Chelsea Clinton, de gran amiga de Ivanka Trump a su enemiga pública número 1

Hay cuestiones y limitaciones contra las que no se puede luchar. Como dijo una vez Carmen Sevilla a Lolita Flores en 'Cine de barrio: Lo llevas en los gérmenes' (sic). Eso le ocurre a Chelsea Clinton, lo lleva en los genes, que es a lo que hacía referencia la entrañable artista en este 'lapsus linguae' maravilloso. La única hija del matrimonio Clinton asegura que no tiene intención de hacer carrera en la política. Por el contrario, parece inevitable que no se contradiga dentro de un tiempo y aspire a lograr algo que su madre, Hillary Clinton, tuvo al alcance de su mano: ser la primera mujer en convertirse en la presidenta de Estados Unidos.

Chelsea Clinton ni olvida ni perdona que Donald Trump privara a su madre de lograr este hito, aunque tenemos que interpretar sus críticas al actual presidente y a su hija Ivanka en clave de patriotismo (si nos fiamos de sus palabras). Vamos a entender que no es nada personal y que hubiera afirmado lo mismo (más adelante os desvelaremos el qué) aunque su madre no hubiera sido la gran derrotada de los últimos comicios estadounidenses. Sea como fuere, lo que nadie duda ya es que ha declarado la guerra a la exmodelo y, por lo que podemos inferir de sus afirmaciones, ahora examiga. Porque hasta que la lucha sin cuartel por el poder se interpuso en el camino de sus progenitores, su relación parecía muy cordial, pese a sus distintos backgrounds y pareceres.

Su amistad se remonta, al menos públicamente, a 2014. En noviembre de ese año posaban encantadas en una entrega de premios e Ivanka publicaba en sus redes sociales una frase que atribuyó a Chelsea: “La vida no es lo que te pasa, sino lo que haces con lo que te pasa”. Y añadió el hashtag #sabiaspalabras. La hija de los Clinton le devolvió el cumplido en una entrevista en febrero del año siguiente en 'Vogue': “Siempre está pendiente de todo el mundo que está a su alrededor y de que disfrute el momento. Es una cualidad que en cierta manera me recuerda a mi padre y su capacidad de hacer que aumente la diversión en una reunión”.

Declaraciones muy contundentes

Las cosas cambiaron cuando llegó la campaña electoral en la que se enfrentaron sus padres y su amistad se fue si no deteriorando, al menos enfriando. La gota que ha colmado el vaso ha sido la presencia de Ivanka en la inauguración de la nueva embajada de Estados Unidos en Jerusalén, después de que 59 manifestantes palestinos fallecieran tras ser abatidos a tiros por fuerzas de seguridad de Israel.

Chelsea, que ha concedido una reveladora entrevista a 'The Guardian', no se ha andado con paños calientes: “Ella (Ivanka) es adulta y puede tomar las decisiones por sí misma, tiene 36 años. Somos responsables de nuestras elecciones. En 2008 yo estaba muy orgullosa de apoyar a mi madre, pero no estaba de acuerdo con ella en algunas cosas. Sobre todo en su oposición al matrimonio LGTB. Nunca defendí esa posición, porque no era lo que creía correcto”.

A eso se llama disparar con bala...

¿Qué ha ocurrido entre Chelsea e Ivanka Trump que hasta ahora parecían tener bastantes cosas en común? En marzo de este mismo año ya saltaron las alarmas cuando la hija de Bill Clinton manifestaba en una entrevista en la CBS que llevaba mucho tiempo sin hablar con ella. Ahora es cuando explícitamente nos ha dado la pista definitiva de lo que imposibilita su relación de amistad: su férrea oposición a la administración Trump, a la que ataca con gran crudeza.

Por eso, se ha convertido también en objeto de ataques por algunos fans del presidente como la actriz estadounidense Roseanne Barr, quien ha recordado, con mucha mala baba, en Twitter que el padre de su marido, el exsenador Edward Mezvinsky estuvo en la cárcel entre 2001 y 2008 por declararse culpable de 31 casos de fraude, una forma de evitar que la condena fuera aún mayor. Claro que la actriz se olvidaba de un pequeño detalle, los hijos no tienen la culpa de lo que hacen sus padres, y mucho menos las nueras de los actos de sus suegros.

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Chelsea no se caracteriza por arrrugarse antre las diatribas o los ataques arbitrarios, es una mujer valiente y segura de sus convicciones. Así que es de extrañar que su cólera no tenga en Ivanka su principal objetivo, ya que la hace extensiva a todos los hijos de Donald Trump. Con excepción de su benjamín, Barron, de 12 años, a quien defendió públicamente cuando era objeto de mofas por sus bostezos en los discursos de su padre. “Con la excepción de él, todos son adultos y han decidido trabajar en esa administración”, ha declarado la hija de los Clinton, cuya fortuna personal se estima ya en 15 millones de dólares.

Habrá quien piense que hay ciertos celos profesionales de Chelsea Clinton respecto a su examiga Ivanka Trump, quien ha cobrado no solo una gran dimensión mediática, que ya tenía antes de que su padre llegara al despacho oval, sino por el protagonismo que su propio padre le ha concedido desde que es presidente. Sin embargo, parece ser que no es así, si creemos a Chelsea, que niega categóricamente que hubiera trabajado para su madre en el caso de que hubiera sido elegida presidenta. Es más, aboga por una meritocracia real y acusa a los Trump de estar ocupando puestos para los que quizás no estén cualificados. “Debería contratar a quien esté mejor cualificado. No creo que muchas de las personas que ha contratado sean las mejores para esos trabajos”.

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Chelsea, que trabaja en la actualidad para la Clinton Foundation, una organización sin ánimo de lucro, es una mujer con carácter, que coge el guante cuando se lo arrojan. Hace tan solo unos días un troll de Twitter (para los iniciados con la terminología, una persona que se crea un perfil en esta red social para incordiar o infamar a alguien), le escribió: “Pareces como si un caballo y el burro de Shrek hubieran tenido un hijo”. Podría haberle ignorado, que es una de las primeras enseñanzas que imparten en cualquier curso de 'social media', pero decidió seguir sus instintos y respondió. “¡Hola, James! Los burros son conocidos por su independencia, su inteligencia y su persistencia y los caballos por su rapidez, perceptividad y memoria. Me siento halagada por este comentario, gracias”. Ni que decir tiene que a partir de ese momento se generó todo un movimiento de adhesión hacia ella y otro simultáneo de repudia al autor de este despreciativo comentario.

Con reacciones así: ¿alguien se extraña de que Chelsea se haya enfrentado a Ivanka? De momento, esta no se ha pronunciado al respecto, pero no descartemos que la réplica se produzca en algún momento. La asesora presidencial no parece tan impulsiva como su padre con las redes sociales, pero habrá que esperar a que conceda alguna entrevista y salga la pregunta que todos estaríamos deseando hacerle: “¿Qué os ha pasado a Chelsea y a ti?”.