Ana Roquero o el arte de crear vajillas divinas, sostenibles y maravillosamente sensuales

Cuando lo cotidiano se vuelve divino y lo funcional pasea de la mano de lo sublime, se cumplen dos objetivos: deleitar y solucionar. Estamos hechos para disfrutar de la belleza, de las formas, los colores, olores, sonidos y texturas que nos ofrecen los objetos, aunque solemos separar el goce de lo mundano, sin pararnos a pensar que el verdadero paraíso está en el crisol de ambos.

Menos mal que algunos genios son capaces de verlo y ponen a disposición de cualquiera este matrimonio tan necesario en tiempos de hiperproducción en serie. Ana Roquero, nuestra protagonista, tuvo buen ojo hace ya más de una década para detectar que el auge gastronómico que estaba teniendo lugar en España debía ir acompañado por toda una revolución en su puesta en escena, y fue así como se convirtió en la favorita de los grandes —Martín Berasategui, Arzak, Etxanobe— para vestir sus mesas.

Roquero es una diseñadora industrial nata con grandes dotes de artesana que jamás desatiende la funcionalidad de sus creaciones. Sus vajillas son tan sensuales que al verlas y tocarlas te recorre una emoción eléctrica de pies a cabeza. Hablamos allá con la flamante ganadora en los Premios Escala de Interiorismo a la innovación y el compromiso con la sostenibilidad por su colección de desechables (sí, esa misma que utiliza Dabiz Muñoz en su take away).

Así empezó todo

“Hace 10 años, gracias a la aportación de la cocina de Ferran Adrià, vivimos un momento de auge creativo en la gastronomía española. En aquel instante, Thibault Paoulou y yo creamos Cookplay después de reflexionar acerca de cómo era posible que tuviéramos un nivel tan alto de creatividad en la cocina, pero en casa siguiéramos comiendo un primero, un segundo y un postre. Nos dimos cuenta de que comer en familia empezaba a desestructurarse, la gente come sola en casa, aparece la comida funcional que se adapta mejor a un solo recipiente y se introduce la comida fusión. Asistimos a los primeros cambios de toda una revolución”.

"Hoy día vivimos en una dicotomía, nos alimentamos de comida take away y vamos a restaurantes Michelin"

"Cookplay nace para responder a todos estos cambios de hábitos, aportando un diseño funcional con nuevos materiales y queriendo llegar con sensibilidad y calidad al público más innovador. Todo ello con la intención de renovar las mesas convencionales, con un menaje de diseño contemporáneo”.

Principales obstáculos

“Fundamos Cookplay como Thibault Paoulou como economista y experto en vigilancia competitiva, y yo como diseñadora industrial y experta en proyectos globales de diseño. Un buen tándem de principio, que tuvo que ampliar sus recursos en la función de las nuevas necesidades, con socios capitalistas que nos dieron el pulmón financiero, administrativos, comerciales, jefes de compra, logística… Quizá lo más difícil es formar un equipo, además me parece fundamental la buena selección de las personas para el éxito de un proyecto”.

Tus errores

“Se cometen muchos errores cuando estás innovando en un sector tan tradicional como ha sido la hostelería, más aún si era algo totalmente nuevo para nosotros. Tanto en las primeras etapas como a lo largo de los años, lo más importante es reaccionar a tiempo y saber corregir si te has equivocado, tomar un nuevo rumbo, y para eso es muy importante contar con un buen equipo, consensuar y poner en común las ideas. Cookplay es un proyecto de equipo, muy familiar; de hecho, forman parte mis hijos y personas muy allegadas a mí. Lo sentimos como propio, somos como una roca ante las dificultades”.

Tus aciertos

“Como veis, soy una defensora de los equipos que ofrecen una visión global y equilibrada, pero nunca dejo de escuchar a mi intuición, la cual proviene de una metodología de diseño desde hace muchos años, donde me pregunto por qué algo es así y por qué no se puede cambiar, mejorar, evolucionar. Mi carácter crítico es la base de tantos diseños que, al principio, resultan rompedores, pero que al final acabas queriendo porque son una mezcla de funcionalidad y sensibilidad”.

Una anécdota

“Los primeros años fueron difíciles, económicamente hablando, pero tuvimos muchos premios de diseño y de empresa, que nos daban ese empujón tan necesario. Recogiendo un premio en Hostelco al mejor producto innovador, me acordé de una frase que me decían mis socios capitalistas: 'Ana, deja ya de ganar premios y ponte a facturar". (Risas). “Así que la mencioné en el escenario provocando la risa de todos. Hay que ser paciente, al principio, construir la base que va a definir tu marca y que va a ser tu diferenciación para siempre. El comienzo es lo que define a tu marca”.

La clave de tu éxito

“La idea de diseñar vajillas innovadoras, bien con materiales sostenibles como la caña de azúcar, o bien con materiales de calidad como la porcelana, para los nuevos conceptos culinarios. Esta idea es la base de nuestro éxito”.

Tu día empieza con…

“Cuando no estoy viajando —que suele ser a menudo—, trato de disfrutar de mi casa. Me levanto pronto para desayunar sin prisa, puedo ojear una revista o ver los últimos mails, y estar un ratito con mis gatas".

Y acaba con…

“No tengo ninguna rutina al acabar el día. Me gusta cambiar de planes, conocer sitios y restaurantes nuevos, sobre todo si viajo. El fin de semana lo dedico a diseñar, estoy más concentrada y me organizo el día para priorizar mi trabajo".

Consejo para emprendedores

“Se necesita una idea apasionante que tenga una base de marketing analizada con rigor, unos socios capitalistas enamorados de tu proyecto y un equipo que lo sienta como suyo propio”.

¿Merece la pena luchar por tu sueño?

“Es un sueño con etapas, algunas largas, que no sé cuando las conquistaré, pero mientras tanto los días son divertidos, llenos de ilusión, activos. Tengo siempre objetivos nuevos que me obligan a estar alerta y a conocer nuevos campos, además de que tengo el privilegio de seguir haciendo lo que más me gusta, que es diseñar”.