Margarita Hernández prepara una gran fiesta para el 80 cumpleaños de su marido, Alberto Alcocer

Margarita Hernández, casada desde 1994 con Alberto Alcocer, prepara la gran fiesta de aniversario de su marido. El próximo 17 de diciembre cumple 80 años y lo celebrará en el restaurante Quinta del Pardo. Un lugar restringido para la prensa donde solo pueden entrar, en este caso, previamente acreditados a través de un listado donde debe figurar su nombre en la garita de la entrada del recinto. De esta manera hay muy pocas posibilidades de que se filtren fotos, salvo las que hayan pactado los anfitriones con sus amigos para que puedan publicar en sus redes.

Dadas las características personales de muchos de los convocados, que mantienen una discreción absoluta con respecto a la vida privada, es muy posible que haya poca información. No son fiestas de empresa donde se graban unos a otros en situaciones tanto felices como complicadas. En la Quinta del Pardo, la clave se mantiene y se repite como un mantra de padres a hijos: “Lo que sucede aquí se queda aquí”. Así ha sido siempre. En la capilla que hay en el club se celebró el bautizo del hijo de María Zurita, al que acudió don Juan Carlos y no trascendió nada que no se quisiera.

La fiesta de Alberto Alcocer comenzará a partir de las 20:30 con un cóctel y, a continuación, cena con asientos asignados. En la zona principal de uno de los salones estará el protagonista, su mujer y la familia más directa. Y en otras mesas, las hijas que cumplieron 18 años en julio pasado junto a sus amigos, sus primos y los nietos de su padre. Aunque hay una gran diferencia de edad entre las gemelas y las tres hijas que Alcocer tuvo con Esther Koplowitz, mantienen una relación cordial y también acudirán al cumpleaños. Hubo un tiempo en el que las tres mujeres (Carmen, Alicia y Esther) no quisieron saber nada del padre infiel. El tiempo todo lo cura o desdramatiza lo que fue una de las rupturas matrimoniales más sonadas de los años 80 con importantes derivadas en el imperio económico que manejaban los Albertos.

A los primos Alcocer-Cortina se les bautizó también como ‘los primos de la gabardina’ al aparecer en un reportaje gráfico de esa guisa en el vertedero de Valdemingómez. Ese fue el momento en que se hicieron visibles y se les puso currículum, nombre y apellido para el mundo social. Después vendrían las imágenes de Alberto Cortina con Marta Chávarri y se descubrió que el primo Alcocer también mantenía una vida alternativa a la que tenía oficialmente con Esther Koplowitz.

A diferencia de Cortina, Alberto Alcocer fue siempre más discreto y mucho más Margarita Hernández, que no suele acudir a fiestas sociales patrocinadas. El matrimonio se conoció a través de Javier de la Rosa. La joven Margarita, de veintipocos años, era una de sus secretarias y además ejercía de modelo ocasionalmente. Alcocer la deslumbró igual que le había sucedido a Marta Chávarri con el primo Cortina. Una vez que se descubrieron las historias paralelas, las hermanas Koplowitz no dieron marcha atrás y no hubo perdón. Las humillaciones públicas son difíciles de procesar.

Han pasado muchos años y cada uno vive su vida. Margarita Hernández se convirtió en señora de Alcocer con una vida social reducida al grupo íntimo, a monterías organizadas en sus fincas y fiestas privadas. Hace unos años se licenció en Historia del Arte y poco más se sabe de la pareja.

La lista de asistentes

Muchos de los invitados que acudieron a la puesta de largo de las gemelas hace dos años en el Teatro Real formarán (seguramente) parte de la lista de amigos y conocidos que el 17 de diciembre festejarán al empresario. Personajes influyentes del mundo financiero, económico, político y social. No faltará Elena Cué, esposa de Alberto Cortina, y los tres hijos con sus respectivas mujeres que él tuvo con Alicia Koplowitz.

Y en ese listado estarían también Borja Prado, Florentino Pérez, José María Entrecanales, miembros de la familia Lladó, Enrique Cerezo, Rafael del Pino, Jaime Castellanos, Alberto Ruiz-Gallardón, José María Aznar, Juan Abelló, Anna Gamazo, Dimas Gimeno, el duque de Alba y las hermanas Cary y Miriam Lapique, esta última viuda de Alfonso Cortina, un buen hombre que falleció al principio de la pandemia. No faltará Luis Miguel Rodríguez, dueño de Desguaces La Torre, que suele acudir a monterías con el homenajeado.

Alberto Alcocer era uno de los amigos que compartían intimidad con don Juan Carlos, que era invitado principal en su casa de Madrid y en el campo. Una de las últimas jornadas cinegéticas antes de que comenzara la pandemia del Rey emérito fue precisamente en El Avellanar, propiedad de Alcocer. Esta finca de cuatro mil hectáreas y con helipuerto propio se encuentra situada entre Castilla-La Mancha y Extremadura. Es una de las mejores de España junto a las de Juan Abelló (Las Navas), la familia Larios (Los Llanos) o Alberto Cortina (La Golondrina). En todas ellas ha cazado Juan Carlos I.

La amistad se enfrió cuando, a través de un intermediario, se pidió dinero para sufragar la regularización de don Juan Carlos con Hacienda. Según informaba El Confidencial, hubo amigos que sí contribuyeron como Vicente Boluda, Jaime Castellanos, Alejandro Aznar y Diego del Alcázar. La colecta fue organizada por Javier Corsini, gestor de una de las fincas de caza habituales del emérito. En cambio, como informaba el periódico, la ayuda recibida de estos empresarios contrastaba con la negativa a aportar dinero de otras personalidades próximas al emérito. Según estas fuentes, entre las personalidades que rechazaron poner su granito de arena se encuentra Alberto Alcocer, uno de sus más íntimos amigos y compañero de cacería por todo el mundo.