Belén Cuesta: espadachina, fama con los Javis y el amor a la gallega de la actriz de moda
En uno de sus mejores momentos, la actriz andaluza no se plantea dar el salto a Hollywood. Sin embargo, no es este la única sorpresa de Belén Cuesta
Discreta, humilde, talentosa, pudorosa, con una gran vis cómica... Son muchos los calificativos que podemos aplicar a esta sevillana criada en Fuengirola que a base de tesón se ha convertido en una de las actrices más demandadas de nuestro país. Formada en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, Belén Cuesta compaginó su sueño de ser actriz con trabajos de cajera o camarera, hasta que los Javis se cruzaron en su camino.
Sirviendo copas en un bar coincidió con Javier Ambrossi, que le prometió escribirle un papel perfecto para ella. Y así fue como terminó siendo Sor Milagros en el musical 'La llamada', una obra que le sirvió de trampolín al estrellato.
Junto a la pareja de creadores repitió en la exitosa serie 'Paquita Salas', ganándose nuestros corazones en el papel de la carismática asistente de la protagonista, Magüi. "Un regalo absoluto", así calificaba este rol en una entrevista con 'El Periódico'. "Porque, sobre todo, me ha permitido hacer humor, que me encanta, desde un punto muy cómodo y seguro para mí. Porque mis compañeros son mis amigos, así que uno se siente más seguro trabajando porque hay más confianza".
Si estos papeles le dieron la fama, el reconocimiento de la crítica lo conseguía con la película 'La trinchera infinita', por la que ganó el Goya a mejor actriz tras sus dos nominaciones anteriores por la versión cinematográfica de 'La llamada' y 'Kiki, el amor se hace'.
La actriz, que recibía el galardón un día después de cumplir los 36 años, se lo dedicaba "a mi hermano, a mi padre, el mejor padre que una mujer puede tener. A mi madre por enseñarme tantísimo. Eres la mujer más valiente del mundo. Os quiero, gracias".
Pero también guardaba una dedicatoria especial para "el amor de mi vida, Tamar, te amo". Galardonado también con un Goya como mejor actor revelación en 2005 por 'Mar adentro', el actor gallego Tamar Novas mantiene una muy discreta relación con la andaluza desde que en 2012 se conocieran en la serie 'Bandolera'.
Tan reacios a demostrarse cariño en público como a aparecer de la mano en los photocalls, en sus respectivas redes sociales tampoco suelen publicar fotos juntos. En el Instagram de la actriz, por ejemplo, tenemos que remontarnos a septiembre de 2018 para verles disfrutar de una escapada en Marrakech. Son pocas, pues, las veces que permiten que sus seguidores conozcan algo más de su vida en pareja.
Celosa de su intimidad, sobre Belén sabemos que maneja varios idiomas –el castellano, el inglés, el francés y el italiano–, que su película favorita es 'El Padrino' o que adora a sus dos mascotas, Fusa y Lola.
Aunque la curiosidad que más pueda sorprender sobre ella es que es una experta espadachina. Se formó en la esgrima cuando era niña y llegó a competir a nivel nacional.
Sin prisa por dar un hipotético salto a Hollywood, asegura que antes le apetece "trabajar con gente diferente". Como declaraba en 'El País', "Hollywood no es algo que me quite el sueño. Quiero seguir contando historias que me llenen o que me impliquen emocionalmente, que yo quiera seguir contando".
De momento, esas historias pasan por su último proyecto junto a Ricardo Gómez con la obra de teatro 'El hombre almohada'. A punto de estrenarse, plantea un dilema para muchos artistas: ¿hasta qué punto es un creador responsable de la percepción que tienen los espectadores de sus obras?
Discreta, humilde, talentosa, pudorosa, con una gran vis cómica... Son muchos los calificativos que podemos aplicar a esta sevillana criada en Fuengirola que a base de tesón se ha convertido en una de las actrices más demandadas de nuestro país. Formada en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, Belén Cuesta compaginó su sueño de ser actriz con trabajos de cajera o camarera, hasta que los Javis se cruzaron en su camino.