Así era un jovencísimo Joan Manuel Serrat hace casi 50 años

Con una gira bautizada 'El vicio de cantar 1965-2022', que empezó en Nueva York hace ocho meses y que llegaba a su fin en su Barcelona del alma después de recorrer toda España y América, Joan Manuel Serrat ponía el broche de oro a una carrera llena de éxitos. Lo hacía poco antes de cumplir los 79 años con un concierto memorable en el Palau Sant Jordi, donde no pudo evitar las lágrimas, pero a la vez se mostró feliz "porque todo lo que empieza tiene que acabar y si acaba bien, es fantástico".

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, los hermanos Muñoz de Estopa o Jordi Évole fueron algunos de los rostros conocidos que acudieron, entre miles de admiradores anónimos, a rendirle un último y merecido aplauso.

En su espectáculo final, el emblemático cantautor, convertido en símbolo de varias generaciones, desgranó un repertorio especial, con más canciones en catalán de lo que ha sido habitual en la gira de despedida, en el que hubo recuerdos para sus padres, sus referentes, la calle que le vio nacer y, por supuesto, no faltaron éxitos como 'Mediterráneo', 'Paraules d’amor' o 'Una guitarra', la canción con la que empezó su carrera.

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Una guitarra como la que no muy lejos de aquel escenario le regaló su padre, un anarquista afiliado a CNT, y con la que el niño Joan Manuel tocó sus primeros acordes. Sería en canciones como 'Mi niñez' en las que el artista nos describiría aquellos primeros años de infancia. "Tenía diez años y un gato peludo, funámbulo y necio, que me esperaba en los alambres del patio a la vuelta del colegio", comienza aquel tema.

Sin embargo, no todo fue idílico en la infancia de Serrat. Como aseguraba en una reciente entrevista en 'El País', "tenemos tendencia a ponerle al pasado brillos que no tuvo. Mi infancia es un territorio maravilloso para mí, pero fue oscuro: el niño le podía a la oscuridad del tiempo, abría los ojos y corría por los baldíos bombardeados, recogía vainas de armas y seguía jugando".

Sus primeros pasos en la música los da con tres compañeros de la universidad, con los que forma un grupo. Tras animarse a cantar en solitario, en 1964 debuta en Radio Barcelona y pronto consigue su primer contrato discográfico. Desde sus primeras canciones, cantadas en el idioma paterno, se convierte en todo un fenómeno, convirtiéndose en uno de los pioneros de la Nova Cançó catalana. Su éxito es tal que le permite iniciar una corta carrera cinematográfica, que arranca con la película 'Palabras de amor' en 1968.

Ese mismo año se produciría una de las mayores controversias de su carrera, cuando es seleccionado para participar en el festival de Eurovisión, pero pocos días antes del concurso se niega a cantar si no puede hacerlo en catalán. Aquel pulso al franquismo se cierra con un veto de más de cinco años en la televisión pública. Finalmente, el 'La, la, la' compuesto por Manuel de la Calva y Ramón Arcusa, el Dúo Dinámico, lo terminaría interpretando Massiel con el éxito que ya conocemos.

Durante los años siguientes, Serrat alterna la producción de canciones propias en catalán y en castellano, entre las que destaca, por supuesto, uno de los temas más bellos jamás compuestos en castellano, 'Mediterráneo'. Luego vendrían los meses de exilio en México tras sus palabras de repudio a la pena de muerte en nuestro país, su multitudinario recibimiento a su regreso a Barcelona o su aclamada gira de recitales en París.

Para la historia queda también su larga gira en 1996, 'El gusto es nuestro', con Ana Belén, Víctor Manuel y Miguel Ríos como compañeros de viaje, experiencia que repetirían veinte años después. Entre ambas giras, Serrat se embarcaba con otro compinche como Joaquín Sabina en otra aventura por la que nadie apostaba al principio, el tour 'Dos pájaros de un tiro'. Para entonces, el catalán ya había superado un cáncer de vejiga, del que había sido intervenido urgentemente de manera favorable.

Más allá de la música y de los numerosos reconocimientos que ha obtenido a lo largo de los años, su vida sentimental está marcada por la larga relación que mantiene con su gran amor, Candela Tiffón, con la que se casó en 1978 y con quien ha tenido dos hijas, María y Candela. El cantante ya tenía un hijo, Queco, nacido fruto de una relación con la modelo Mercedes Doménech. Antes Serrat mantuvo romances con artistas bien conocidas como Mónica Randall, Marisol o Lolita Flores. La segunda, incluso, llegó a cantar una de sus canciones, 'Tu nombre me sabe a hierba'.

Tampoco tendrá problemas aquel Niño del Doble Sec en disfrutar de una jubilación dorada, ya que se retira de los escenarios con un patrimonio multimillonario construido a base de largas giras, decenas de discos y miles de ventas.

Profeta en su tierra y mucho más allá, como dice Antonio Machado y él canta, nunca persiguió la gloria ni dejar en la memoria de los hombres su canción, pero a la vista está que ha terminado consiguiendo las dos cosas.