Tamara Falcó e Íñigo Onieva llegan a España por separado mientras continúan los rumores de una posible ruptura

A pesar de los rumores de crisis que habían circulado en torno a su matrimonio, Tamara Falcó demostró su apoyo incondicional a su marido, Íñigo Onieva. Viajó a México para acompañarle en su primer medio Ironman en San Francisco de Campeche. Tras meses de entrenamientos, marcados por la disciplina y la pasión, el empresario y dueño de 'Casa Salesas' ha conseguido finalizar esta dura prueba deportiva, que consistía en 1,9 kilómetros a nado, 90 kilómetros de bicicleta y 21,1 kilómetros de carrera, en un tiempo de 5 horas y 53 minutos. “No hay reto imposible cuando la pasión y la disciplina van de la mano”, escribía ella en sus redes sociales.

Finalizada su estancia, la pareja ponía rumbo a España este miércoles para continuar con sus compromisos profesionales, entre ellos la aparición de Tamara en ‘El Hormiguero’ cada jueves. Aterrizaron a media tarde en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, pero, para sorpresa de la prensa que les esperaba, salieron de las instalaciones por separado.

Mientras que Tamara Falcó fue recogida por dispositivo en la salida premium del Aeropuerto, evitando así a la prensa, Íñigo salió por la puerta común al resto de pasajeros. Aunque agradeció las felicitaciones por su reto deportivo, Onieva evitó pronunciarse ante las preguntas sobre una posible ruptura entre ellos.

Asimismo, tampoco respondió al unfollow de su suegra, Isabel Preysler, en Instagram, hecho que corrigió a las horas. La socialité, a través de la revista ¡Hola!, aclaró que todo se debió a un descuido de quien administra su cuenta de Instagram. “Ellos están bien, eso seguro”, explicaban.

Al llegar a casa, Tamara aprovechó para escribir una emotiva dedicación a su padre, Carlos Falcó por el Día del Padre. “San José, padre y protector, reflejo del amor más puro. En él veo la fortaleza y bondad de mi padre, que ahora me cuida y me guía desde el cielo”, dedicaba en sus redes sociales con una imagen del marqués de Griñón. Justo sus palabras se producen un día antes del quinto aniversario del fallecimiento del empresario, a quien estaba muy unido.