Confirmado: La familia Morente, encantada con la relación de Sara Carbonero y Kiki

Lo que parecía una relación difícilmente creíble parece ser que es una bonita historia de amor desde hace dos meses. Vanitatis ha podido confirmar de primera mano lo que ya adelantó Semana. Sara Carbonero está muy ilusionada, y el responsable es Kiki Morente, de 31 años, el tercer hijo del gran cantaor Enrique Morente, ya fallecido, y de la bailaora Aurora Carbonell, que al igual que sus hermanas, Estrella y Soleá, también se dedica a la música y lleva desde niño en los escenarios.

Su primer disco lo grabó en el 2017, pero tiene un amplio recorrido musical. El círculo cercano de Kiki no se sorprende porque "es un amor de persona, tremendamente familiar, cariñoso, encantador, además de guapísimo, es normal que Sara esté tan ilusionada". La periodista ha encontrado muy buena acogida en la familia Morente, aunque la relación es muy incipiente.

Ya ha asistido con su chico a un concierto de Estrella y toda la familia la ha recibido con calidez. Amigos cercanos cuentan a Vanitatis: "Ella es una mujer muy respetada y valorada, cae bien a todo el mundo, es discreta y muy educada, además de ser bellísima, ¿qué pega se le puede poner?".

Lo cierto es que, ahora que ha salido a la luz, ambos tendrán que enfrentarse a la presión mediática. Sara está acostumbrada y sabe manejarse bien en ese terreno. Kiki, seis años más joven, no ha estado tan expuesto, pero también está acostumbrado a ser centro de atención por la familia a la que pertenece, aunque hasta ahora era el más discreto de los tres hermanos.

El próximo 21 de julio tiene prevista una actuación en su tierra natal, Granada,en el V Festival Internacional de la Guitarra. Ahora Sara disfruta de unas vacaciones en Oporto, pero es posible que se desplace hasta Granada para verlo actuar. Kiki actuará junto a Juan Habichuela nieto, otra dinastía del mundo flamenco; será una actuación muy especial y podría ser la presentación de la pareja de forma oficial. Ambos prefieren vivir su historia en la intimidad, pero son conscientes de que son personas conocidas y tampoco tienen que ocultarse de nada ni de nadie.

Una saga de artistas

José Enrique Morente Carbonell, Kiki, pertenece a la aristocracia del flamenco, tanto por línea paterna como materna. Reconoce que le costó entender lo importante de 'estudiar', su padre llegó a matricularse con él en la escuela de música para que no faltara a clase. Estuvo durante nueve años aprendiendo guitarra y piano en una escuela privada de Granada.

Ser el hijo menor de Morente es una gran responsabilidad. Su oído se fue educando de manera natural escuchando en casa y acompañando a su padre a las grabaciones. Tenía 6 años cuando Enrique grabó ‘Omega’, un disco revolucionario en la música junto a Tomatito, Vicente Amigo y Lagartija Nick. Aunque él era un niño (se publicó en 1996), aquello forma parte de sus vivencias y su bagaje musical.

Desde la muerte de su padre, su referente y guía es su hermana mayor, Estrella, que representa lo clásico y quien siempre le ayuda a encontrar el conocimiento en la raíz. Su hermana Soleá, que se mueve en el rock, suma con su concepción musical, pero él tiene un estilo muy personal. Recuerda Kiki que su padre lo pasó mal en sus comienzos y su afición desmedida le hacía recorrer pueblos de la provincia de Sevilla para escuchar distintos tipos de cante. Al igual que él, tiene pasión por la guitarra y entre los momentos más bonitos que conserva es el del último trabajo que hizo Paco de Lucía grabando con su hermana Estrella. Morente padre y Paco, dos genios que revolucionaron el flamenco, nunca llegaron a grabar juntos.

Por línea materna, también lleva este joven sangre de artistas. Aurora Carbonell, bailaora y gitana, tenía 17 años cuando conoció a Enrique en Madrid. Él era payo y los padres de ella se opusieron. Se escaparon juntos a Granada y ella recuerda que así comenzó su historia de amor: con Enrique y con Granada. Como él trabajaba en casa, donde tenía su estudio, Aurora siempre era el primer filtro y la primera opinión que recibía el maestro Morente.