Sara Abad, de cantar para Leonardo DiCaprio y la reina Letizia a su reivindicación: "Las mujeres también producimos música"
Sara Abad concede su primera entrevista a Vanitatis con imágenes inéditas de su álbum familiar. La hija de Alejandro Abad comparte su historia desde cómo llegó a cantar en el Festival de Cannes a su compromiso con la sostenibilidad
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Todas las tardes, el productor musical y empresario Alejandro Abad recogía a su hija Sara del colegio. Después, como un ritual inquebrantable, se encerraba en el estudio que tenían en su casa de Barcelona. Sara, sin dudarlo, le seguía. “Cogía mis deberes y me iba con él. Quería pasar tiempo a su lado, así que, entre melodías y voces de grandes artistas, hacía mis ejercicios de caligrafía y matemáticas”, recuerda.
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A los doce años me di cuenta de que podía escribir canciones y que eso me llenaba
La curiosidad le llevó a descubrir su capacidad instintiva para combinar sonidos, experimentar con ritmos y entender la música de una forma natural. Con apenas doce años, Sara inventaba letras de canciones, cantaba, tocaba el piano, trasteaba con Logic—el software de producción musical —y mezclaba piano, guitarra y percusión. Lo que al principio parecía un juego terminó convirtiéndose en horas de experimentación. “Se me pasaba el tiempo volando", recuerda. "Los fines de semana, cuando mi padre no estaba tanto en el estudio, me colaba allí y podían darme las dos de la mañana sin darme cuenta”. Así, al cumplir quince años se apuntó a clases de producción musical a las que iba después del colegio como extraescolar”.
Parece que por ser mujer solo puedes escribir y cantar, nosotras también producimos
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Una de mis metas es componer canciones para otros artistas
Las mujeres también son productoras musicales
“Desde pequeña me llamó la atención que la mayoría de los productores musicales eran hombres. Después de años de formación, cuando finalmente me animé a dar mis primeros pasos en la producción musical, sentía constantemente el peso de una mirada cargada de prejuicio que decía: ‘Eres mujer, tú escribe y canta’. Es necesario cambiar esto. Las mujeres también estamos en el estudio, y por eso intento visibilizarlo en mis redes sociales”.
Sin embargo, su padre siempre la ha animado a producir con naturalidad sin importarle dichos prejuicios. Sara se ha dado cuenta de esos prejuicios ahora, aunque de pequeña también tuvo que lidiar con otros: “Cuando iba al cole sufrí bullying. Ser diferente a ciertas edades se paga caro, pero me enorgullece haber sido siempre fiel a mí misma y a mi personalidad, a pesar de que se metieran conmigo”.
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Mi padre llegó a España de Chile sin un duro y con una guitarra
La música y la producción musical eran sus grandes pasiones, a las que se unían la moda y la organización de eventos. Antes de empezar la carrera, se fue a Nueva York a hacer un curso de Fashion Business para conocer la industria y así, terminar de decidir que carrera iba a hacer.
“Finalmente, cuando volví de Nueva York, le dije a mi padre que quería estudiar la carrera de negocio del entretenimiento, un concepto poco desarrollado en España y para el que no hay muchas formaciones. Por eso, tomé la decisión de irme al extranjero”.
Así fue como Sara se trasladó a Londres, a la Universidad de Westminster, para estudiar Entertainment Business. “Allí pude ser yo al cien por cien. Cuando llegué, empecé a trabajar en una tienda de ropa para pagarme el alquiler y la vida allí”.
Quiero esforzarme muchísimo para devolverle a mi padre todo lo que me ha dado
“No te voy a negar que me siento una privilegiada y soy consciente de la suerte que tengo de poder viajar y vivir experiencias increíbles… pero mi padre siempre me ha inculcado la importancia del trabajo.
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Cuando me llaman ‘hija de’, pienso: sí, y a mucha honra, porque mi padre llegó de Chile a España sin un duro, con una guitarra, y se puso a trabajar de pizzero y en otros oficios. Por eso, yo, que he tenido la suerte de nacer con los cimientos ya colocados, siento un compromiso aún mayor.
Siento que tengo que esforzarme muchísimo, trabajar y dar lo mejor de mí para devolverle a mi padre todo lo que me ha dado. Quiero que dentro de unos años, cuando me vea, sienta que todos los sacrificios que ha hecho en su vida y todo lo que ha dado a su familia han merecido la pena”.
'Bookings' para Adele, Elton John o los Rolling Stones
Tocó el momento de escoger las prácticas en la universidad, y Sara aplicó a AEG Presents, una importante multinacional que se encargaba de las giras de artistas como Taylor Swift, Justin Bieber, entre otros, pensando que no la escogerían. Pero se equivocó. Apenas tres semanas después, el teléfono sonó para comunicarle que la habían seleccionado.
Aunque conocía a estrellas, la faceta de fan se esfumaba por la responsabilidad
“No me lo podía creer, fue todo muy rápido. Fueron cuatro meses frenéticos en los que aprendí muchísimo. Mi primer jefe era el director de Coachella y de grandes festivales. Durante mi tiempo allí, organizamos tres. Fue increíble; yo era una becaria, pero me llevaban a todos lados y trabajé mucho”.
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Como consumidora y fan de la música, quizás una de las cosas que más impactó a Sara fue estar frente a artistas como Elton John, los Rolling Stones, Charli CXC, entre otros. “Nosotros organizábamos los bookings, así que en los festivales los conocía. Aunque era fan de muchos de los artistas que veía, había tanta responsabilidad que mi faceta de fan se esfumaba. Estabas más pendiente de que todo saliera bien que de pensar que estabas ante una gran estrella”.
El día que descubrió la ecoansiedad
Cuando estaba terminando las prácticas, recibió una llamada de su madrina. Ella es Myriam Maestroni, una importante empresaria y líder en el sector energético en Francia. Había seguido los pasos profesionales de su ahijada y, antes de que siguiera creciendo, quería concienciarla sobre la importancia de la sostenibilidad.
Aprendí francés en dos meses y me fui un año a vivir a París
“Me dijo que estaba muy bien la organización de eventos y el show business, pero que debía entender el mundo que me rodea y aprender a trabajar siempre con un enfoque lo más sostenible posible. Para ello, me ofreció irme un año a París con ella”. Sara no hablaba francés, pero lo aprendió dos meses antes, hizo la maleta y, casi sin pensarlo, se fue. “No podía dejar de trabajar y aprender y, sobre todo, no podía dejar pasar esa oportunidad”. Cuando llegó, comenzó a acompañar a Myriam a todas las conferencias, a empaparse de todos sus proyectos y, un día, en una charla, descubrió un concepto que marcó en ella un antes y un después.
“Cuando hablamos de sostenibilidad, muchas veces pensamos solo en el plástico y en los problemas de los que más habla la sociedad. Pero hay mucho más, y la gente de nuestra generación está muy marcada por el mundo que nos rodea. Un día, en una charla, empezaron a hablar de la ecoansiedad”, cuenta.
Hay estudios científicos que afirman que el 85% de los jóvenes padecemos ecoansiedad
Hay estudios científicos probados que afirman que el 85% de los jóvenes de hoy en día padece ecoansiedad. “La sostenibilidad está muy ligada a la salud mental. Escuchando aquellos testimonios pensaba: ¿cómo va a estar el mundo dentro de cincuenta años tal y como lo estamos tratando? ¿Realmente quiero vivir en él, tener hijos…? Preguntas que nos hacemos todos”.
Una canción que captó el interés de Leonardo DiCaprio
Sara volvió a casa con el corazón en un puño y utilizó la música como fuente de desahogo. “En la casa donde estaba en París había un piano. Llegué y me puse a componer una canción sobre la ecoansiedad y todo lo que había despertado en mí ese concepto. Yo la padecía, pero no lo sabía hasta ese momento, porque no conocía su existencia”.
Tres semanas después, recibió la llamada de un productor de Los Ángeles. “Me dijo que Myriam Maestroni le había enseñado mi canción y que querían que la cantase en el Festival de Cannes”.
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Era una gala que organizaba Leonardo DiCaprio, quien además de su faceta de actor es activista del cambio climático. Buscaban a alguien joven para lanzar ese mensaje”. Y se hizo realidad. Sara cantó en el Festival de Cannes, frente a Leonardo DiCaprio y grandes estrellas internacionales, la canción que había escrito. “Allí descubrí que no tenía pánico escénico. Claro que estaba nerviosa, me daba mucho respeto. Pero eso no impidió que disfrutara la experiencia. Fui muy feliz”.
Su actuación frente a los reyes de España
Tras ese año en París, Sara volvió a su casa, que ya no estaba en Barcelona, sino en Madrid. Regresó con dos propósitos: había encontrado en la ecoansiedad un mensaje que quería seguir llevando por bandera y, además, quería aprender más sobre la parte de negocio.
“Soy muy creativa, me llena la música, escribir, cantar, tocar el piano… pero también producir y organizar eventos. Y quería hacerme más fuerte en eso y seguir formándome”. Por ello, comenzó un máster en Creative Direction Content and Branding en el IE Business School.
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Mientras tanto, escribió y produjo la canción 'Call me Lola' para la firma Lola Casademunt y empezó a colaborar con la Fundación Princesa de Girona.
He cantado frente a los reyes y las infantas varias veces, tengo muy buen recuerdo
“En la Fundación hicieron un programa dirigido por Sandra Camós llamado Generación Arte, enfocado a jóvenes artistas con propósito, con grandes personalidades internacionales como la cantante Joaquina. Me unía con otros cantantes y, además, podía seguir defendiendo el mensaje de la sostenibilidad”.
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Un día, la llamaron para cantar en el Teatro Real frente a la reina Letizia. “Fue increíble, ya había perdido el miedo gracias a mi experiencia en Cannes. He cantado frente a los reyes y las infantas en tres ocasiones y he podido compartir con ellos alguna conversación en esos eventos”.
Por su compromiso con ese mensaje sostenible y su trabajo en la Fundación, llamaron a Sara para conducir una TEDx Talk que se celebró en el IE University.
“Todas estas experiencias me llenaban e iban generando en mí aún más ganas de emprender y crecer en el sector del emprendimiento y de la creatividad”.
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Su proyecto en la India con la Fundación Vicente Ferrer
Cuando Sara terminó el máster, partió junto a su familia rumbo a la India para hacer un proyecto impulsado por la Fundación Vicente Ferrer.
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Sara y su familia se subieron al avión rumbo al continente asiático con micrófonos y todo tipo de utensilios para montar un estadio de grabación en la India.
“Es un proyecto que saldrá el 8 de marzo, por el Día de la Mujer. Se llama 'Manini', y tanto el nombre como la canción giran en torno a un concepto: el de la transformación de una mujer que se siente frágil e insegura a una mujer empoderada y fuerte. Es preciosa la canción, porque además grabamos a niños de allí cantándola”.
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Su presente y su proyección de futuro
Sara tiene veinticuatro años recién cumplidos. Ha vivido en distintas ciudades, ha realizado diversas formaciones y ha trabajado en la industria musical y el show business. “Siento que Sara es muchas Saras. Por eso, ahora las estoy ordenando para explotar el talento de cada una y, a través de mucho esfuerzo, ir haciendo camino”.
Fui una niña insegura y marcada por el bullying, ahora me siento fuerte y libre
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Sara se siente un poco 'Manini', como la canción que escribieron en la India. “Siempre fui una niña insegura y marcada por ese bullying. Pero ahora me siento libre, capaz y con muchas ganas. Las redes sociales me han ayudado mucho a perder el miedo. En septiembre tenía apenas doscientos seguidores, solo me veían mis amigos. Pensé que era una fuente interesante para expandirme, así que me hice un plan de estrategia. Ahora somos más de 120.000 en TikTok y la audiencia sigue creciendo, estoy orgullosa porque siento que es el resultado de mi constancia”.
Mi abuela paterna fue una gran cantaora de flamenco en Argentina
“Me divierto, subo canciones, vídeos graciosos de bromas con mi padre… y aprovecho, como te contaba antes, para mostrarme en el estudio. Las redes son un arma de doble filo, pero si tienes una relación sana con ellas y sabes utilizarlas, son una gran compañía y un apoyo profesional para proyectos”.
Mi gran sueño es devolverle a mi padre y a mi abuela todo lo que han construido y transformarlo en un legado
Sara sigue paso a paso, pero con un objetivo claro: “Aún no he sacado música porque estoy trabajando en un concepto en torno a ABAD. Mi abuela era andaluza y se fue a vivir a Argentina, allí se convirtió en una cantaora de flamenco muy importante. Ella llevaba también el apellido Abad. Mi padre ha conseguido mucho en el mundo de la música… Mi sueño sería hacer un gran festival de música en España en base al concepto ABAD. ¡Tengo muchas ideas!… voy trabajando en ellas y las estoy desarrollando. Todo lo que haga será por ellos, por mi familia. Mi gran sueño es devolverle a mi padre y a mi abuela todo lo que han construido y transformarlo en un legado. Otra de mis metas es llegar a componer canciones para grandes artistas del panorama musical hispano latino”.
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Así termina una larga conversación con Sara Abad en la que es su primera entrevista. Una mujer con propósito, que transforma sus emociones en canciones y que, al igual que el concepto 'Manini', pasó de ser una niña insegura a perder el miedo. Por eso, este es solo el inicio de un camino marcado por muchos pasos que van labrando un futuro de compromiso, visibilizando temas como la ansiedad en los jóvenes y el mundo que les rodea, y demostrando que las mujeres no solo cantan y escriben, sino que también producen.
Si la suerte es donde confluyen preparación y oportunidad. Sin duda, este será un año de suerte para Sara Abad.
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