Cronología del caso FreeBritney: ¿cuánto lleva bajo la tutela de su padre y por qué?
La estrella del pop ha sido obligada a usar anticonceptivos y a trabajar contra su voluntad, pero por fin ha dicho basta y se enfrenta a su padre por su tutela
Con voz temblorosa por la emoción y con una actitud entre desesperada y compungida, una de las figuras más importantes de la historia musical reciente acaba de realizar una extraordinaria apuesta por su libertad. Britney Spears ha sido objeto de un acuerdo de tutela desde que sufrió una crisis nerviosa en 2007. Se trata de una orden, emitida por un juez, por la que se nombra a un tutor para que gestione los asuntos financieros y la vida diaria de alguien que se considera incapaz de cuidar de sí mismo.
Esto significó que su padre, Jamie Spears, se quedó a cargo de su fortuna de 41 millones de euros y de toda su vida. Y eso ha sido así durante los últimos 14 años. Esta madre de dos hijos que está a punto de cumplir 40 años y conquistó el mundo cuando era tan solo una adolescente con éxitos como 'Baby One More Time' y 'Toxic', ha recibido una 'asignación' de 1.500 euros a la semana para vivir.
Hasta hace poco, Britney siempre insistió en que estaba contenta con el acuerdo. Pero esta semana el mundo escuchó, en una escandalosa declaración pública de 24 minutos en el tribunal de Los Ángeles, que realmente no lo estaba. En absoluto.
Describió cómo llora a diario y pide la emancipación de lo que cree que es una forma de esclavitud legal que le dicta la terapia, la medicación e incluso los anticonceptivos, todo ello en contra de su voluntad.
Ahora que tiene una nueva pareja, Britney dice que quiere ser libre para casarse y tener un hijo. Quiere que se le permita viajar en un coche que conduzca su novio. Quiere irse de vacaciones con sus hijos sin necesidad de un terapeuta. Y, lo que es más importante, no quiere tener nada que ver con su familia ni con sus abogados, a los que califica de "ladrones y maltratadores". Solo quiere recuperar su vida, como le dijo al tribunal.
Jamie Spears, un alcohólico en recuperación de 68 años que estaba en la bancarrota antes del salto al estrellato de Britney, del que se dice está "obsesionado" con su hija, ha sido el curador de su patrimonio desde que comenzó el acuerdo en 2007. Por aquel entonces la artista, de tan solo 25 años, había solicitado el divorcio de Kevin Federline, su marido durante tres años y padre de sus dos hijos, Sean Preston y Jayden, que ahora tienen 15 y 14 años.
Mientras luchaba por la custodia de sus hijos, la salud mental de Britney empezó a verse afectada, lo que culminó con el mediático rapado de su cabeza y el ataque al coche de un fotógrafo con un paraguas. Fue internada temporalmente y ese fue el momento en que, según la cantante, permitió a su padre hacerse con las riendas de toda su vida. "El control que tenía sobre alguien tan poderoso como yo, le encantaba el control para dañar a su propia hija al 100.000 por ciento. Le encantaba".
Escabrosos detalles
Britney comparó sus condiciones de vida con las de una esclava sexual y detalló, de forma escabrosa, lo que suponía la vida bajo la tutela. "En California, lo único parecido a esto se llama tráfico sexual. Hacer trabajar a cualquier persona en contra de su voluntad, quitarle todas sus posesiones –tarjeta de crédito, dinero en efectivo, teléfono, pasaporte– y colocarla en una casa donde trabaja con las personas que viven con ella".
Añadió: "Todos vivían en la casa conmigo, las enfermeras, la seguridad 24 horas al día. Me veían cambiarme todos los días, desnuda, mañana, tarde y noche. Mi cuerpo... No tenía ningún tipo de intimidad en mi habitación".
"Mi padre y todos los implicados en esta tutela y mi administración, que desempeñaron un papel enorme en castigarme... deberían estar en la cárcel", sentenció con dureza.
Su abogado, por el contrario, dijo ayer en un comunicado que "él lamenta ver a su hija sufriendo y con tanto dolor. El señor Spears quiere mucho a su hija".
"He mentido y le he dicho a todo el mundo: 'Estoy bien y soy feliz'. Pensaba que si lo decía lo suficiente podría llegar a ser feliz, porque he estado en negación. Pero ahora te digo la verdad, ¿vale? No soy feliz", reconoció antes de asegurar que cree que su padre luchará contra ella. "Teniendo en cuenta que mi familia ha vivido de mi tutela durante 13 años, no me sorprenderá que alguno de ellos tenga algo que decir en el futuro", reveló con resignación.
¿Qué va a pasar ahora con Britney Spears?
De momento, se ha sincerado desde su cuenta de Instagram, donde ha dicho junto a una cita de Albert Einstein hace unas horas: "Pido perdón por haber fingido estar bien".
En un extenso mensaje afirma que su vida no es ni mucho menos lo perfecta que sus chispeantes posts en esta red social daban a entender. "Si has leído algo sobre mí en las noticias esta semana, obviamente, ¡ahora sabes que no lo es! Me disculpo por fingir que he estado bien los últimos dos años, lo hice por mi orgullo y me avergonzaba compartir lo que me pasó pero, honestamente, ¿quién no quiere capturar su vida en Instagram de una manera divertida? Lo creas o no, fingir que estoy bien me ha ayudado".
Ahora que Britney ha prestado su declaración pública, se recogerán pruebas de todos los demás implicados en el caso. Teniendo en cuenta la duración de su tutela y el número de personas involucradas, se espera que pasen muchos meses antes de que el tribunal tome una decisión. La cantante cumplirá 40 años en diciembre: que llegue a su siguiente década de vida como una mujer libre está de nuevo en manos de las autoridades.
Con voz temblorosa por la emoción y con una actitud entre desesperada y compungida, una de las figuras más importantes de la historia musical reciente acaba de realizar una extraordinaria apuesta por su libertad. Britney Spears ha sido objeto de un acuerdo de tutela desde que sufrió una crisis nerviosa en 2007. Se trata de una orden, emitida por un juez, por la que se nombra a un tutor para que gestione los asuntos financieros y la vida diaria de alguien que se considera incapaz de cuidar de sí mismo.