Los nuevos amigos de Fernando Andina tras las cocinas de 'MasterChef Celebrity'

Se acabó la aventura tras los fogones para el actor Fernando Andina. Ser uno de los favoritos del público no fue suficiente porque, una vez que luces el delantal negro, todos se enfrentan a los mismos nervios, los mismos retos y los mismos miedos. En su caso se cumplieron y él ha sido el último expulsado de las cocinas de ‘MasterChef Celebrity’.

El actor pone punto y final a una experiencia que asegura le ha cambiado la vida. Algo que también ha sucedido con otros participantes de este concurso, como Tamara Falcó, que después no dudó en continuar su formación profesional, o Miki Nadal y Juanma Castaño, a los que su victoria conjunta abrió un nuevo camino por recorrer. El caso de Fernando es diferente; él no ha ganado el concurso, lo que no evita que se sienta ganador.

El camino hasta aquí no ha sido fácil. Gracias a anteriores ediciones hemos aprendido que es necesaria una buena preparación, porque la intuición solo ayuda a llegar hasta cierto punto del programa y no suele ser demasiado lejos. Por eso no es raro que, en las semanas previas, los concursantes trabajen a fondo, intenten acceder a las mejores cocinas y se dejen enseñar por los mejores chefs.

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Andina es todo un profesional, lo sabemos de sus trabajos anteriores como actor, en los que siempre ha dado lo mejor de sí mismo y el resultado siempre ha sido positivo para él. Desde sus primeros pasos en ‘Al salir de clase’ hasta ‘Amar es para siempre’, pasando por ‘El comisario’, ‘Sin tetas no hay paraíso’, ‘Gran Reserva’ o ‘Física o química’. Ahora que ha cambiado de registro, ha querido contar a sus seguidores un poco de cómo se ha preparado y todo lo que esto ha supuesto para él, su aprendizaje y crecimiento personal.

“Pues Colorín Colorado”, comenzaba su relato en su cuenta de Instagram. “Empezó el cuento en Marzo, en la central de Grupo Arzábal, en Vallecas, por las mañanas, pelando, cortando y picando patatas y cebollas. Después en el propio Arzábal de Retiro, ya mi segunda casa, me pusieron a hacer fondos, caldos, salsas, limpiar pescados, familiarizarme con el mundo carne, la repostería... Entendí entonces que necesitaba más ayuda todavía (estaba más pez que esos pescados que limpiaba y limpiaba)”.

Ayuda no le faltó, contó con la del chef Víctor Cuevas, pudo entrar en las cocinas de Hortensio Restaurante para empaparse de la alta cocina y gracias a Ricardo Sanz y Kyoshi conoció un poco más sobre a cocina oriental.

“Tres meses después, y habiendo cocinado (aprendiendo, más bien) cientos de horas, llegó el momento de entrar en el programa. Una vez allí, y para haceros la historia corta, hubo de todo... momentos buenos, menos buenos, pruebas bien hechas, otras no tanto, platos bien cocinados y platos mal cocinados... pero sobre todo hubo unos compañeros que ni eligiéndolos yo desde mi casa lo hubiera hecho mejor”.

Amigos que ya tenía y amigos que asegura “me encargaré personalmente de que no se vayan lejos. (Manu, Edu Isa)… y los demás sin excepción lo serán siempre. En otras cosas no, os lo aseguro, pero eligiendo amigos, soy muy buen director de casting, y aquí he encontrado un reparto cojonudo. También en el equipo de producción, dirección, equipo técnico, maquillaje, peluquería, limpieza, conductores, catering, guion… todos, todos, forman un equipo extraordinario. Eso es lo que me llevo”.

Una experiencia que ha resultado ser muy positiva para él, sobre todo por lo mucho que ha aprendido de cocina, pero también de sí mismo. “La cocina es maravillosa, y admiro desde un chef Estrella Michelin hasta a una ama de casa que hace unas lentejas, pero lo más importante en la vida son las personas. Estas de este viaje tan loco como es MasterChef me han hecho mejor cocinero y, creo, un poco mejor persona”.

Una reflexión que llega ahora que su paso por el programa ha tocado a su fin y que ha contado con el apoyo y el aplauso de numerosos amigos, como Paula Echevarría y Miguel Torres o María Escoté y Manu Baqueiro. Incluso quien fuera su compañera de batallas, Patricia Conde, ha querido mostrarle su simpatía y su cariño con un sentido: “Qué grande eres Fer”.