Hablamos con Elena Tablada sobre las fotos de Ungría junto a una chica: “Estoy triste”

Este sábado, el programa 'Fiesta' (Telecinco) emitía un video donde se veía a Javier Ungría despidiéndose muy afectuoso de una chica en la calle. La imágenes eran del mes de octubre y no tendrían más valor que los dos besos que da un amigo a una amiga. Al menos eso parecía hasta que Elena Tablada recibía la información en Miami, donde se encuentra en estas fechas.

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Inés Gutiérrez

Tablada es cubana, tiene pasaporte estadounidense y pasa tiempo en el país norteamericano, donde también nació su hija Ella. Desde allí ha explicado a Vanitatis que “no me lo esperaba, pero quiero dejar claro que no me gustan los líos. Estoy triste por la situación”. Ha apuntado que no tiene mucho que decir. Le hubiera gustado que esa situación no se hubiera dado, pero prefiere no dar más explicaciones. No ha querido confirmar el acuerdo previo al que se habían comprometido. “Elena y Javier siguen casados. Por el momento no hay trámite de divorcio y lo que sí tenían era un pacto para ser discretos si alguno de los dos encontraba a alguien especial. Puede ser que eso sea lo que ha molestado a Elena”, cuentan a Vanitatis amistades comunes.

El interés de ambos es mantener su vida emocional fuera del foco mediático. La separación no ha sido tumultuosa, aunque aseguran quienes los conocen que Javier está demasiado influido por su familia, sobre todo por su padre, que además es socio de su negocio.

Cuando comenzó la relación, se dijo que la familia Ungría no estaba muy conforme con la imagen más pública de Elena. Una información que no era cierta. Hay que recordar que la tía del empresario es Miriam Ungría, viuda de Kardam de Bulgaria y recientemente casada con el príncipe jordano Ghazi bin Muhammad.

Al comenzar a salir con Javier, Ella, la hija que tuvo con Bisbal, tenía 5 años y se acopló perfectamente a la nueva vida familiar de su madre. En este tipo de matrimonios, donde uno de los dos ya tiene descendencia, lo más difícil llega cuando aparece la adolescencia y a veces hay que cuadrar círculos. Y esa cuadratura puede crear complicaciones entre los adultos cuando uno de los hijos no es común. En el caso de Tablada y Ungría, que tuvieron después a Camila, la unidad familiar estaba ordenada: el empresario no ejercía de padre con Ella, que tiene el suyo, y todos han mantenido una buena sintonía. La diseñadora de joyas ya dejaba claro la importancia de sus hijas en su vida: “Si me veo en la posición de ponerlas en una balanza, siempre pesarán más ellas”. Con esta frase, Elena Tablada dejaba claro cuáles han sido y son sus intereses principales, que a veces chocan con el día a día cotidiano.

Elena y Javier Ungria se casaron dos veces. Primero fue en Miami, en un enlace civil, y después la gran boda religiosa en San José de Letrán, en La Habana, un homenaje a sus abuelos, que lo hicieron en esa misma iglesias sesenta años atrás y que para las hermanas Tablada eran más padres que abuelos.

El empresario y la decoradora tuvieron a Camila y junto con Ella, la hija de Bisbal, formaron una unidad familiar compacta. La sorpresa llegó con el anuncio en la revista 'Semana' de la separación confirmada por la propia Tablada en sus redes sociales. Explicaba que habían decidido de mutuo acuerdo tomarse un periodo de reflexión “para así poder respirar y ver en que consiste realmente la felicidad”. Ungría se instaló en un piso que le cedió su padre y con las puertas abiertas del que había sido el domicilio familiar para estar con su hija.

Aseguran a Vanitatis que Tablada no ha puesto ningún impedimento, sino que ha dado facilidades para que el padre disfrute de Camila cuando le venga bien.

Javier Ungría es dueño, junto con su padre, del restaurante 'Hache', que funciona desde mediodía hasta la noche. Estos horarios no han sido incompatibles con la vida familiar y era habitual ver a la decoradora y sus dos hijas comiendo en el local con el grupo de amigos y amigas comunes.

De puertas afuera, el matrimonio funcionaba y así quedaba de manifiesto en el Instagram de Tablada. El verano pasado ya hubo rumores de unas posibles desavenencias al pasar cada uno por separado el mes de agosto. Una vez confirmada la separación o "tiempo de reflexión”, habrá que esperar a cómo gestionan la aparición de nuevos protagonistas afectivos en las vidas de ambos.