Es noticia
Menú
Ser niño en la Moncloa: por qué la familia de Pedro Sánchez es invisible
  1. Famosos
UN AÑO EN LA VIDA DEL PRESIDENTE

Ser niño en la Moncloa: por qué la familia de Pedro Sánchez es invisible

"La línea roja del presidente es preservar la intimidad de sus hijas", dicen quienes ruedan un documental sobre su vida. "Nosotros vivimos con normalidad", recuerdan los Aznar

Foto: Pedro Sánchez, en el palacio de la Moncloa. (EFE/Borja Puig de la Bellacasa)
Pedro Sánchez, en el palacio de la Moncloa. (EFE/Borja Puig de la Bellacasa)

A finales de los 90, el presidente de EEUU Bill Clinton viajó a España y visitó la Moncloa, en la que entonces vivía José María Aznar. Durante su paseo por los jardines, su equipo de seguridad notó que pasaba algo entre los árboles y, agobiados, fueron a ver qué era. Allí estaba Alonso Aznar Botella con un amigo del cole con quien había ido a merendar y después a jugar en el jardín. Los escoltas del presidente estadounidense le pidieron a Ana Botella que controlara a sus hijos y ella les respondió que si ellos eran capaces de hacerlo, los contrataría. Clinton estalló en carcajadas y fue a ver a los niños, se sentó a charlar con ellos y al final lograron quedarse en su espacio de juego.

La anécdota es una de tantas de las que recuerda la familia Aznar de sus años en el palacio de la Moncloa. Unos años que vivieron “con total normalidad” aunque “conscientes de la excepcionalidad” de la situación. 'Normalidad' también es una de las palabras que surgen cuando alguien habla de la familia de Felipe González, quienes vivieron allí más años y como jóvenes y niños hicieron sus gamberradas y sus primeros pinitos en muchas cosas en Moncloa, su hogar.

Es ese edificio (y todo lo que supone) el que se convertirá en el protagonista de un documental que dirige Curro Sánchez Varela -el hijo cineasta de Paco de Lucía-, sobre el palacio y sus habitantes. “A lo largo de cuatro episodios se hará un retrato de la dimensión más personal y humana de la Moncloa, incluyendo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El equipo registrará la actividad real del jefe del Ejecutivo, de sus equipos, colaboradores, asesores, empleados, familiares… La única línea roja marcada por el presidente es preservar la intimidad de sus hijas", nos informan desde la productora Secuoya, que participa en el filme junto con The Pool. Ambas son responsables de numerosos éxitos de Netflix y esperan que este logre su espacio.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, preside la reunión del Consejo de Ministros. (EFE)

Lo que llama la atención es que se quiera retratar el lado más humano de la Presidencia del Gobierno y que no aparezca la familia, eso es algo que en Estados Unidos, por ejemplo, ni se plantea: la familia es parte del trabajo. Y así lo veía también la familia Aznar, en especial sus hijos: “Siempre hemos sido una familia muy unida y mis padres se han ocupado mucho de nosotros, esa relación tan buena te permite actuar con la máxima normalidad posible. Tenemos admiración por mi padre y por mi madre, y eso, en su conjunto, te permite normalizar todo lo que vives porque lo haces unidos. Lo más importante es la unidad, el trabajo, el respeto y el esfuerzo”.

"La familia forma parte de todo"

Desde esta perspectiva, no entienden cómo alguien puede querer "esconder" a la familia, "cuando la familia forma parte de todo". "Mis padres nunca han actuado de forma distinta, siempre ha sido todo normal, así que nunca nos escondieron ni nos expusieron, simplemente lo hicieron con la máxima normalidad posible”.

En la vida de los González Romero sucedió algo parecido: sus tres hijos iban incluso al instituto público que les tocaba por zona, el San Isidoro de Sevilla, y de allí son algunos de sus grandes amigos. María trabaja ahora como abogada en el bufete de un antiguo compañero de aquellos días. María, la única hija del matrimonio presidencial, era una chica "estudiosa, muy inteligente y dentro del instituto eran unos más”, recuerdan quienes coincidieron con ellos en aquella época. “Los hermanos eran más gamberros, se escapaban de los escoltas, salían con las motos haciendo ruedas y los de seguridad se las veían y deseaban para seguirlos. María era más tranquila”.

Foto: Felipe González, en una imagen de archivo. (Getty/Aitor Alcalde)

En aquella época, tanto Pablo como David tenían novietas, relaciones con chicas de su edad a las que presentaban a sus padres y con quienes iban a su casa, es decir, a la Moncloa. Los chicos, en especial Pablo, iban siempre en moto y trataban de zafarse de la seguridad para poder hacer algo de vida sin vigilancia. Eso sí, la relación de los hijos y los padres siempre fue de confianza y aun hoy en día, cuando Carmen se cruza con alguna de aquellas amigas de sus hijos, se para a saludarla muy emocionada. "Tenía guardaespaldas y chófer hasta para ir a comprar chuches. Ella era disciplinada con ellos, pero sus hermanos mayores no, jugaban a darles esquinazo", recuerdan amigos de aquella época.

Fechas marcadas

Se trataba, nos dicen, de llevar la excepcionalidad con toda la normalidad posible. Y en esa situación, solo una de todas las familias tenía la fecha de partida marcada en el calendario: los Aznar, con lo que todo fue más sencillo, nos comentan.

Foto: José María Aznar y Ana Botella con su hijo Alonso (Gtres)

Quien llegó casi por sorpresa fue la familia de Pedro Sánchez, que logró la presidencia contra pronóstico. Ahora ha accedido a que le sigan las cámaras durante un año y ha impuesto una sola línea roja, la de sus hijas. No hay imágenes de las dos niñas, nadie sabe nada de ellas y así quiere que siga siendo.

"Ninguna intromisión"

“Llevamos apenas 20 días de grabación y nos queda un año por delante -dicen los responsables del documental-, es pronto para adelantar detalles de contenido. Podemos destacar que ni el presidente ni su equipo han realizado ningún tipo de intromisión, salvo lo que comentábamos antes con relación a sus hijas, y confían plenamente en la experiencia de las productoras asociadas. El equipo creativo, muy poco invasivo y formado por unas cinco personas, tiene total libertad para trabajar siempre y cuando no se interfiera en la actividad real”.

La paternidad nunca ha sido protagonista en la vida de los presidentes españoles. Alguna vez ha servido para humanizar al personaje, como la anécdota con Clinton o el día en el que Mariano Rajoy se llevó a su hijo pequeño, Juan, a un programa de radio y acabó dándole una colleja por decir en el micro que un comentarista era “basura”. El chaval era un niño, y ahora, ya adolescente, “sigue siendo muy espontáneo y divertido”, nos cuentan quienes conocen a Rajoy. Juan, como Alonso Aznar y Pablo González, quiso seguir siendo chico aunque su padre fuera el presidente.

Foto: El hijo de Mariano Rajoy, a la derecha de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. (D.Sinova / Comunidad de Madrid) Opinión

Algo parecido sucedió con las hijas de José Luis Rodríguez Zapatero. Todos recuerdan las imágenes de las dos adolescentes, vestidas a su manera (con estilo ‘gótico’), en una visita de la familia a Nueva York donde se fotografiaron con los Obama. Las jóvenes se convirtieron en el blanco de las críticas y eso les pasó factura después, algo que la familia de Pedro Sánchez quiere evitar a toda costa.

A finales de los 90, el presidente de EEUU Bill Clinton viajó a España y visitó la Moncloa, en la que entonces vivía José María Aznar. Durante su paseo por los jardines, su equipo de seguridad notó que pasaba algo entre los árboles y, agobiados, fueron a ver qué era. Allí estaba Alonso Aznar Botella con un amigo del cole con quien había ido a merendar y después a jugar en el jardín. Los escoltas del presidente estadounidense le pidieron a Ana Botella que controlara a sus hijos y ella les respondió que si ellos eran capaces de hacerlo, los contrataría. Clinton estalló en carcajadas y fue a ver a los niños, se sentó a charlar con ellos y al final lograron quedarse en su espacio de juego.

Pedro Sánchez Mariano Rajoy José María Aznar
El redactor recomienda