar de diamantes y unos pendientes de aguamarina. Catherine Martin, Oscar al mejor vestuario por El Gran Gatsby, lució un precioso broche, dos anillos y una pulsera de diamantes valorados en 233.750 euros, cifra inalcanzable para la mayoría de los bolsillos y unos préstamos que bien valen un buen seguro.
