¿Dónde vas, Vicente Parra? El galán torturado e inseparable de Sara Montiel
La figura del actor valenciano será siempre recordada por sus trabajos, entre ellos su papel del rey Alfonso XII. Sin embargo, la carrera de Vicente Parra estuvo llena de luces y sombras
A lo largo de los siglos, la literatura, el teatro o el cine han quedado prendados de las historias relacionadas con la realeza. La larga vida de Isabel II en 'The Crown', donde acaban de robar unas valiosas joyas, o todas las películas que encontramos sobre la vida de la emperatriz Sissi son una prueba de ello. Aunque no podemos olvidarnos de todo un fenómeno basado en Alfonso XII y su historia de amor con la reina María de las Mercedes.
Nos referimos a '¿Dónde vas, Alfonso XII?', protagonizada por la querida Paquita Rico y Vicente Parra en 1957. El actor, del que se conmemoran 25 años de su fallecimiento, fue un prototipo muy clásico de personaje: el de galán durante buena parte de su carrera, como ocurrió con Alberto Closas, Arturo Fernández, Carlos Larrañaga o Paco Rabal
Los calificativos sobre Vicente Parra a lo largo de la historia han sido muchos, coronándole como nuestro Clark Gable o Gary Cooper patrio, pero sobre todo se le ha denominado como irrepetible.
No solo por su carrera en el mundo del cine y del teatro, sino también por su faceta más personal, repleta de luces y de sombras. Natural de Oliva, Valencia, nació el 5 de febrero de 1931. Teniendo desde su juventud una increíble pasión por la interpretación. Así, desde enseguida brilló en la compañía teatral de aficionados que dirigía Salvador Soler en su pueblo.
El éxito de '¿Dónde vas, Alfonso XII?'
Por eso, a pesar de contar con un buen trabajo en el Banco de Valencia, decidió viajar primero a Barcelona y después a Madrid para intentar labrarse un futuro como actor, como recuerdan en su biografía de la Real Academia de la Historia. Asentado ya en la capital, sus primeros pasos sobre las tablas fueron junto a los conocidos Luis Prendes y Amparo Rivelles. Aunque enseguida saltó al cine, encadenando diferentes papeles desde 1949.
Sin embargo, el primer gran éxito de su carrera tendría nombre propio y nada menos que de rey: Alfonso. Vicente Parra rodó '¿Dónde vas, Alfonso XII?'. Un drama histórico y romántico donde se narraba el romance entre el rey Alfonso XII y la reina María de las Mercedes, que (spoiler histórico) protagonizaron la primera llamada telefónica de la realeza en España.
Un triunfo arrollador en España y buena parte del extranjero que repetiría en '¿Dónde vas triste de ti?', centrado en el duelo y la viudedad del monarca. Este papel marcaría su carrera para siempre, ya que además del cariño y aplauso del público, quedaría coronado como uno de los clásicos galanes del cine español. Un personaje que volvería a interpretar, con diferentes matices, en 'La verbena de la Paloma', 'Fedra' o 'Buenos días, condesita'.
Una intensa lista de películas para el cine que fue mermando conforme avanzaba la década de 1960, centrándose especialmente en el mundo del teatro con obras de gran éxito como 'Rebelde', de Alfonso Paso o 'Cara de plata', de Valle-Inclán.
Acosado por su orientación sexual
Una trayectoria escénica que se alejaba de la pantalla grande más por obligación que por deseo. Así lo recuerdan periodistas cinematográficos como Manuel Román o Luis Fernando Romo en crónicas escritas tras su fallecimiento en 1997, hablando de las envidias que despertaba entre otros actores el éxito del valenciano.
Una teoría que comparte Enrique del Pozo, que descubrió todas las intrigas entre bambalinas con las que habían querido desprestigiar a Parra en su documental sobre la represión y silencio de actores homosexuales en el cine en 'El mundo rosa'.
"Hubo quienes denunciaron a compañeros homosexuales por envidia, para quedarse con sus papeles. Una víctima fue Vicente Parra. La gente se preguntaba por qué no trabajaba más después del éxito de '¿Dónde vas, Alfonso XII?'. La profesión sabe quiénes son, pero yo no quiero empezar una caza de brujas", aseguraba Del Pozo.
Lo mismo que declaró una compañera y amiga de profesión, la actriz Lola Herrera: "Era muy envidiado y criticado, nunca le perdonaron el éxito, ni siquiera cuando después de muchos años lo perdió".
"Eso le torturaba"
Una homosexualidad que vivió, según marcaban los cánones de la época, de una manera oculta, pero también torturada. Fiorella Faltoyano, actriz con la que compartió escenario en la obra teatral 'El hilo rojo', llegó a decir: "Era un hombre de personalidad complicada y un bellísimo ser, pero no había podido aceptar su homosexualidad y eso le torturaba".
"De puertas afuera, era un galán que enamoraba a las mujeres y una gran estrella del cine y el teatro, pero por dentro era como un niño pillado en falta, siempre temeroso de que lo descubrieran", afirmaba también la actriz española.
Aunque también hay quien cree que era bisexual, como aseguró en 'El Mundo' una de sus exparejas, la actriz argentina Analía Gadé: "No me importó que fuese bisexual porque mi pasión era tremenda. Él era un ángel, como si fuese un niño al que había que cuidar".
Un romance al que unir su relación con la periodista Natalia Figueroa, actual mujer de Raphael. "Yo fui novio de Natalia Figueroa y estuvimos a punto de casarnos, muy enamorados", confesó en 1984 a la revista 'Semana'. Un 'sí, quiero' que habría sido frenado por el padre de la novia, Agustín de Figueroa Alonso Martínez, marqués de Santo Floro.
Su gran amistad con Sara Montiel
Unos años difíciles de censura, secretos y envidias en los que siempre contó con una gran aliada: Sara Montiel. A su lado protagonizó en 1970 'Varietes', de Juan Antonio Bardem, pero sobre todo mantuvo una estrecha amistad que duró décadas.
Se habían conocido en los años 50, llegando a ser Vicente Parra el acompañante de Sara Montiel en el estreno en Madrid de 'El último cuplé' en 1957. Ambos compartían mucho tiempo juntos, tardes de cine y de compras. Incluyendo ser vecinos, ya que vivieron durante años en el mismo edificio de la madrileña plaza de España. Aunque lo más sorprendente es que fueron también compañeros de piso.
Durante unas obras en el ático de la actriz, se mudó unos pisos más abajo con su amigo durante tres años. "¿Esperáis a Sara? Pues quién sabe lo que habrá decidido hacer. Aunque os haya citado a las doce en punto no significa nada. Si la veis, le dais recuerdos de mi parte porque yo tengo que salir", explicaba divertido el propio Parra para unos periodistas de la revista 'Garbo' que esperaban en su casa a la actriz.
Sin embargo, como en los momentos de tensión de las mejores películas, esta amistad también sufrió alguna desavenencia antes de volver a reconciliarse. Lo narraba él mismo en un reportaje para la revista 'Semana' en 1984, donde realizó varias entrevistas a modo de autobiografías.
"Le perdía también ser tan buena persona"
Por suerte, enseguida las aguas volvieron a su cauce e incluso protagonizaron un reportaje en la revista 'Lecturas' donde mostraban su buena sintonía. Siendo una de las amistades más sólidas del panorama cinematográfico nacional.
Una suerte en la amistad que no tuvo en lo empresarial. A su falta de papeles en el cine, "le perdía también ser tan buena persona", llegó a decir la artista Sara Montiel sobre él, se unió su poco acierto en diferentes negocios como una discoteca, una peletería o una residencia de ancianos en la sierra de Madrid.
Alejándose cada vez más de la vida pública, como nos recuerda en su página de la Real Academia de la Historia, nunca llegó a abandonar su labor de interpretación. Disfrutando en los últimos años de sus trabajos, ya más lejos de su papel recurrente como galán romántico.
Así lo vimos en su autoproducido film de cine negro 'La semana del asesino' (con un componente de denuncia de los derechos homosexuales poco habitual en 1971) o 'La leyenda del tambor', 'El último penalty', 'Suspiros de España (y Portugal)' y 'Tranvía a la Malvarrosa' (estrenada tras su fallecimiento).
Su felicidad en el teatro
Además de continuar trabajando en la televisión, grabar varios discos y triunfar sobre las tablas del teatro con obras de Miguel Mihura, Jean Cocteau o de Ramón del Valle- Inclán. Precisamente en escena fue donde comenzó a sentirse mal mientras trabajaba en el teatro Alcázar de Madrid junto a junto a Amparo Rivelles y Nati Mistral en la obra 'Los padres terribles'. Todo a consecuencia del cáncer que padecía.
Una enfermedad por la que finalmente falleció el 2 marzo de 1997 en Madrid, dejando para siempre el recuerdo de sus trabajos como galán, pero también el de cintas más desconocidas para parte del público como 'Rapsodia de sangre' o 'El príncipe destronado'.
Aunque, sin duda, una de sus facetas más poco reconocidas es el atrevimiento que tuvo al posar en la revista 'Papillon' en 1976. Considerada por muchos como la precursora de la prensa LGTBI+ en España.
Una vida repleta de éxitos, pero también de momentos difíciles, sobre la que se puede conocer más en el Museo Vicente Parra, que encontramos dentro del teatro Olimpia de su localidad natal, Oliva. Un completo espacio para descubrir a fondo al actor español que seguro nos hace volver a entonar la canción que marcó su carrera. La de esa película que nos narraba desde los felices inicios de la relación de los reyes en una Navidad hasta el trágico fallecimiento de la reina.
A lo largo de los siglos, la literatura, el teatro o el cine han quedado prendados de las historias relacionadas con la realeza. La larga vida de Isabel II en 'The Crown', donde acaban de robar unas valiosas joyas, o todas las películas que encontramos sobre la vida de la emperatriz Sissi son una prueba de ello. Aunque no podemos olvidarnos de todo un fenómeno basado en Alfonso XII y su historia de amor con la reina María de las Mercedes.
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