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Ni sol ni playa: nos sumergimos en el otro paraíso de Tenerife, el científico
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Ni sol ni playa: nos sumergimos en el otro paraíso de Tenerife, el científico

Asociado al turismo costero, Tenerife es también un referente científico mundial que ahora quiere darse a conocer a través de lujosas experiencias guiadas por afamados investigadores

Foto: Litoral desde el Jardín de la Palapa, otro alojamiento boutique adscrito a BeTenerife. (Cortesía)
Litoral desde el Jardín de la Palapa, otro alojamiento boutique adscrito a BeTenerife. (Cortesía)

Tenerife, como la gran mayoría de destinos vacacionales españoles desde que estalló el boom del turismo en nuestro país, ha aprovechado sus temperaturas subtropicales, sus horas de sol y sus kilómetros de litoral atlántico para posicionarse como un paraíso disponible los 365 días del año. El sur de la isla, el área climática más apta en este sentido, se llenó de conceptos hoteleros al estilo de esos grandes resorts que —con mayor o menor acierto— poblaron y siguen poblando la costa y atrayendo a aquellos que huyen del frío y buscan unos días de desconexión.

Porque Tenerife también es un paraíso científico. Lo es fundamentalmente en tres disciplinas que ahora quieren dar a conocer no solo a la comunidad profesional que ya las estudia y admira, sino a otro tipo de turista, uno ávido de explorar de otra manera la joya natural que es este lugar y hacerlo de la forma más exclusiva: desde dentro.

Vulcanología, biología marina y astrofísica se imponen ahora como experiencias únicas —guiadas por autoridades en la materia— en colaboración con unos inolvidables alojamientos boutique apartados del modus operandi de las grandes cadenas hoteleras. Tras el diseño de este otro tipo de viaje nos encontramos con BeTenerife, empresa creada por el tinerfeño Alberto del Hoyo y su pareja, la asturiana Silvia Rodríguez. Ambos abandonaron el fragor de la gran ciudad con el objetivo de fomentar ese otro tipo de turismo que la región merece.

Una hacienda familiar del siglo XVII

Es el punto de partida y descanso en esta interesante ruta y lo que atrajo de vuelta a casa a Alberto del Hoyo. La Hacienda de las Cuatro Ventanas, en la costa norte más virgen, fue renovada íntegramente por él convirtiéndose en la primera de una mimada selección de hoteles que destila encanto a raudales. Seis pequeñas villas (la palabra ‘habitación’ se queda muy corta) componen esta hacienda que, al tiempo, es un mirador enclavado en una impresionante porción de paisaje. Las villas se conectan a través de un exuberante jardín tropical que concluye en una piscina infinita de postal. Repletos de piezas históricas y manteniendo sus materiales de construcción originales, protagonizados por la madera de suelo y altos techos, cada ‘cuarto’ tiene un cuidado estilo propio. El coqueto desayuno, preparado y servido individualmente cada mañana con fruta, repostería y especialidades locales, es el inicio perfecto para arrancar unas didácticas jornadas de exploración.

placeholder Villa San Andrés, en honor al marqués que fue primer propietario. (Hacienda de las Cuatro Ventanas)
Villa San Andrés, en honor al marqués que fue primer propietario. (Hacienda de las Cuatro Ventanas)

El primer lugar Patrimonio Mundial de Ballenas de Europa

Una población residente de calderones tropicales sin igual en el mundo —hablamos de unos 200 ejemplares— habita en un área marina relativamente cercana a la costa de la que no mucha gente tiene noticia. Paso fundamental de las rutas migratorias de estos animales, verlos es un espectáculo que ahora puede disfrutarse desde el interés real y la responsabilidad, lejos de las masas. Un fantástico barco híbrido y autosuficiente lleva a los viajeros desde el Puerto de los Gigantes hasta el estrecho frente a La Gomera. Todo un lujo. Un equipo de biólogos marinos guía y ayuda a ubicar e identificar las diferentes especies y relata su trabajo con ellas, haciendo a los clientes partícipes de lo que sería una jornada laboral casi real siguiendo a calderones de aleta corta y delfines mulares en una travesía diseñada a medida que puede incluir excelentes aperitivos y vinos.

placeholder Cetáceos en aguas de Tenerife. (Cabildo de Tenerife)
Cetáceos en aguas de Tenerife. (Cabildo de Tenerife)

El Teide, como nunca antes

Ya en tierra, donde disfrutaremos de sucesivos y encantadores atardeceres entre catas de vino y relevantes paradas gastronómicas, llega el momento de conquistar nuestro volcán de volcanes, el Teide, y otros relieves del archipiélago. Visitarlos con un vulcanólogo de renombre, acercarse al tristemente famoso Cumbre Vieja de La Palma, o la isla de El Hierro con sus cevas y riscos resultantes de las potentes erupciones históricas, es otro lujo que permite empaparse de las principales líneas de investigación en la materia que a día de hoy siguen desarrollándose aquí.

placeholder La cima del Teide. (Cortesía)
La cima del Teide. (Cortesía)

Privilegiada ventana al espacio

Y desde la cima del Teide, otra vivencia mágica. Su observatorio, perteneciente al Instituto de Astrofísica de Canarias, está considerado uno de los más importantes del planeta. Referente global en la observación del sol y el estudio de su estructura interna, aquí se encuentra también el primer telescopio de infrarrojos fabricado íntegramente en España. La experiencia que propone BeTenerife va mucho más allá de una mera visita. Un picnic al atardecer y, tras él, una noche de observación para el recuerdo. Las enormes cúpulas del telescopio se abren y todo se pone en marcha para registrar las imágenes, en tiempo real, para el proyecto en curso. Un astrofísico acompaña en esta especialísima velada descubriendo enigmas y haciendo patente la complejidad del universo y sus secretos.

placeholder El observatorio, el espacio y sus misterios. (IAC)
El observatorio, el espacio y sus misterios. (IAC)

Conocer la rutina de estos científicos y desayunar con ellos al amanecer no tiene precio, como no lo tiene ninguno de los otros planes alternativos. O no lo tenía, hasta ahora. El lujo, no obstante, está claro que va más allá de cifras y de vacaciones ostentosas. El lujo, en este caso, es poder vivir Tenerife mano a mano con sus héroes, estos investigadores que la han colocado en punto de mira imprescindible de la ciencia.

Tenerife, como la gran mayoría de destinos vacacionales españoles desde que estalló el boom del turismo en nuestro país, ha aprovechado sus temperaturas subtropicales, sus horas de sol y sus kilómetros de litoral atlántico para posicionarse como un paraíso disponible los 365 días del año. El sur de la isla, el área climática más apta en este sentido, se llenó de conceptos hoteleros al estilo de esos grandes resorts que —con mayor o menor acierto— poblaron y siguen poblando la costa y atrayendo a aquellos que huyen del frío y buscan unos días de desconexión.

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