Los Cortina Lapique crean un 'holding' para gestionar la herencia de su padre
Cuando falleció Alfonso Cortina, expresidente de Repsol, en 2020, Felipe y Carlos Cortina heredaron, entre otras cosas, las bodegas Vallegarcía
Son dos de los hombres más discretos del panorama social y económico de nuestro país. Tras sus respectivas bodas en verano de 2021, que fueron ampliamente celebradas por los medios sociales, Carlos y Felipe Cortina Lapique han vuelto al cómodo anonimato de su día a día, a salvo de la curiosidad ajena. Hace tiempo que los hijos de Alfonso Cortina Alcocer y Miriam Lapique se sacudieron el sambenito de 'hijos de' gracias a su propia trayectoria en los negocios y hoy representan lo más cool de la jet financiera patria junto a otros nombres muy conocidos como el de Marta Ortega, Álvaro Falcó o Alonso Aznar, con los que comparten amistad.
Los hermanos nacieron con apenas año y medio de diferencia (Felipe cumplió en enero 41 años, Carlos cumplirá en verano 40) y tienen un vínculo muy intenso. Ambos estudiaron en colegios y universidades en Estados Unidos y pasaron por las mismas aulas de CUNEF, donde cursaron Business Administration. Felipe Cortina, el primogénito, hizo un grado superior en finanzas en la Universidad de Berkeley y un MBA en la NYU Stern School of Business tras su paso por CUNEF. Carlos escogió la Universidad de Columbia para complementar sus estudios con un MBA.
El hijo mayor de Alfonso Cortina ha destacado en los negocios con su empresa de calcetines Jimmy Lion, que logró abrir un nicho en el mercado textil. Por su parte, Carlos se ha revelado como un audaz inversor. Su padre Alfonso, quien fuera presidente de Repsol entre 1996 y 2004, tuvo una carrera muy fértil, aunque en sus últimos años se había centrado en su vocación vitivinícola, para lo que contó con la ayuda de uno de sus mejores amigos, Carlos Falcó, quien falleció apenas unas semanas antes que él en plena pandemia por el coronavirus. El resultado fueron las bodegas Vallegarcía, de las que tenía motivos para sentirse orgulloso.
Cuando falleció, los hermanos se comprometieron a perpetuar la pasión de su padre y en ello están. Gestionan 50 hectáreas de viñedo en los alrededores del Parque Nacional de Cabañeros, en el corazón de los Montes de Toledo. Además, heredaron otras propiedades inmobiliarias. Para 'ordenar' y diferenciar sus intereses personales de la herencia paterna, los hermanos han decidido fundar un holding bajo el nombre Corlap Asset Management.
Un holding empresarial es una agrupación de empresas en la que una de ellas, la matriz, controla el negocio y el resto, sus filiales, dependen de ella. Bajo el paraguas de Corlap (la abreviatura de Cortina Lapique) Asset Management, constituida de forma oficial en diciembre del año pasado, se encuentran desde hace unos días tres empresas: Pago de Vallegarcía, Las Iruelas y Valdelagua Inversiones.
Los hermanos han estado muy ocupados diseñando la nueva arquitectura empresarial de sus negocios en el último trimestre. Dentro del holding han incluido el grueso de la herencia patrimonial que les dejó su padre. Las Iruelas es una entidad vinculada a las bodegas y dedicada a la explotación agrícola. Con un patrimonio neto de 1.526.077,03 euros (según datos de 2019), antes estaba controlada por su madre, Miriam Lapique. La bodega Pago de Vallegarcía también se ha convertido en una sociedad anónima unipersonal cuyo socio único es el holding familiar recién nacido. Mención aparte merece la tercera 'hija', Valdelagua Inversiones.
Esta entidad fue creada en agosto de 2022 y está administrada solidariamente por los dos hermanos Cortina Lapique. Se dedica al negocio inmobiliario, tanto en su vertiente de alquiler como de adquisición o promoción. A nombre de esta sociedad, los hermanos gestionan una serie de locales en la milla de oro madrileña cuya propiedad comparten con otro inversor que ya fue socio de su padre.
"Un holding puede crearse por muchos motivos", nos explica un experto en el sector, "para evitar conflictos entre los socios, para simplificar la estructura cuando hay varias ramas de actividad, para controlar mejor los riesgos derivados de la actividad de cada sociedad...". También tiene una serie de exenciones fiscales dependiendo de la legislación: "Suelen beneficiarse de ventajas fiscales como la exención en el reparto de dividendos, la exención de plusvalía en el impuesto sobre sociedades cuando se transmiten participaciones de la sociedad matriz a las filiales y la posibilidad de tributar como grupo de empresas".
Paralelamente a la creación de este holding, cada uno de los hermanos ha alumbrado en los últimos meses una sociedad. En el caso de Felipe Cortina, se trata de una sociedad de inversión que ha bautizado como Corlion Investments (en un guiño quizá a su apellido y a la marca de sus famosísimos calcetines). Carlos ha optado por crear otro holding, al que ha llamado Quirolar Inversiones.
Son dos de los hombres más discretos del panorama social y económico de nuestro país. Tras sus respectivas bodas en verano de 2021, que fueron ampliamente celebradas por los medios sociales, Carlos y Felipe Cortina Lapique han vuelto al cómodo anonimato de su día a día, a salvo de la curiosidad ajena. Hace tiempo que los hijos de Alfonso Cortina Alcocer y Miriam Lapique se sacudieron el sambenito de 'hijos de' gracias a su propia trayectoria en los negocios y hoy representan lo más cool de la jet financiera patria junto a otros nombres muy conocidos como el de Marta Ortega, Álvaro Falcó o Alonso Aznar, con los que comparten amistad.