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Mushroom blonde, la coloración con la que ser rubia sin dejar de ser morena
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Tan natural como un champiñón

Mushroom blonde, la coloración con la que ser rubia sin dejar de ser morena

El mundo de la coloración capilar está tan lleno de matices que prácticamente cada persona podría adueñarse de un tinte. En la eterna búsqueda por un rubio natural, Instagram nos propone el rubio seta

Foto: Coloración mushroom blonde.
Coloración mushroom blonde.

Puede que después de una tarde de paseo por un húmedo bosque del norte, un imaginativo colorista descubriera el perfecto tono de rubio, capaz de jugar con los tonos tierra, en los blancos amarillentos que se esconden en un hongo y de ahí surgiera la coloración de moda... Con permiso de la coloración té con leche.

El mushroom blonde o rubio seta -que para qué nos vamos a engañar, suena mucho más divertido- se ha convertido en una nueva forma de describir una fusión de balayage, mechas californianas, rubio ceniza y raíz castaña que, frente a todo pronóstico, favorece y llena de luz el cabello.

Ni queda sobrecargado ni es un rubio demasiado llamativo, podría recordarnos ligeramente a otra tonalidad muy demandada en peluquerías, el rubio arena o sand hair. Al jugar con las mechas color ceniza, se consigue aportar luz al cabello pero no con tonos dorados, se trata de una coloración fría.

Cuando se trata de mantener una cabellera rubia, los estilistas saben que sus clientas quieren que se note que han estado en la peluquería, desde la raíz hasta las puntas, el color debe ser vibrante. Sin embargo, los cabellos castaños o morenos suelen buscar una transición con el color muy natural, en la que apenas se aprecie el trazo de la mecha.

Ahí está parte de la magia del mushroom blonde. El castaño, siempre claro, abarca desde la raíz hasta la mitad del cabello. Los coloristas llaman a este tipo de tinte ‘ahumado’ y es que su degradado del castaño al rubio bien podría describirse como un smokey, pero en el pelo.

El mushroom blonde se convierte en una buena forma de aclarar el cabello más oscuro e introducir mechas sin terminar luciendo un rubio total. Tiene lo bueno del castaño y lo bueno del rubio, pero sin requerir un mantenimiento muy estricto, todo depende de la altura a la que se empiece a aplicar el color. Los champús morados siempre son un buen aliado para conservar el cabello en el tono rubio deseado.

Los rubios ceniza parecen haber recobrado su popularidad después de años en los que el dorado era la mejor tonalidad para tener un escarceo con el rubio. Además de para aportar luz al cabello, el rubio ceniza siempre se ha utilizado para camuflar las canas. Es un rubio con reflejos grisáceos, de ahí su nombre, y ahí está su magia, en esa tonalidad fría que oculta la cana y aporta luz sin llamar la atención.

Puede que después de una tarde de paseo por un húmedo bosque del norte, un imaginativo colorista descubriera el perfecto tono de rubio, capaz de jugar con los tonos tierra, en los blancos amarillentos que se esconden en un hongo y de ahí surgiera la coloración de moda... Con permiso de la coloración té con leche.

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