Cómo se reparte la disputada herencia del famoso chef alemán Heinz Winkler

Quizá su nombre no te suene si no estás al corriente de las noticias del mundo de la alta cocina internacional, pero el chef italiano-alemán Heinz Winkler fue el cocinero más joven de la historia en recibir tres estrellas Michelin. Lo consiguió cuando tenía tan solo 32 años.

Winkler creció como el menor de once hermanos en una familia de granjeros de montaña en Tirol del Sur. Perdió a su madre por la caída de un rayo cuando tenía tres años. Comenzó su aprendizaje entre fogones a los 14 años y pasó más adelante por varios hoteles y restaurantes en Alemania, Francia, Italia y Suiza hasta que en 1968 llegó a Múnich, donde conoció a su primera esposa, Evi.

Su gran especialidad fueron los platos de caza y llegó a recibir la Cruz Federal al Mérito de Alemania. El pasado 29 de octubre, a la edad de 73 años, Winkler fallecía víctima de un infarto. Su legado culinario sigue vivo, pero lo que realmente ha llamado la atención de los medios de su país es cómo se va a repartir su legado económico.

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Según publica el diario alemán 'Bild', el chef deja una fortuna de al menos 11 millones de euros, la mayor parte del dinero invertido en bienes inmuebles. Los principales herederos son sus hijos: Alexander, de 43 años, y Constantin, de 14. También recibirán una parte de su patrimonio sus nietos Julia y Lukas, hijos del tercer hijo de Winkler, Manfred, fallecido a los 45 años.

Según el contrato matrimonial, la tercera esposa del chef, Daniela, debería irse con las manos vacías. "Probablemente, se quede con uno de los apartamentos, por buena voluntad", dice al mencionado medio teutón Marianne Lauber, la representante de Winkler, que recientemente había cambiado su testamento. "Según la última versión se lo dejó casi todo a su segunda exmujer, Denise, confiaba en ella".

Heinz y Daniela Winkler estaban casados desde 2018, pero él se había vuelto a enamorar. Al parecer, el cocinero triestrellado quería el divorcio, ya que hacía tiempo que había encontrado la felicidad junto a Alicia, su segunda al mando en el famoso restaurante de Winkler, The Residenz.

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De forma trágica, tan solo cinco días antes de su muerte, Winkler había comprado la magnífica Villa Clementina en Corsanico (Italia). Es allí donde planeaba empezar una nueva vida junto a Alicia. Para ello pretendía vender su restaurante en el lago Chiemsee, en el que iba incluido un hotel de 5 estrellas, valorado en unos 8 millones de euros, la mitad de los cuales pertenecían a su primera esposa, Evi Winkler.

Winkler también poseía una villa en Aschau y otra en Mallorca. Así como apartamentos en Salzburgo, Tirol del Sur y otro en Palma, cerca de la catedral, cada uno de ellos valorado aproximadamente en un millón de euros. Además, se calcula que en el momento de su muerte poseía alrededor de un millón de euros en efectivo.

Lo único que Winkler no ha podido dejar en herencia son sus dos estrellas Michelin. El restaurante The Residenz, situado en el muncicipio Aschau im Chiemgau de la Alta Baviera alemana, las pierde con su muerte.