Los negocios de Verdasco: el tenista da de baja la empresa que gestionaba su imagen

Fernando Verdasco acaba de celebrar su aniversario de boda, pues este 7 de diciembre se han cumplido cinco desde aquel ‘sí, quiero’ con Ana Boyer en la paradisiaca isla de Mustique. Lo ha hecho con bastante tiempo libre, pues lleva un mes, y le queda otro, sancionado sin jugar debido a una irregularidad en un control antidoping. Nada grave, pues simplemente se trata de un descuido al renovar un formulario de una medicación que utiliza. Sin embargo, sí es suficiente como para que se le haya impuesto una sanción que él ha decidido acatar de forma voluntaria. Eso le permitirá pasar la Navidad junto a su familia con toda tranquilidad y dedicar su tiempo libre al ocio. También parece haber dedicado parte de este último año a tomar decisiones. Algunas tan importantes como dar de baja su empresa.

Se trata de la sociedad desde la que ha gestionado su imagen, prácticamente desde que empezó a jugar al tenis. Ferek Imagen SL, dada de alta en febrero de 2004, con domicilio fiscal en Madrid, ha estado dedicada a “la representación comercial, la explotación de los derechos de imagen, así como el asesoramiento técnico y administrativo de deportistas y artistas”. Fernando ha sido el único administrador en sus 18 años de vida. También es verdad que ha tenido a alguien como apoderado, y esa persona, desde 2014, ha sido su hermana, Sara Verdasco Carmona.

La sociedad ha sido un activo muy solvente a lo largo del tiempo. Sin embargo, en los últimos ejercicios, los números no eran tan boyantes. Sobre todo en 2020, aunque debido a la pandemia por el covid-19 tampoco es algo especialmente reseñable. La empresa cerró ese curso con pérdidas de cuatrocientos quince mil euros. En 2021 logró remontar, pero no dejó de arrojar números negativos, aunque en este caso de tan solo treinta y un mil euros. Sin embargo, todavía contaba con un total activo de más de un millón y medio de euros. A pesar de todo, el tenista ha tomado la decisión de cesarla y así consta ya en el registro mercantil.

Tampoco hay ni rastro del negocio de las gorras que tanto él como su mujer lanzaron: Cocowi. Desde el inicio, se creyó que la marca les pertenecía porque, entre otras personas, Tamara Falcó, hermana de Ana Boyer, les felicitó por su emprendimiento con una imagen en la que ella misma lucía uno de los modelos. El resto de la familia hacía lo propio con pocos días de diferencia. Esto ocurrió en 2020 y desde entonces, incluido este mismo verano, tanto Ana como Verdasco han seguido poniéndose las gorras cuyo distintivo es una pieza de fruta. Sin embargo, nunca, ni entonces ni ahora, la sociedad ha estado a nombre de ninguno de los dos. La empresa, que continúa activa, está a nombre de un único socio anónimo, por lo que todo indica que ellos serían simplemente la imagen de este complemento.

Un tenista de altura

Al margen de publicidad, algo que sin duda también ha hecho generar ingresos al tenista, sobre todo desde 2013, cuando comenzó su relación con la hija de Isabel Preysler, su principal ocupación sigue siendo el tenis y parece que eso, a pesar de no respaldarse ya en una sociedad, no va a cambiar. Actualmente, ocupa el puesto número 125 de la ATP y en ningún momento ha comentado que tenga intención alguna de retirarse, es más, poco a poco va añadiendo responsabilidades en puestos técnicos, como el puesto de dirección de las finales de la Copa Davis de 2021.

Si a día de hoy ya se puede calificar su trayectoria como tenista de larga y estable, su vida personal no se queda atrás. Fernando lleva nueve años de noviazgo y cinco de casado con Ana Boyer, junto a la que se convirtió en padre por primera vez en 2019 y por segunda en 2020. La familia tiene su residencia habitual en Qatar, en Doha, y allí pasan una parte de su tiempo, aunque también residen largas temporadas en Madrid, donde se alojan en la casa de Puerta de Hierro de Isabel Preysler, pues mantienen una excelente relación con toda la familia de ella, aunque también están muy unidos a la de él. A todas luces se les podría denominar la pareja perfecta.

Para Ana, su marido es su prioridad, pues hace años que pidió una excedencia laboral para poder estar junto a él en los continuos viajes por el mundo que requiere su profesión. Desde entonces hasta ahora, jamás ha vuelto a ejercer ni el derecho ni la administración de empresas, que fueron los títulos que en su momento estudió. Ahora se dedica a su familia y a sus hijos, y es imagen de algunas grandes marcas que cuentan con ella como reclamo publicitario.