Hablamos con Kati Lanhe, la diseñadora ucraniana que vive la guerra desde la 080 de Barcelona

Cuando Kati Lanhe acabó la carrera de Derecho Internacional Privado, trabajó en esa área 7 años. Pero no le llenaba, así que se tomó un año sabático para pensar lo que realmente le gustaría hacer. Redirigió su carrera profesional y se enfocó a la moda y al marketing, y a partir de ahí pasó por grandes empresas como Inditex o Desigual, justo antes de emprender su proyecto más personal. Uno digno, que uniera sus valores personales y que dejara huella en el mundo, así nació KM by LANGE.

Uno de tus lemas es: "Todo lo que hagas vuelve a la tierra como alimento o como veneno".

Creo que tenemos que cuestionar todo lo que estamos haciendo, la vida es cíclica y todo lo que generamos tiene sus consecuencias positivas y negativas. Esto se aplica literalmente a la moda. Ahora más que nunca entendemos que nuestro planeta tiene un plazo de caducidad, vivimos el cambio climático que se acelera año tras año, guerras, inmigración… Y como individuos tenemos que tener muy presente qué traemos a la Tierra. Por eso, soy partidaria de proyectos pequeños, sin ambiciones de crecimiento rápido, que sean nicho, éticos y sostenibles, con una base de moda circular y vintage, apoyo a los colectivos de mujeres vulnerables, rescate de artesanía, tradiciones y técnicas olvidadas. Como consumidores, opino que lo sostenible en teoría es 'no consumir', pero como suena un poco utópico, tenemos que encontrar el equilibrio entre el consumo compulsivo y el responsable. Tenemos que intentar vivir para hacer mejor nuestro futuro, no vivir para hoy, agotando todos los recursos. Profundizando más, es una cuestión de ego humano: tenemos que ser menos egoístas y pensar más en los demás…

Tu marca es "hecha a mano por mujeres para mujeres" ¿Por qué? ¿Nació así el proyecto? ¿Evolucionó?

KM by LANGE es un proyecto de mujeres sobre las mujeres. Apoyamos mucho la artesanía, las técnicas de costura antiguas, bordado y tejido a mano, plisado manual, joyería artesanal. Hacemos hasta los botones de manera totalmente manual, de cerámica o madera. Por desgracia, en el siglo XXI la figura de mujer sigue siendo muy vulnerable desde el punto de vista laboral y social. Por esta razón apoyamos mucho a la mujer; la mayoría de las mujeres de nuestros talleres son mayores de 60 años. Nos encanta hacer colaboraciones con otras artistas femeninas y elevar su trabajo, creo que es muy bonito descubrir y enseñar el talento. Es muy enriquecedor. El proyecto nació con el objetivo de apoyar la figura de mujer y siempre va a seguir este rumbo. Las nuevas generaciones no siempre conocen estas técnicas y es muy importante preservarlas y pasarlas a otras generaciones. Nuevas generaciones siempre darán un toque moderno a las tradiciones y en esto consiste la auténtica belleza.

En vuestra declaración de intenciones decís: "Protegemos y apoyamos los valores tradicionales de Ucrania y la herencia de los artesanos de sus comunidades". ¿Cómo lo hacéis en este momento?

Siempre buscamos técnicas tradicionales ucranianas para rescatarlas y aplicarlas en nuestro proyecto. Por ejemplo, en la colección 'Motanka' teníamos una blusa tradicional ucraniana 'vyshyvanka' bordada a mano con la técnica Reshilie por una mujer de 80 años; en la colección 'Danushka' aplicamos técnicas de plisado de tablas hechas de la manera manual, utilizamos tejidos de las pequeñas fábricas ucranianas que mezclan lanas con cáñamo. Esta última colección, que presentamos ahora en la 080, 'Tierra', tiene vestidos de mohair tejidos a mano, botones de cerámica hechos a medida, joyería de plata y plata bañada en oro hecha por una artista ucraniana de la manera artesanal, bolsos de madera reciclada y quemada de la zona de los Cárpatos. Rescatar las tradiciones es el ADN de nuestro proyecto y vamos a seguir haciéndolo. En estos momentos nuestros talleres se dedican hacer materiales para apoyar a los soldados ucranianos: cintas identificativas para Defensa Territorial, mochilas para la munición, chalecos antibala. KM by LANGE está apoyando esta causa económicamente y también hemos donado todos nuestros tejidos de color oliva, verde y beis para hacer las redes de camuflaje. Es nuestro deber, lo mínimo que podemos hacer.

Trabajais con restos de tejidos desechados de otras marcas. Esto imagino que evita tener stocks. ¿Pero qué pasa cuando quieres comprar algo que vemos en tu web y pone 'sold out'? ¿Repones? ¿Haces bajo petición?

Nos encanta trabajar con los 'deadstocks' y también con los tejidos vintage de los años 70. Mi abuela tenía muchos tejidos de los años 70-80. En la Unión Soviética no era tan fácil ir a la tienda y comprar diez metros de lana, por ejemplo, pero ella a través de contactos y conocidos siempre conseguía los tejidos especiales y las coleccionaba o confeccionaba los trajes para ella. Era su hobby, conseguir tejidos nobles de alta calidad. Cuando yo empecé el proyecto, mi abuela me regaló muchos y era algo muy especial para mí. Los tejidos tenían otra calidad, otro aspecto, grosor; son tejidos de otra época, de las fábricas que ya no existen. Y creo que en esto consiste el valor de las prendas, tener estas telas con historia. Te permiten crear piezas únicas y exclusivas, y también producir poco y cuando el tejido acaba diseñas otro modelo, con lo cual incluso estimulan la creatividad. A veces reponemos, pero somos partidarios de pedidos bajo demanda, podemos encontrar el tejido ideal para el cliente, hacer algo a su medida, para mí es el auténtico lujo.

¿En qué te inspiras para tus colecciones?

Siempre están inspiradas en mi tierra y en mis raíces. Esta última colección en particular está inspirada en la película muda 'Zemlia' ( 'tierra' en ucraniano), una película en blanco y negro realizada por el director de cine ucraniano Aleksandr Dovzhenko en 1930. Es una película que abarca muchos conceptos como libertad, tierra, lucha, naturaleza, figura de mujer, religión y muerte. Cada modelo de la colección tiene nombre de una ciudad o región de Ucrania. Creo que en el momento que estamos viviendo, esta colección tiene todavía más relevancia y es un instrumento más para comunicar y transmitir al mundo todo lo que está pasando. Es una oda a Ucrania y a su maravillosa gente.

¿Cuál es tu prenda fetiche de todas las que has diseñado?

No tengo ninguna prenda favorita, lo contrario. Una vez está diseñada la colección, siempre quiero diseñar algo nuevo, es un proceso constante. Las únicas prendas fetiche en mi armario son las camisas bordadas ucranianas de mi abuelo, un anillo que compró mi abuela para ella con su primer salario como médico y las prendas de mi madre de los años 90. Eso sí son auténticos tesoros para mí.

¿Cuál piensas que es el futuro de la moda?

Vivimos en la época de muchos cambios radicales: coronavirus, cambio climático, guerras e inmigración, tendencia 'genderless'. Estamos rediseñando el mundo y la moda va a ir adaptándose a los últimos acontecimientos, va a mutar. Aparte del aumento de la tendencia de sostenibilidad, habrá cambio de patrones, comportamiento del consumidor y en la demanda. Compraremos menos, pero consumiremos mejor… El fast fashion existirá, pero quizás su cuota en el mercado irá disminuyendo. Pero lo más importante es empezar el cambio desde uno mismo… Al fin y al cabo estamos todos en el mismo barco.

¿Cómo una marca como la tuya da el salto internacional?

La marca en sí es más internacional que local por la demanda de nuestros diseños. El salto se hace con el aumento de notoriedad de la marca en otros mercados. Es un proceso complejo, pero es un reto que nos motiva mucho.

¿Qué podemos hacer desde España para ayudar a tu pueblo?

Ahora mismo hay mucha gente en España que quiere ayudar y este movimiento solidario es increíble, da muchas esperanzas a la humanidad. Creo que cada uno debe apoyar al pueblo ucraniano con las herramientas y posibilidades que tiene: periodistas con su voz, diseñadores mediante la moda, y casi todos pueden ir a las manifestaciones, donar o acoger a los ucranianos. Hay muchas maneras de ayudar y cada uno debe elegir la manera más cómoda para él. Lo que no podemos hacer es quedarnos callados. Silencio es tolerancia y tolerancia es estar de acuerdo…

Balenciaga traslada el viaje de los refugiados a la alta costura

Álvaro Rey

Desde KM by LANGE, la primera semana después de la guerra hemos lanzado una camiseta solidaria y todos los fondos recaudados de la venta de esta camiseta van a la ayuda humanitaria para las víctimas de guerra. Ya hemos enviado la primera ayuda a Ucrania.

La 080 presenta tu nueva colección en un fashion film, demostrando que no es una pasarela al uso, que se sale de toda norma, que más allá de los desfiles está el mensaje, que la estética es importante, pero más qué va a ser de la moda en el futuro. ¿Cómo va a formar parte de él? ¿De una forma responsable? ¿Cómo va a dejar su huella? Este discurso se ha visto materializado en la performance 'Zemlia', una oda a la tierra ucraniana.

Nos hemos unido varias mujeres artistas para apoyar esta causa. La presentación empezará con el verso de un poeta ucraniano, Sehiy Zhadan. María Baños, violinista y cofundadora de Muses of Now, ha compuesto una obra inspirada en Ucrania y en el momento tan duro que está viviendo ahora. Corrie Bain, la famosa ceramista del Reino Unido afincada en Barcelona, ha creado en vivo sus obras de barro utilizando una técnica norcoreana al pintarlas para representar el concepto tierra. La pasarela ha abierto con una modelo ucraniana de Kiev, Samy, y la ha cerrado otra modelo de Chernígov, Tanya Ruban, con su pequeña hija Maya.

Anouk Nitsche y Bela Adler han sido las fotógrafas que han documentado el evento. Un proyecto multidisciplinar femenino que se rematará probablemente en una subasta de obras de arte de todas estas artistas para recaudar más fondos para apoyar a las víctimas de guerra en Ucrania.

El mensaje de la moda más allá de las prendas, el mensaje de la 080.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí