Marc, Yelko y Cristian: los hijos de Norma Duval que no quisieron ser famosos

"Tú lo sabes, Bertín. Antes los artistas teníamos muy buena relación con la prensa, les regalábamos los reportajes, venían a las comuniones, los bautizos, les hacíamos partícipes de nuestra vida", le decía Norma Duval a Bertín Osborne en un episodio de 'Mi casa es la tuya'. Sentado a su lado y escuchándola atentamente se encontraba el mediano de sus hijos, Yelko Ostarcevic. "Es cierto, nosotros llevamos una vida al margen", concedía el chaval. Después le confesaba a Bertín todas las zalagardas que hacía de adolescente para escaparse de casa y salir con sus amigos, reconocía que ya había "sentado la cabeza", que tenía "una novia estupenda" y que su madre, por si los telespectadores no lo sabían, era "una señora de los pies a la cabeza". "Me ha costado mucho que viniera", reconocía Norma, sin ocultar su orgullo.

Es de las pocas concesiones que han hecho los hijos que Norma Duval tuvo fruto de su primer matrimonio con el croata Marc Ostarcevic, hoy desaparecido de la vida pública y con el que durante años formó (al menos de cara al público) la pareja perfecta. Ni Marc, ni Yelko ni Cristian han seguido el ejemplo de otros hijos de personajes públicos que hoy se ganan la vida en los medios. Ellos han preferido buscar su propio camino. Solo en momentos puntuales, como en aquel programa recordaba Norma, han abierto su vida a las revistas. Ocurrió cuando Marc, el mayor, se casó y tuvo un hijo (hoy está separado) o cuando Yelko bautizó a su primera hija con aquella novia tan estupenda que le confesaba a Bertín.

Estos días, la familia ha vuelto a protagonizar titulares. Cuando aún estaban festejando la sentencia histórica por la que el Gobierno balear debe indemnizar a Matthias Kühn, actual marido de Norma Duval, con 96 millones de euros, saltó la noticia de que Hacienda le tenía bajo la lupa por un presunto fraude fiscal de once millones de euros. Tanto el 'Diario de Mallorca' como 'Última Hora' llevan días publicando distintas informaciones relacionadas con esto. En una de ellas se describe la relación empresarial del primogénito de Norma, Marc, con el magnate alemán. Al parecer, Marc Ostarcevic Martín administró durante unos meses una empresa llamada Organización Flamenca 2019, que aparece dentro del expediente que está investigando Hacienda.

Lo cierto es que los tres hijos de Norma Duval tienen sus propias carreras y han puesto en marcha distintas iniciativas empresariales a lo largo de los años. Nada que ver con el 'show business'. Durante un tiempo, Marc y Yelko gestionaron una empresa especializada en la erradicación de plagas, Crimayel Desinfecciones Todas las Plagas, que hoy administran otras personas. Los hermanos, incluido Cristian, también trabajaron juntos en otra sociedad llamada Expo Mujer.

Gracias al programa de Bertín supimos que el mediano de los hijos de Norma Duval, Yelko, vive entre Madrid y Mallorca, ya que su trabajo está relacionado con el mundo de los hoteles. En julio de 2022 dio la bienvenida a la pequeña Valentina, segunda nieta de la vedette. "Comunicaros que el 7 de julio, día de San Fermín, nació por fin mi pequeña nietecita. No puedo estar más feliz con mis dos nietos. Izan ya con 9 años y la pequeña Valentina. P.D.: Es una preciosidad de bebé. Feliz Domingo", escribía en sus redes la orgullosa abuela.

Cristian, el menor, es el único que ha flirteado con los medios de comunicación. Durante un tiempo trabajó como modelo (los tres hermanos tienen percha de sobra para eso) y concedió alguna entrevista. "Siempre he querido hacer lo que yo quiero sin usar el apellido, por mis propios medios y razones", explicaba a una agencia de prensa durante una de estas breves entrevistas. Lo de la moda no terminó de cuajar y se ha ganado la vida como monitor de pádel en un prestigioso club de Madrid. Desde 2016 administra además una empresa de consultoría de gestión empresarial, Ibermac Gestión y Desarrollo de Proyectos SL.

En aquella charla no quiso entrar a hablar de Matthias Kühn, el magnate inmobiliario alemán que tan feliz ha hecho a su madre estos años y con el que finalmente se casó en Suiza en 2022. "Trato de no meterme, me mantengo ausente. Solo quiero ver a mi madre tranquila y feliz, que es como la veo y muy contento...".

El empresario alemán ha visto como saltaba a los medios la investigación de Hacienda justo unos días después de la sentencia histórica que ha logrado ganar a la justicia española, concretamente al Gobierno de las Islas Baleares. Tras años de litigios, el empresario tendrá que ser indemnizado con casi 100 millones de euros.

El Tribunal Supremo de las Baleares (TSJIB) confirmó que el Gobierno balear tendría que pagar 96 millones de euros a la empresa Birdie Son Vida S.L., propiedad de Matthias Kühn, al desestimar el recurso interpuesto por la Administración autonómica por la operación en torno a la construcción de una serie de viviendas de lujo en Sóller, Mallorca, promovida por el empresario alemán.

Este conflicto urbanístico se remonta a 1999, cuando Kühn adquirió esta zona para construir unas 30 mansiones de lujo, en un movimiento empresarial similar a otro que ya había realizado en la zona de Andratx. Sin embargo, en pro de la conservación de esta zona natural, los terrenos fueron desclasificados por la Administración pública en 2008 y convertidos en rústicos. En 2013, la Administración y el empresario llegaron a un acuerdo que, sin embargo, nunca se cumplió, y tras varios litigios y cambios de leyes, Birdie Son Vida tuvo que defenderse en los tribunales.

Tanto en una sentencia de 2022 como en la de principios de marzo se reconoce ese incumplimiento. Así, las Islas Baleares tienen unas semanas para abonar 63,5 millones de euros como indemnización principal a la empresa, a los que se suman más de 30 millones de euros por los intereses generados.

“Ha sido una travesía por el desierto con un sufrimiento para Matthias y para todos nosotros que no se paga con dinero”, explicaba Norma Duval a Vanitatis tras conocerse la sentencia. Sin ocultar el orgullo que siente por su marido, continuó: “Nunca se echó atrás porque sabía que tenía razón. Han sido años muy duros donde el desgaste emocional ha sido importante. Y ya no digamos el económico, con un proceso que se alargaba en el tiempo después de haber llegado a unos acuerdos que se incumplieron”.