¿Quién es Bernard Arnault, el hombre más rico del mundo? Tímido, Comandante de la Legión y coleccionista de arte
El empresario francés ha destronado a Elon Musk como la persona más rica del mundo. Un trono que deja claro su éxito en los negocios, pero ¿qué hay de su vida personal?
Al hablar de las personas más ricas del mundo, suenan en nuestras cabezas nombres como Jeff Bezos, su exmujer, MacKenzie Scott, o el siempre polémico Elon Musk, padre de 9 desconocidos hijos. Sin embargo, todos ellos han sido destronados del título del más rico por un empresario menos popular fuera del mundo de los negocios.
Hablamos de Bernard Arnault, propietario del grupo empresarial LVMH (entre otros), que ha sido nombrado por la revista 'Forbes' como la persona que más patrimonio neto tiene en el mundo. Un título que pone en primera fila a este hombre de negocios francés, al que muchos llaman "el dueño silencioso del lujo". Por la discreción de su vida privada, pero el gran impacto de sus empresas de moda en todo el planeta.
Así, nos proponemos conocer más a fondo a Bernard Arnault, para saber qué y quién hay detrás de su muchos (muchísimos) millones de euros. Concretamente, se estima que 186.200 millones de dólares. Aunque supone una bajada en su patrimonio, ya que en 2021 se le valoró en 192.000 millones de dólares. Una cuenta corriente más que consolidada para un hombre con orígenes también millonarios.
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Bernard Jean Étienne Arnault nació el 5 de marzo de 1949 en Roubaix, al norte de Francia. Sus padres, Marie-Josèphe Savinel y Jean Léon Arnault, eran propietarios de una empresa de obras públicas, Ferret-Savinel. Al terminar sus estudios de Ingeniería Politécnica, y ya trabajando en la empresa familiar, convenció a sus padres para vender el negocio por 40 millones de francos en 1971, redirigiendo sus actividades hacia la promoción inmobiliaria.
Una etapa de éxito empresarial que coincidió con su felicidad sentimental, pues en 1973 se casó con su primera mujer: Anne Dewavrin. A su lado sería padre de sus dos hijos mayores, Delphine y Antoine. La familia viviría sus primeros años en Francia, aunque decidieron mudarse a Estados Unidos en 1981, tras la victoria electoral de François Mitterrand.
Allí, Bernard Arnault se centró en el desarrollo inmobiliario de Florida, aunque regresaría a Francia tres años después para redirigir una vez más sus negocios. Tras varias operaciones empresariales en la década de los 80, enmarcadas dentro de la debacle de la industria textil y del crack de la bolsa de 1987, el francés decide invertir buena parte de su fortuna en el grupo Boussac (propietario a su vez de Christian Dior).
Una decisión que vino dada por una pequeña gran señal. Durante un viaje a Nueva York, charlando con el taxista, le preguntó si conocía al presidente de Francia, el conductor le dijo que no, pero que sí sabía quién era Christian Dior, dejando una huella en su memoria sobre la importancia de esta casa de moda.
Un salto tras el que se fueron sucediendo diferentes adquisiciones de empresas relacionadas con la moda y la belleza. Terminando por ser el dueño del imperio LVMH, con más de 70 firmas como Louis Vuitton, Kenzo, Bulgari, Tiffany, Givenchy o Fendi. Además de vino y licores de alta gama como Moët & Chandon, Hennessy y Dom Pérignon; o espacios hoteleros como el mítico hotel Cipriani de Venecia y el tren Orient Express.
"La gente seguirá bebiendo Dom Pérignon"
De hecho, una de las frases más famosas del empresario hace mención a esta rama menos conocida de sus negocios, ya que siempre parece vinculado a la moda: "¿Puedes decir que dentro de 20 años la gente seguirá usando el iPhone? Tal vez no. Tal vez tendríamos un nuevo producto o algo más innovador. Lo que puedo decir hoy es que, dentro de 20 años, estoy bastante convencido de que la gente seguirá bebiendo Dom Pérignon".
Los años 80 fueron una etapa de éxito para Arnault, más allá de las noticias económicas por sus empresas. Pero el crecimiento de sus negocios, la expansión y el aumento de su fortuna no iban en consonancia con la felicidad familiar. Así, en 1990 se anunció la separación de su matrimonio con Anne Dewavrin.
Una soltería de oro, que casi podríamos decir que, literalmente, le duró muy poco. Solo un año después, su corazón volvería a estar ocupado, casándose en 1991 con la concertista de piano canadiense Hélène Mercier-Arnault. Juntos han tenido 3 hijos: Alexandre, Frédéric y Jean.
Sus 5 hijos trabajan ya en el conglomerado de empresas de LVMH junto a su padre. La mayor, Delphine, es subdirectora general de Louis Vuitton, responsable de supervisar todas las actividades de productos de la marca. Mientras, Antoine es director general de Berluti y presidente de Loro Piana, a la vez que asume el rol de responsable de imagen y medioambiente del grupo.
Por su parte, de sus hijos menores, Alexandre es el director ejecutivo de productos y comunicaciones de la joyería Tiffany; Frédéric es director ejecutivo de la firma relojes suizos Tag Heuer, y Jean es director de marketing y desarrollo para la relojería de Louis Vuitton.
Hermanos que, al menos de cara a la opinión pública, parecen llevarse de maravilla. Ya que es muy común verles a los 5 en diferentes eventos de la empresa juntos. Además de estar siempre muy bien acompañados por rostros populares que se encuentran entre sus amistades, como Nicolas Sarkozy y Carla Bruni, Natalia Vodianova (mujer de Antoine desde 2020) o Charlène de Mónaco, que ha abierto su álbum más familiar.
Arte y mecenazgo
Un empresario relacionado con el lujo que se define como tímido y con una vida bastante normal, aunque su hobby favorito no es tan habitual. Amante del arte, cuenta con una amplia colección de obras de arte de importantes artistas como Picasso o Andy Warhol. Aunque también es muy destacada su labor de mecenazgo en este ámbito. Así, ha organizado unas 12 exposiciones de arte con sus piezas en diferentes museos del mundo.
A esto hay que sumar que la fundación LVMH ha creado el Premio LVMH para jóvenes creadores. Un concurso internacional abierto a los estudiantes de Bellas Artes de todo el mundo. Vinculándose también al mundo de la música al poner en disposición de jóvenes músicos piezas históricas de su colección, como violines Stradivarius, que también podemos ver en el Palacio Real de Madrid.
Una labor filantrópica que le ha llevado a tener numerosas condecoraciones en su país, como la de Comandante de la Legión de Honor de Francia, ascendiendo a Gran Oficial de la Legión de Honor años después. Además de ser galardonado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York con el Premio David Rockefeller, siendo el primer empresario de fuera de Estados Unidos en recibirlo por su "generosidad deslumbrante y la defensa efectiva de los deberes culturales y cívicos".
Respecto a su lugar de residencia, a pesar de lo que se pudiera pensar, Bernard Arnault no vive en París, sino en Bruselas. Concretamente, en el exclusivo barrio de Uccle. Una decisión muy criticada, ya que está relacionada con la mayor flexibilidad fiscal de Bélgica, que le hizo el centro de la polémica en 2011, cuando se conoció su mudanza.
Allí disfruta de tiempo en familia, algún escándalo como su vinculación con los Papeles de Panamá junto a otros famosos, sus negocios y la vitalidad (y el tiempo) que le permite jugar 4 horas diarias al tenis. Un deporte en el que seguro aplica su famosa frase: "No estoy seguro de que ambición sea la palabra correcta. Lo que amo es ganar".
Al hablar de las personas más ricas del mundo, suenan en nuestras cabezas nombres como Jeff Bezos, su exmujer, MacKenzie Scott, o el siempre polémico Elon Musk, padre de 9 desconocidos hijos. Sin embargo, todos ellos han sido destronados del título del más rico por un empresario menos popular fuera del mundo de los negocios.