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Los humildes orígenes de María Jiménez en Sevilla
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"He pasado mucha hambre"

Los humildes orígenes de María Jiménez en Sevilla

La vida de la artista nunca fue, ni mucho menos, un camino de rosas. Sin embargo, representó todo un ejemplo de fuerza, superación y positividad

Foto: La familia de María Jiménez. (Instagram/@mariajimenezoficial)
La familia de María Jiménez. (Instagram/@mariajimenezoficial)
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María Jiménez nació un 3 de febrero de 1950 en el popular barrio de Triana, en Sevilla. Su familia era muy humilde, y nunca tuvo una vida fácil, aunque luchó con uñas y dientes para salir adelante y consiguió convertirse en una de las artistas más queridas de España. Como ella misma admitía en Canal Sur, cuando era pequeña pasó mucha hambre: “Eso no se olvida, el hambre mata. Yo he pasado mucha hambre y he luchado para que mi familia no la pasara”, reconocía en una entrevista con Toñi Moreno.

Como admitía en ‘Lazos de sangre’, donde también se refería a que de niña había pasado hambre, la artista María Jiménez tuvo una infancia pobre pero feliz. “¡Vamos que si he pasado hambre! Más hambre que un caracol en la vela de un barco”, añadía, con su característico humor. “Un día que había un flan me dio mi hermano un manotazo y se lo comió. Si yo no maté ese día a mi hermano, no soy capaz de matar a nadie”, añadía.

En una entrevista con Jesús Quintero en ‘Ratones coloraos’, María Jiménez confesó que “desde que era muy niña he tenido que estar en la calle hasta las 7 de la mañana esperando que llegara alguien con dinero para cantarle un poquito y que me diera dinero para comer mañana”.

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En la misma entrevista explicaba que su abuelo era gitano. “Y no me enteré hasta que no se murió mi padre. Yo cantaba en Los Gallos, y los gitanos decían que yo no podía ser paya, que tenía que ser gitana”. Al morir su padre, relataba, “me dice mi hermana: 'Tengo un recado para ti de papá. Eres gitana'. Y no me lo había dicho nunca”.

El motivo de esconderle esta parte de su vida también lo desvelaba María Jiménez a Jesús Quintero: “Mi abuelo, que tenía muchas varas, se jugó a mi abuela a las cartas y la perdió, por eso renegó de su padre”.

María Jiménez dejó el colegio para ayudar a salir adelante a su familia, y tuvo que emigrar para conseguirlo. “Yo me voy a Barcelona con quince años y medio, a una casa, de empleada de hogar. Nunca me ha sonado mal que me llamaran criada o chacha”, aseguraba.

Estando allí, un amigo la llevó a una casa en la que vivían varios hombres homosexuales, “y los maricones decían: '¿Que tú vas a estar aquí limpiando como tú cantas? Tú te vienes 'p’acá'. Uno me puso una flor, otro unos zapatos, otro una falda. Y me quité de limpiar”. Así, contaba en ‘Lazos de sangre’ cómo empezó a cantar en la taberna flamenca Villa Rosa de Barcelona, cobrando 200 pesetas diarias.

Después, volvió a Sevilla, donde empezó a cantar en una taberna de Triana. “Lo primero que hice fue comprarme una nevera, porque no teníamos nevera en casa”, confesaba. Estos serían los orígenes de una artista que se hizo a sí misma a base de esfuerzo, sufrimiento y valentía.

María Jiménez nació un 3 de febrero de 1950 en el popular barrio de Triana, en Sevilla. Su familia era muy humilde, y nunca tuvo una vida fácil, aunque luchó con uñas y dientes para salir adelante y consiguió convertirse en una de las artistas más queridas de España. Como ella misma admitía en Canal Sur, cuando era pequeña pasó mucha hambre: “Eso no se olvida, el hambre mata. Yo he pasado mucha hambre y he luchado para que mi familia no la pasara”, reconocía en una entrevista con Toñi Moreno.

María Jiménez Gallego
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