David Janer, más allá de 'Amar es para siempre': filósofo, héroe y expareja televisiva

Han pasado cinco años desde que una de las series más emblemáticas de la ficción española llegase a su final. 'Águila Roja' nos dejaba tras nueve temporadas y un sinfín de tramas románticas, de acción o misterio interpretadas por grandes actores que han saboreado las mieles del éxito después de participar en esta producción. Uno de ellos, como no podía ser de otra forma, quien encarnara al protagonista, David Janer, que, durante casi ocho años, fue el héroe más querido del prime time como Gonzalo de Montalvo.

No muchos saben que, para este papel, el actor tuvo que prepararse concienciadamente retomando deportes como el kárate o el aikido que ya había practicado en su adolescencia. Las artes marciales fueron la base de un personaje que, en aquel momento, era del todo atípico en la televisión española y en esto, precisamente, radicó gran parte de su éxito. Totalmente reinventado, David Janer ha probado suerte en otras temáticas del ámbito de la interpretación y no con menos éxito.

David Janer Oliveras nació el 5 de mayo de 1973 en Granollers, Barcelona, por lo que tiene 48 años. Antes de encontrar su destino en el mundo de la actuación, probó suerte en un campo completamente opuesto: el de la informática. El intérprete se sacó el título de auxiliar administrativo y, posteriormente, el de técnico especialista en informática de gestión; no obstante, siempre le había llamado la atención el cine y ser actor era una vocación que, tras un acuerdo con sus padres, pudo cumplir.

Según ha contado él mismo en distintas ocasiones, pactó con su padre lo de probar suerte en la interpretación hasta los 25 años. Justo fue en esa edad cuando le llamaron para una obra de teatro y, poco después, para su primera serie en la TV3. La auténtica popularidad le llegaría, eso sí, al participar en la icónica 'Compañeros' y alcanzaría su punto álgido al ser la estrella de 'Águila Roja', una serie que cosechó grandes datos de audiencia, difíciles de repetir y, hasta la fecha, pocas veces alcanzados.

Ahora, caracterizado con un peinado un tanto diferente, David Janer se mete en la piel del abogado laboralista Guillermo Galán en 'Amar es para siempre'. Un papel por el que ha tenido que mudarse a la capital, teniendo en cuenta el ritmo de trabajo que implica una serie diaria. No en vano, en su agenda siempre hay tiempo para hacer algunas de las cosas que más le gustan y, además de haber estudiado Filosofía, aprovecha su tiempo libre para centrarse en la lectura o disfrutar de planes al aire libre.

"Soy tranquilo, casero y campestre", se definía en una entrevista para 'Diez Minutos'. Así lo demuestran sus redes sociales en las que apenas hay publicaciones que vayan más allá del trabajo y las que sí lo son desvelan que uno de sus grandes hobbies es la enología. "Empezando el segundo y último año del curso de sumiller con una experiencia única: la vendimia", escribe en uno de sus posts. El actor, que aprovecha cada una de las fotografías que comparte para incluir un texto filosófico que haga referencia a la misma, muestra a sus seguidores todo el proceso que implica elaborar un buen vino desde la recogida de la uva hasta el disfrute de una copa.

Respecto a su vida privada, poco o nada se sabe más allá de la relación que mantuvo hace unos años con la televisiva Sandra Sabatés. A pesar de que trabajaban en cadenas distintas y que sus labores no tenían nada que ver (él actor, ella presentadora en 'El intermedio'), los dos jóvenes talentos se unieron en un romance que comenzó en el año 2014 y se alargó en el tiempo varios años hasta su ruptura. De hecho, fruto de esta historia de amor, la pareja dio la bienvenida a un hijo en común.

Actualmente, la presentadora se encuentra felizmente casada con un hombre llamado Daniel a quien dio el 'sí, quiero' en 2019, tal y como ella misma se encargó de anunciar en sus redes sociales. Entonces, David Janer aseguraba haberle dado la enhorabuena por su enlace. De la situación sentimental actual del actor no hay ni rastro público, ya que, celoso de su vida privada, prefiere mantener estas cuestiones en la más estricta intimidad y centrarse, al menos mediáticamente, en su trabajo.