Resacosos de Taylor Swift, vamos al meollo de la mano de expertos: el secreto de su éxito
Personas vinculadas al mundo de la industria musical analizan el logro de Taylor Swift, un fenómeno global que ninguna otra artista ha generado en el presente
En el año 2004, con 14 años, una angelical adolescente de pelo rubio platino y ojos azules llamada Taylor Swift se mudó de su tierra natal, Pensilvania, a Nashville (Tennessee) con una guitarra debajo del brazo y un sueño: convertirse en estrella del country.
Cuatro años después, su segundo álbum, ‘Fearless’ (2008), era el más premiado en la historia de este estilo de música. No había hecho más que empezar una subida que parece imparable.
Hoy, a sus 34 años, Swift es la Reina absoluta del mundo del pop, cuenta con 283 millones (no es una errata) de seguidores en su cuenta oficial de Instagram, una fortuna estimada en 1300 millones de dólares y está inmersa en su gira más ambiciosa, ‘Eras Tour’, con la que, esta semana, hemos comprobado in situ, en Madrid, la locura que se genera alrededor de esta estrella y su capacidad para mover masas.
Pero vamos al meollo del asunto. Cantantes de pop con una gran maquinaria a su alrededor para impulsarlas, hay muchas. Que hayan logrado el grado de comunión tan brutal y globalizada con su público como la que ha logrado Taylor Swift, pocas o ninguna ¿Cuál es el secreto de su éxito?
Para llegar a entenderlo, hemos hablado con varios expertos, personas vinculadas al mundo de la industria musical.
Martín Pérez Lombarte es promotor musical y director de los prestigiosos festivales Milleni, Jardins de Pedralbes, Cambrils y Cap Roig. Lo primero en lo que hace hincapié es en la capacidad de la artista para lograr que su público se sienta identificada con ella porque “canta sobre sus experiencias personales”. No sólo eso. Swift conecta muy bien con su público porque, además, este “se siente muy bien atendido por ella. Aunque actúe en sitios muy grandes, la gente siente que les canta sólo a ellos. Esta es una virtud que no tienen todos los artistas y ella la tiene. A esto hay que sumar que es una artista que está vinculada a movimientos sociales, por ejemplo a favor de la lucha LGTBIQ+. Pero obviamente, esa dimensión que alcanza y la capacidad de atención y de seguimiento que tiene es porque, como artista, algo tiene. Esas cosas no se regalan”.
Óscar Claros, productor musical con más de 25 Años de experiencia en el oficio define ese “algo” de manera muy concreta: “Evidentemente, es una artista muy completa. Ella compone, canta muy bien, baila. ¿Hay gente con más talento y que canta mejor que ella? Claro que la hay. ¿Tiene tanto reconocimiento como ella? No”.
Claros da una importante relevancia a los profesionales de los que Swift se rodea y al poder de las grandes discográficas: “Ella se rodea de los mejores productores del mundo que existen ahora mismo. Su productor estrella, Jack Antonoff, hace también canciones para Pink o Lana del Rey. ¿Cómo llegas a generar lo que ella genera? Si yo supiera cómo trabajar con una artista y meter ese petardazo, sería millonario. No hay una receta como tal. Sí es cierto que si estás dentro de la mercadotecnia de la industria discográfica es mucho más fácil funcionar como funciona ella. Es más fácil llegar a ese nivel de éxito de la mano de Sony Music, o de Warner o de una discográfica potente, que tienen todos los medios para entrar en cualquier lado, que si lo hace alguien de la calle o de la mano de alguna discográfica independiente. Con los grandes suele haber pactos. Taylor Swift funciona como funciona Rosalía, entre otras cosas porque también nos repiten mil veces que son las mejores y porque escuchamos sus canciones sin cesar. De tanto repetirse, al final te lo crees. Y estos artistas que trabajan con grandes compañías tienen sus acuerdos con todo tipo de medios, con radios, con televisiones… para poder colar sus canciones en series, películas, emisoras, etc”.
Jero Rodríguez, exdirector del programa de música ‘La hora musa’ y de ‘Cachitos de hierro y cromo’ pone en valor la “sencillez” de las canciones de la cantante. “Fue al cantante de Pet Shop Boys, al primero que le escuché decir que le sorprendía que, siendo Taylor Swift tan famosa, no tuviera ningún hit mundialmente conocido, o varios hits globales, como los tiene Michael Jackson, por poner un ejemplo. A mí sí me ha resultado sorprendente este éxito tan global de ella. Nosotros tenemos a nuestros artistas, como C Tangana o Rosalía, que son muy internacionales, pero no llegan a ese nivel de popularidad tan global, tan unánime y generalizado. Tampoco creo que lo hagan estrellas como Beyoncé, Rihanna o Ed Sheeran. Creo que parte de su éxito sucede porque sus canciones son muy simples y directas. Y cuando digo “simples” no lo digo como algo negativo, lo digo en el buen sentido. Yo creo que la simplicidad es una virtud. Son canciones con melodías muy claras, cantadas por una voz bonita, muy bien adaptadas a ella. Son canciones que entran bien. Igual que mi suegra no escucharía a Beyoncé o a Rosalía, para quien yo creo que tienes que tener el oído más educado, a Taylor Swift quizás sí. Ella es fácil al oído. Al ser más simple y más sencilla, llega a más estratos de la sociedad, desde la persona de 12 años hasta la de 40. Lo hace, además, proyectando una imagen que resulta muy agradable. Es una mujer guapa, rubia, de ojos azules, que es compositora, que canta bien, que lleva un espectáculo alucinante. Todo eso entra por el oído y también por la vista de cualquier persona. Podríamos decir que es su música y su espectáculo son muy democráticos”.
Jacobo Celnik es escritor, editor, docente, periodista y autor de varios libros sobre música. Asegura que lleva observando cómo la bola de nieve de Taylor Swift se hacía cada vez más grande. “Estuve varias veces en Estados Unidos y me llamaba la atención la gran presencia de Taylor Swift en revistas, en tiendas, librerías, etc. Su figura estaba siendo cada vez más visible hasta que ya este año explotó. Yo viví la semana previa a la Superbowl y Taylor Swift estaba hasta en la sopa”.
Celnik cree que el secreto de su éxito se halla en dos aspectos: empatía y empoderamiento. “Creo que desde Bruce Springsteen no se veía un artista que conectara con una audiencia desde las emociones como lo ha hecho ella, con mensajes feministas, expresando abiertamente sus emociones y mostrando una posición fuerte frente a la industria discográfica. Se ha convertido en un modelo a seguir para su audiencia. Cuando su público acude a sus conciertos, van a una experiencia tan alucinante que hasta son capaces de llevar pañales para no tener que ir al baño durante las tres horas largas que dura el concierto con tal de no perderse una sola de las canciones. Hace lo mismo que hacía Springsteen en los 80 y 90, que convertía sus conciertos en toda una experiencia para sus seguidores. Estoy convencido que ella ha bebido mucho de Springsteen, un artista que viene desde abajo, que ha tenido que trabajar muy duro, luchar contra la industria, que ha decidido retratar muchas cuestiones de su entorno familiar y de su vida personal, el amor, el desamor. A ambos les pasa que son buenos narradores de historias. Es una artista inspiradora y que empodera a sus seguidoras y seguidores”.
Añade que “sus mensajes son siempre lecciones inspiradoras donde siempre está el “no te rindas”, el “todo se puede lograr”. Así, ha empoderado a sus fanáticos a creer que todo es posible. Es muy distinto al mensaje que transmitían artistas como Madonna”.
En cuanto a su música, Celnik confiesa que “a mí, particularmente, no me gusta. Me parece una compositora bastante normal de canciones. No veo aquí a Joan Báez o a Carole King o a Barbra Streisand. Pero ella apela al lenguaje sencillo que conecta rápido y con audiencias más jóvenes, algo que está de moda tanto en países angloparlantes como en España. No es Leonard Cohen ni Bob Dylan. Está lejos de serlo, pero hay imágenes poéticas bonitas en sus letras que conectan con públicos jóvenes y que les acerca a la poesía. Yo prefiero que el mundo esté a los pies de Taylor Swift que de Bad Bunny, que no canta, que no ofrece nada, que su mensaje es bastante denigrante y no tiene nada de positivo, como tantos otros reguetoneros. Taylos Swift sí. Prefiero que los jóvenes se desvivan por alguien como ella. Aunque yo no conecte con su música y aunque lo que ella hace a lo hayan hecho antes muchos cantantes de pop rock o country, creo que ella ha retomado esas influencias de los grandes próceres como Willie Nelson, Waylon Jennings, Johnny Cash, que usaban muy bien esa narrativa americana para conectar con un público joven. Ella lo ha hecho de manera perfecta, con un espectáculo visualmente atractivo donde ella, que es una mujer bella y que se mueve muy bien, ofrece todo un espectáculo y entretenimiento del más alto nivel”.
Celnik destaca, además, como importante, la lucha que la artista ha tenido contra las grandes discográficas: “Si en los años 70 y 80, el 50% de los artistas de rock se hubiesen plantado en contra de las exigencias de la industria discográfica, estoy seguro de que muchas historias que tuvieron éxito porque los artistas sacrificaron su arte para tenerlo, no habrían llegado donde llegaron. Taylor Swift se plantó en contra de su discográfica. Regrabó sus discos, esos que en un momento dado le habían obligado a hacer para que fueran más exitosos en términos comerciales. Ella puso las condiciones. Ese empoderamiento es importante y las discográficas lo han permitido porque, además de atraer a público, ella no deja de ser una máquina de hacer dinero”.
El crítico y locutor Fernandisco apunta, primero, al acertado cambio de estilo que la cantante realizó hace años. “Al final, las cosas de la música son fórmulas matemáticas, y en el caso de Taylor Swift lo es también. A partir de 2012 es cuando ella se da cuenta de que quiere cambiar de estilo. Lo hace hacia la música pop para alejarse del country, que es como el flamenco americano. Eligió bien el camino”.
Por otro lado, destaca el impresionante espectáculo que la rodea. “Su concierto es redondo. Quizás es el mayor espectáculo del circo pop del mundo. Sobrevalorada para mí su música. Aunque yo creo que para ella no es importante la música. Más allá de las canciones, que es lo que define a una artista, ella redondea con un gran lazo, un espectáculo como no hay otro igual en el mundo. Hay una simbiosis perfecta entre el negocio y el talento que ella tiene, que es muchísimo. La música está un tanto sobrevalorada, pero su espectáculo es imparable. La gente que ha visto su espectáculo en Madrid, no lo va a olvidar nunca”.
Por último, Fernandisco también destaca el poder de comunión de Swift con sus seguidores: “Es un detalle que es importantísimo matizar. Creo que la estimulación, a partir de 2012, que ha hecho de las comunidades que compran su música, que la siguen, que compran sus entradas, su ropa, que quieren imitarla, disfrutar de sus valores, etc., es un ejercicio que hace muy poca gente. El que lo logra, logra durante muchos años, una comunidad fiel que te lo compra todo y que te quiere sobre todo y ante todo. Ese es el secreto de Taylor Swift, unido al gran espectáculo y a la cantidad de dinero que hay detrás de él. Por último, hay otra cosa fundamental en ella: talento. Hay pocas artistas ahora mismo que sean capaces de hacer lo que ella hace”.
En el año 2004, con 14 años, una angelical adolescente de pelo rubio platino y ojos azules llamada Taylor Swift se mudó de su tierra natal, Pensilvania, a Nashville (Tennessee) con una guitarra debajo del brazo y un sueño: convertirse en estrella del country.
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