Las pecas que van y vienen en la piel de Andrea Duro: ¿maquillaje o realidad?

Detrás de su imperturbable flequillo y de su nariz perfectamente definida, se esconde la piel de Andrea Duro. Hasta ahora, la habíamos contemplado con una finísima y natural capa de maquillaje o bien limpia y sin nada más que un poco de hidratación, pero algo en ella se había escapado de nuestro radar dermatológico… ¡Sus pecas!

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En parte gracias a actrices como Penélope Cruz, que no cubren sus pecas sino que las potencian, hemos asistido poco a poco a la liberación -por fin- de las pieles pecosas. Durante años las mujeres con pecas las maquillaban hasta hacerlas imperceptibles y lograr un acabado ‘perfecto’, como si tener pecas fuera algo malo. Un ejemplo de pecas escondidas son las de Carlota Casiraghi, cuyas motitas son casi imperceptibles durante todo el año, pero en el verano se dejan ver muy tímidamente, asomándose por encima del maquillaje.

Actrices de la época dorada de Hollywood como Marilyn Monroe o Deborah Kerr las ocultaban en sus películas tras capas y capas de maquillaje que no dejaban respirar a su piel. Por suerte, las cosas ahora son distintas y ya no solo se potencian las pecas naturales de la piel, sino que hasta se falsean con ayuda del maquillaje.

En su último post, Andrea Duro compartía una fotografía con un moño deshecho, una cat eye muy marcado, un potente rojo de labios y una piel repleta de pecas. “¿Son tus pecas naturales?”, le preguntaba uno de sus seguidores, “No, es maquillaje”, confesaba ella.

Si Andrea hubiera tenido tantísimas pecas, probablemente en algún primer plano se habrían notado aunque fuera tenuemente. En mejillas, nariz y parte superior de la frente, justo en el nacimiento del cabello, incluso en cuello y escote, allí dibujaba el maquillaje las pecas falsas de Andrea. Y es que estas son las zonas en las que suelen ser más pronunciadas, todo un acierto del maquillador.

Sin embargo, no todas las pecas en la piel de Andrea Duro son falsas. Repasando el perfil de Instagram de la actriz, además de descubrir el ya mencionado amor por las fotografías en blanco y negro, hemos descubierto que las pecas en su rostro aparecen y desaparecen, como el río Guadiana.

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Esto se debe a un doble factor. Por un lado, las pecas de Andrea son muy tenues, solo visibles a una distancia muy corta. Si a estas ligerísimas motitas, que casi todos tenemos, les sumas una capa de maquillaje, en algunas ocasiones más gruesa para lograr un acabado resistente a los focos y las cámaras de la escena, el resultado es que desaparecen.

El otro factor a tener en cuenta es que la incidencia del sol tiene mucho que ver en el florecimiento de las pecas. Cuando nos bronceamos, es normal que en el rostro surjan pecas en las zonas en las que más inciden los rayos solares, como mejillas, tabique de la nariz y frente.

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Según la AEDV (Asociación Española de Dermatología y Venereología), las pecas son efélides: “Acumulaciones de pigmento de coloración parduzca, redondeadas y no uniformes que se localizan más frecuentemente en zonas fotoexpuestas como cara, cuello y brazos en personas de piel blanca, intensificándose con la exposición solar, siendo por tanto más visibles en verano”.

Es por ello que en verano es cuando Andrea Duro más presume de pequeñas motitas de su rostro en su cuenta de Instagram, porque sus pecas ‘dormidas’ durante todo el año, se despiertan y pigmentan con los rayos del sol. Una vez la piel se renueva tras el verano, poco a poco van perdiendo su intensidad. Así que, misterio resuelto, las pecas de Andrea Duro no son como las de Emma Watson, Meghan Markle o Lindsay Lohan, pero le quedan tan bien que hasta se las maquilla para poder tenerlas todo el año.