Los retoques estéticos de Athina Onassis, la única heredera de Aristóteles Onassis, que han logrado un asombroso parecido a su madre

Athina Onassis siempre ha mantenido un perfil discreto, alejada de los flashes y de los códigos estéticos más tradicionales de la élite. Sin embargo, este fin de semana la hemos visto posar en París. El escenario elegido ha sido una exclusiva velada en París: la "cena histórica" organizada por los Amigos del Centro Pompidou, en la que se congregaron cerca de 1.000 figuras internacionales del mundo del arte, la cultura y el lujo. Tal como ha compartido el propio museo en su perfil de Instagram, la heredera griega fue una de las distinguidas invitadas.

Habían pasado más de tres años desde su última aparición pública. Retirada por completo del escaparate social, Athina Onassis —hija de Christina Onassis y nieta del magnate griego que compartió matrimonio con Jackie Kennedy desde 1968 hasta su muerte en 1975— ha decidido volver a dejarse ver. Su regreso, aunque discreto, no ha pasado inadvertido.

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Juanra López

Athina reapareció en sociedad vestida con un sobrio vestido negro y una chaqueta de brillo sutil, visiblemente más delgada, posando con serenidad para las cámaras. Compartió momentos con destacadas personalidades como la cazatalentos Floriane de Saint Pierre y la coleccionista y filántropa Suzanne Deal-Booth. También se la vio junto al interiorista francés Arnaud Cabri-Wiltzer y la aristócrata española Inés de Cominges, conocida influencer residente en París y esposa del noble belga François du Chastel de la Howarderie, fundador de la firma de calzado Chatelles.

El evento, de etiqueta Black Tie con espíritu setentero, celebraba la apertura del Centro Pompidou en 1977, antes de que el recinto cierre temporalmente por reformas. Las obras comenzarán en verano de 2025 y se prolongarán hasta 2030.

La última vez que Athina fue fotografiada públicamente fue el 24 de junio de 2022, durante el Longines Paris Eiffel Jumping, donde participó como amazona. Desde entonces, ha mantenido un perfil extremadamente bajo, rehuyendo los focos que tanto incomodaban a su madre.

La única heredera de Aristóteles Onassis luce un rostro renovado que recuerda, de forma sorprendente, al de su madre, Christina Onassis. Las imágenes hablan por sí solas. En una de ellas, en blanco y negro, vemos a Christina en una gala neoyorquina en los años 70, desbordando elegancia con su abrigo de piel, su melena suelta y su sonrisa de medio lado.

En las otras, actuales, Athina aparece con la mirada más despierta, los pómulos realzados y una expresión suavizada, pero firme, muy en línea con la estética clásica que distinguió a su madre.

Más allá del inevitable componente genético, hay algo en su transformación que delata la intervención de sutiles retoques estéticos. Hablamos con expertos en medicina estética como la doctora Ana Revuelta médico estética, divulgadora científica de Merz aesthetics, farmacéutica y fundadora de Renare. La experta nos comenta que observa un tercio superior con la mirada más abierta y relajada: "Se aprecia un levantamiento leve de la cola de la ceja y una mirada más despejada. Posible uso de neuromoduladores (toxina botulínica) para suavizar la frente y elevar ligeramente la mirada, sin inmovilizar".

También observa cambios en la nariz, dice que está más equilibrada: "Si bien no ha habido un cambio radical, su nariz actual parece más estilizada y proporcionada. Esto puede deberse a una rinomodelación con ácido hialurónico, técnica no quirúrgica que suaviza pequeñas irregularidades y proyecta de forma armónica". Una de las zonas que más ha cambiado en los últimos años es la zona peribucal y labios: "lucen naturales, ligeramente más hidratados y definidos, sin sobrecorrección. Un posible uso de ácido hialurónico de baja densidad para restaurar el volumen perdido con la edad, siempre manteniendo la forma original". La parte inferior del rostro muestra una mejor definición mandibular, lo que podría indicar: "uso de hidroxiapatita cálcica (Radiesse®️) o inductores de colágeno en la zona mandibular. Y técnicas de tensado no invasivo como Ultherapy o radiofrecuencia fraccionada (Morpheus8)", explica la experta.

Analiza también la piel y luminosidad: "se muestra más tersa, uniforme y luminosa, lo que sugiere el uso de protocolos de bioestimulación con polinucleótidos o PRP. También se puede deber a la utilización de tratamientos con láser fraccionado, luz pulsada intensa (IPL) o radiofrecuencia para mejorar textura y manchas. O una probable rutina de cosmecéuticos antioxidantes y suplementos orales de colágeno o vitaminas". La Dra. Revuelta añade: "Athina Onassis refleja el nuevo paradigma de la medicina estética: resultados sutiles, personalizados y sofisticados, donde no se cambia la identidad, sino que se potencia lo mejor de cada rostro con discreción y precisión. Su transformación parece responder a un enfoque de rejuvenecimiento global y regenerativo, lejos de los excesos del pasado, y en línea con las técnicas que hoy buscan estimular, armonizar y respetar".

Los contactos de esta heredera con la medicina estética son claros y evidentes, afirma el médico estético Leo Cerrud: "Hidratación, probablemente con ácido hialurónico de bajo peso molecular, que no da volumen, pero sí jugosidad a la piel; rediseño y aumento de labios con ácido hialurónico. Rellenos fáciles e inductores de colágeno en tercio medio e inferior faciales, para dar mayor soporte a la estructura facial. También tratamiento antiojeras que probablemente conste de cosmética domiciliaria (ácido retinoico, vitamina C, vitamina K y cafeína es la combinación de mayor efectividad); y probablemente polinucleótidos infiltrados (tratamiento a partir del ADN de las gónadas de la trucha asalmonada, que aportan buena cara, más luz y disminuyen las arruguitas). Observo, además, una recuperación del óvalo facial, de la línea de la mandíbula, con medicina estética (con rellenos o inductores), es decir de manera poco invasiva, o bien con cirugía plástica. En general, creo que le ha dado prioridad a los tratamientos mínimamente invasivos para mejorar la calidad de la piel, que es la tendencia actual y la base de la medicina regenerativa.

La vida de Athina ha estado marcada por el drama desde sus inicios. Apenas tenía tres años cuando su madre, Christina Onassis, falleció repentinamente en una casa del exclusivo Tortugas Country Club, en Buenos Aires. Aunque el informe forense concluyó que la causa fue un paro cardíaco, la sombra del suicidio ha acompañado durante décadas esa tragedia.

Tras la muerte de su madre, Athina heredó una fortuna estimada en 2.500 millones de dólares y fue criada en Suiza por su padre, Thierry Roussel, y su esposa, Marianne “Gaby” Landhage. Al alcanzar la mayoría de edad, asumió el control de la mitad de su herencia.

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Poco sabemos de esta discreta, pero riquísima celebrity, aparte de que es la nieta del gran armador griego Aristóteles Onassis e hija de la eterna “pobre niña rica”, Cristina Onasis, heredera desgraciada donde las haya. Y que a la muerte de esta, ella creció con su padre, su madrastra rubia y sus hermanastros rubios y bellos como anuncios de Coca-Cola.

 

Los contactos de esta heredera con la medicina estética son claros y evidentes.

Hidratación, probablemente con ácido hialurónico de bajo peso molecular, que no da volumen, pero sí jugosidad a la piel; rediseño y aumento de labios con ácido hialurónico. Rellenos fáciles e inductores de colágeno en tercio medio e inferior faciales, para dar mayor soporte a la estructura facial.

 

Tratamiento antiojeras que probablemente conste de cosmética domiciliaria (ácido retinoico, vitamina C, vitamina K y cafeína es la combinación de mayor efectividad); y probablemente polinucleótidos infiltrados (tratamiento a partir del ADN de las gónadas de la trucha asalmonada, que aportan buena cara, más luz y disminuyen las arruguitas).

 

También observo una recuperación del óvalo facial, de la línea de la mandíbula, con medicina estética (con rellenos o inductores), es decir de manera poco invasiva, o bien con cirugía plástica. En general, creo que le ha dado prioridad a los tratamientos mínimamente invasivos para mejorar la calidad de la piel, que es la tendencia actual y la base de la medicina regenerativa.

Actualmente, vive en Valkenswaard (Países Bajos), en una lujosa propiedad con granja y establos, donde cría caballos y cultiva su pasión ecuestre lejos de la atención mediática. La ruptura con su exmarido, el jinete brasileño Álvaro "Doda" de Miranda Neto, en 2016, tras 11 años de matrimonio, marcó un antes y un después. Desde entonces, ha optado por el silencio.

Hay quien dice que los rasgos son memoria, y que al recuperar la imagen de Christina en su propio rostro, Athina Onassis no solo reescribe su estética, sino que recupera, en cierto modo, el legado emocional y simbólico de su madre.