El secreto de los pendientes de la novia y otros detalles de la boda de Carlos Cortina
En el enlace entre Carla Vega-Penichet y el hijo de expresidente de Repsol hubo baile, se cantó la Salve Rociera y se recordó en varias ocasiones a Alfonso Cortina
Este sábado se casaban Carla Vega-Penichet y Carlos Cortina Lapique en Jerez de la Frontera, la tierra de la novia. La elección del convento de Santo Domingo, donde se celebró la ceremonia religiosa, forma parte de la historia familiar de la sobrina política de Cari Lapique. En este templo la bautizaron, se casaron sus padres y varios primos de la amplia y extensa saga jerezana.
Las mujeres son las que han marcado la pauta a lo largo de sus vidas afectivas. Y así pasaron por el altar de este templo en otros momentos Inés Domecq y Javier Martínez de Irujo, Rosario Domecq y el Juli, Mercedes Bohórquez o Alejandra Osborne, todas ellas con referencias infantiles y juveniles. Si en su día se barajó para mantener más intimidad la finca de Retuerta del Bullaque (Ciudad Real), donde se casó hace unos meses su hermano Felipe, esta vez Jerez se impuso.
Carla no iba a ser menos y mantuvo las tradiciones de la casa. No lució la espectacular diadema de su abuela Paloma Urquijo, de brillantes y perlas, que sí utilizó Rosario Domecq. Prefirió unas joyas menos llamativas pero también con el marchamo familiar, propiedad de la abuela materna. Se trataba de una pieza importante. Un broche joya en forma de tres flores en oro amarillo y brillantes que sujetaban el velo. También lució unos preciosos pendientes en forma de péndulo de la firma Suárez que, según ha podido saber Vanitatis, fueron un regalo de pedida.
Miriam Lapique eligió unos pendientes largos de brillantes y esmeraldas que forman parte de su joyero particular de la firma Suárez. El conjunto de la madrina nupcial se completaba con una mantilla herencia de su madre, Caritina Fernández de Liencres, que fue una de las mujeres más elegantes de la sociedad de los años 60 y la dama que mejor bailaba flamenco junto con la duquesa de Alba. En la posboda, que se celebró en la finca de la abuela Paloma Urquijo Eulate, viuda de Pedro Domecq de la Riva, no faltó el baile ni en la ceremonia religiosa la Salve Rociera.
A pesar de la discreción que siempre han querido mantener los hijos de Alfonso Cortina y Miriam Lapique, la boda se convirtió en el cierre social del verano. A diferencia del matrimonio de su hermano Felipe y Amelia Millán, donde los invitados eran mayoritariamente amigos de la pareja, esta vez la madre del novio amplió las invitaciones a sus amistades más íntimas.
Todos ellos han formado parte del grupo de amigos que durante décadas ha compartido la vida personal, profesional y lúdica de la familia. Cuando falleció Alfonso Cortina en abril de 2020, en pleno confinamiento, no pudieron dar a Miriam el apoyo presencial pero sí el afectivo a través de contacto telefónico.
Nuria González, Marisa y Alfonso de Borbón, Borja Prado, Juan Abelló y Anna Gamazo o Rafael Ansón han sido algunos de estos íntimos junto con Alberto Cortina y su mujer, Elena Cué. La ausencia de Fernández Tapias no tuvo nada que ver con cuestiones de salud. Según han confirmado a Vanitatis, “acababan de llegar de vacaciones a Madrid y prefería quedarse en su casa de Puerta de Hierro y no el lío de viajar hasta Jerez. Además, desde hace tiempo Fernando no suele acudir a ninguna boda”.
Así quedaba resuelta la incógnita de la invisibilidad del empresario. Una vez que la Justicia resolvió a su favor la demanda de incapacidad que presentaron sus cinco hijos, vive tranquilo sin la tensión emocional que suponía la reclamación filial.
En el caso de Alberto Ruiz-Gallardón, la relación con los Cortina y Alcocer viene casi desde la infancia. Las familias se conocían por la carrera profesional y política de los progenitores. El padre del que fuera alcalde de Madrid fue ministro de Justicia, y Pedro Cortina Mauri, diplomático y ministro de Asuntos Exteriores.
En la boda de Carlos Cortina, igual que en la de su hermano Felipe, hubo muchos recordatorios hacia el empresario y expresidente de Repsol, un hombre muy querido.
Este sábado se casaban Carla Vega-Penichet y Carlos Cortina Lapique en Jerez de la Frontera, la tierra de la novia. La elección del convento de Santo Domingo, donde se celebró la ceremonia religiosa, forma parte de la historia familiar de la sobrina política de Cari Lapique. En este templo la bautizaron, se casaron sus padres y varios primos de la amplia y extensa saga jerezana.