Dani García, más allá de las cocinas: rockero, padre de dos hijas y discípulo de Berasategui

Tenía 20 años cuando dio sus primeros pasos entre fogones. No obstante, lo suyo no fue vocación porque hasta que no acabó el bachillerato no tuvo claro a qué quería dedicarse. Así lo contaba la madre de Dani García en una entrevista para 'El Mundo', en la que confesaba que si de alguien ha heredado su talento fue de su padre, fallecido hace dos décadas, a quien acompañaba a hacer la compra y con quien, de vez en cuando, le daba por hacer magdalenas.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces y, actualmente, es el propio cocinero andaluz el que cocina junto a sus dos hijas y el que ha conseguido importantes hitos como la ansiada estrella Michelin (en varias ocasiones), a la que llegó a renunciar con el cierre de su restaurante. Un cierre que se dio con un motivo de peso y siendo fiel a lo que ha sido, desde hace mucho tiempo, su máxima prioridad: tener un negocio que le permita pasar tiempo con su familia.

Dicho y hecho. Lobito de Mar, Leña o Smoke Room han sido el resultado de un ambicioso plan de expansión internacional y nacional que ha tenido sus frutos. El año pasado, seis meses después de abrirlo, conseguía dos estrellas Michelin en este último restaurante, convirtiéndose en el primer cocinero que logra este reconocimiento en tan poco tiempo. Algo que "no estaba ni en nuestros mejores sueños", confesaba antes de deshacerse en agradecimientos por la confianza depositada por parte de sus clientes y, por supuesto, de su círculo más cercano.

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Un círculo que lo componen, como comentamos, su madre y sus dos hijas, que rondan los 20 años y, como demuestran en redes sociales, están encantadas con todas y cada una de las elaboraciones que les hace su padre en casa. Tanto que, durante el confinamiento, y en alguna que otra ocasión, no han tenido reparos en ejercer de pinches, tal y como hacen también las hijas del cocinero José Andrés con él.

Respecto a su vida sentimental, Dani García comparte su vida en Marbella con una mujer rusa, nacida en Ucrania, y su hijo, que se ha criado con él. De hecho, en alguna entrevista ha llegado a confesar lo bien que lo pasan todos juntos, habiendo formado una familia caótica pero muy unida. Es en la Costa del Sol donde el cocinero creció y ha echado raíces personales pero también profesionales, pues su restaurante marbellí es todo un éxito y por él han pasado importantes personalidades de todo el mundo.

De la misma manera, BiBo en Tarifa ha sido testigo de algunos grandes momentos de la vida del chef, como por ejemplo conocer a su grupo de música y cantantes favoritos con los que disfrutaba de un agradable atardecer a ritmo de rock indie hace pocos días. Un género musical que le apasiona, como también lo hacen el Fútbol Club Barcelona y, en su momento, los toros. Una afición que le viene de su abuelo y a la que incluso pensó en dedicarse cuando era un niño.

Su continua reinvención en las cocinas no es el único reto al que se ha enfrentado (y sigue haciéndolo) Dani García. Muy orgulloso, muestra en sus redes sociales, en las que acumula casi medio millón de seguidores, el importante cambio físico que está dando desde que decidió cambiar sus hábitos. "Siempre he querido ponerme a dieta, en el confinamiento perdí 14 kilos y me sentía muy bien. Solo me faltaba el empujón y la responsabilidad de tener a gente que me controlara", contaba en una entrevista para 'Nius'.

Desde su perfil de Instagram, anima a sus followers a seguir su ejemplo y agradece al equipo de nutricionistas y entrenadores que le está ayudando a conseguirlo. "Diez kilos no es fácil, pero tampoco imposible, a los muchos que me preguntáis qué hago y cómo, es gracias a un super equipo [...] ¡A seguir, que hay que llegar en unos meses a -20, así que queda trabajo aún y sobre todo el reto de mantenerlo y estar siempre saludable!".

Puestos a agradecer, hay una persona de la que nunca se olvida y ese es Martín Berasategui, su maestro cuando empezó a cocinar. "Mi vida en la alta cocina empezó a su lado hace nada más y nada menos que 26 años, allí aprendí millones de cosas, a hacer el mejor puré de coliflor del mundo, a añadir un poco de hielo a las kokotxas para forzar su gelatina, a hacer la mejor merluza en salsa verde con almejas, a dar los mejores catering qué jamás he visto, ese txangurro imbatible, aquella maravillosa combinación de anguila y foie gras, las manitas de cordero a la romana o la ventresca de bonito con lomo de caña y trufa…", le decía en una ocasión.

"Hoy hemos vuelto a coincidir después de mucho tiempo y sigue con la misma pasión y las mismas ganas de hace 26 años, me ha encantado volver a verte, Martín, y como te he dicho hoy, hay muchas cosas por el camino que no recuerdo, pero aquella época de hace 26 años me la sé de memoria, fue la época que marcó mi vida profesional para siempre… Eskerrik asko irakaslea! Garrote", terminaba diciendo en su bonito mensaje.