La renovación del smokey eye y las trenzas raíz: las lecciones de la alta costura de Dior
Las miradas dramáticas que Maria Grazia Chiuri implantó en Dior se consolidan en la alta costura con un diseño mucho más difuminado y estival
Los rostros efecto cara lavada no están reñidos en 2023 con los maquillajes dramáticos. La inspiración en los estilismos de la década de los 60 se ha apoderado de las divas de la canción o de las redes sociales. Sin embargo, tanto las tendencias noventeras como las Y2K -que ponen el foco en los primeros años de la década de los 2000- también pisan fuerte.
Aquel acabado metálico y futurista con el que abrazábamos el inicio del nuevo milenio se ha apoderado ahora de los smokey eyes que Maria Grazia Chiuri ha convertido en seña de identidad de Dior. La maison francesa presentaba su apuesta de alta costura primavera-verano 2023 con un maquillaje muy dramático en el que la luz fría de las sombras plata aportaban ese toque de nocturnidad y alevosía... Pero no era el maquillaje el único elemento disruptor del estilismo beauty.
Con la clara intención de conseguir una sensación de glamour lúgubre y amparándose en las tendencias neo gothic -que ya vemos con fuerza entre la coloración o el maquillaje de labios, en parte influenciadas por el éxito de la serie ‘Miércoles’ de Netflix y su protagonista, Jenna Ortega-, el look del desfile se movía entre el estilismo de los años 20 y 30 del siglo pasado y la oscuridad de esta nueva época.
El foco del look estaba en acentuar tan solo el cabello y los ojos, para lo que la piel se mantenían con un impoluto acabado flawless: aterciopelada pero debidamente iluminada. No veíamos pómulos marcados, ni labios coloridos, tan solo se resaltaba su tono natural a través de un labial hidratante, lo más cercano posible al color de base, en este caso, la barra Rouge Dior Mitzah Collector en sus tonalidades más nude.
De este modo, las sombras metalizadas, así como la negra mate de la paleta 5 Couleurs Couture en el color 079 Black Bow, eran las encargadas de crear esta nueva mirada smokey pero luminosa. Para perfilar los ojos a lo largo de toda la línea de las pestañas, a excepción del lagrimal, la sombra de ojos negro mate, aplicada capa sobre capa para conseguir una oscuridad gradual, daba la forma ascendente al ojo. Este pigmento que puede resultar un riesgo depende de dos factores para su éxito: la difuminación y las sombras con las que se combine.
En el caso del desfile, la sombra metal oscura se aplicaba en el párpado móvil para que, al parpadear, la oscuridad se rebajase, mientras la sombra magnetita de la misma paleta se depositaba en el lagrimal, trabajándose hacia abajo, para crear un difuminadísimo triángulo invertido que ejercía el papel de potenciador de la luz, que actuaba también como un reflejo de la sombra del párpado móvil. El resultado eran unos ojos muy intensos y dramáticos en los que la almendra del ojo no mantenía esa oscuridad, sino que creaba un efecto luminoso.
Por supuesto, la genialidad de este maquillaje, a caballo entre la inspiración dosmilera que embelesa a la generación Z y el glamour de los locos años 20 y las flappers, corría a cargo del maquillador Peter Philips.
Las cejas formaban otro de los elementos básicos en el éxito del maquillaje de la mirada, pues su función era la de potenciar el dramatismo de los smokey eyes. Sin caer en las cejas finas que ya asoman como tendencia de belleza, pero sin dejar tampoco una ceja muy gruesa y natural, el maquillador optaba por un diseño recto y oscurecido con lápiz.
El regreso de los baby hairs
¿Recuerdas cuando sobre la pasarela vimos cómo los caracolillos que se forman en las sienes por el nacimiento del pelo nuevo -el denominado baby hair- se fijaban con gel? En poco tiempo, la familia Kardashian popularizó el peinado -también vimos a Victoria Federica lucirlos- y ahora nos encontramos ante su regreso, pero, sin embargo, la inspiración nos sitúa varias décadas atrás.
Los mechones del half moon de Betty Boop o aquel flequillo que el peluquero de ‘Vacaciones en Roma’ peinaba una y otra vez a Audrey Hepburn para que mantuviera la forma redondeada cobran vida de nuevo en los estilismos de la alta costura. Recordamos también los mechones rizados de las mujeres de Julio Romero de Torres, que aparecieron en la colección crucero que la maison presentó en Sevilla, siendo este el escenario idóneo para ello.
De nuevo, jugando entre la estética gótica y la inspiración de los años 20, si los mechones de las sienes eran retro, los piercing septum con los que sorprendían las modelos les daban sin duda ese toque Y2K, al que se sumaban los moñetes.
Como si del peinado de la princesa Leia se tratara, algunas de las modelos lucían recogidos en los que las castañas estaban formadas por trenzas más menudas, que daban textura al recogido. La sorpresa llegaba cuando algunas de ellas aparecían sobre la pasarela con dos moños, uno a cada lado del rostro, en un claro guiño a la estética centennial.
Si tenemos en cuenta que tanto los colores oscuros como los metalizados se apoderaban de los diseños de Maria Grazia, también se evidenciaba la monocromía, al combinar maquillaje y prendas. El negro del terciopelo se reflejaba en las sombras mate, mientras los acabados metalizados se transformaban en las sombras de ojos escarcha.
Los rostros efecto cara lavada no están reñidos en 2023 con los maquillajes dramáticos. La inspiración en los estilismos de la década de los 60 se ha apoderado de las divas de la canción o de las redes sociales. Sin embargo, tanto las tendencias noventeras como las Y2K -que ponen el foco en los primeros años de la década de los 2000- también pisan fuerte.
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