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La princesa Letizia, la más arisca con la prensa
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La princesa Letizia, la más arisca con la prensa

Hace dos semanas, unos veinticinco periodistas y fotógrafos de sociedad de las Islas Baleares y otros venidos de toda España celebraron la segunda edición de los

Foto: La princesa Letizia, la más arisca con la prensa
La princesa Letizia, la más arisca con la prensa

Hace dos semanas, unos veinticinco periodistas y fotógrafos de sociedad de las Islas Baleares y otros venidos de toda España celebraron la segunda edición de los Premios Agre i Dolç, que reconocen como ‘buenos’ o ‘malos’ -toda una loa al maniqueísmo- a los personajes públicos que han facilitado el trabajo a la prensa o a los que, por el contrario, han dado cero facilidades a los profesionales de la comunicación que cada verano se desplazan a Mallorca, Menorca, Ibiza o Formentera para dar cuenta de la andaduras de royals, playboys y vips en general.

Si el año pasado el premio al carácter más iracundo se lo llevó Norma Duval, y al más dulce y conciliador Carlos Moyá y Carolina Cerezuela, habituales de las islas, este año la Reina se ha coronado como la más afable, a la cabeza de Diana de Francia, prima de su marido, y, de nuevo, Moyá y Cerezuela. En cambio, la princesa Letizia se  alzó como la mala malísima, por su inexistente ayuda a sus antiguos compañeros de profesión, superando a su propio marido, el príncipe Felipe, y Luis Medina, a quien le pueden “los humos, a pesar de no ser nadie”, en palabras de uno de los organizadores, un tanto cansado de las “niñerías y estupideces” del hijo de Naty Abascal.

Según el fotógrafo Pedro Prieto, uno de los coordinadores de la entrega de premios, en las votaciones no hay trampa ni cartón, ya que las razones que se esgrimen en cada una de ellas son de peso y con base sólida. “Letizia se ha llevado el premio Agre (agrio, en castellano) porque no hace las cosas fáciles. Además, su comentario durante su visita a los periodistas que cubrían la Copa del Rey de Vela nos dejó una sensación de estupor difícilmente superable”. Uno de los periodistas hace mención a la respuesta que dio la nuera real a la pregunta de si iban a quedarse el resto del verano en Mallorca. “¿Tú crees que esto son vacaciones privadas? ¿Tienes tú la solución? Pues yo tampoco”, dijo con aires de grandeza la princesa.

Algo que no agradó nada a los profesionales allí destacados, y que le ha hecho merecedora del nombrado galardón, que poco o nada se parece al que recibiera en el año 2000 de manos de Fernández Urbaneja, el mismo presidente de la APM que arremetió duramente contra Sara Carbonero. Aquel trofeo reconocía su impecable trayectoria televisiva -a pesar de no rozar la treintena-, y éste reconoce su inexperiencia como princesa y las meteduras de pata -desde el tono de reportera dicharachera en el Mundial de Sudáfrica a la frase de la discordia en el Club Náutico- , de las que, según los propios expertos en protocolo, ha hecho gala durante los últimos meses.

Pero, para mayúsculo: el enfado de los fotógrafos. “Estamos indignados con lo que sucede cada año en Mallorca cuando llegan los príncipes. La Reina es una auténtica señora y se porta con nosotros como tal, pero ellos son todo lo contrario. No saludan a su llegada al Club Náutico, y además cuando les estamos haciendo fotos sobre el barco, nos dan la espalda, aún sabiendo lo que sufrimos sobre una lancha, casi sin equilibrio”, afirman desde Mallorca, al tiempo que viven con asombro el “profundo cisma” que vive la Primera Familia a raíz de la presunta mala relación de la ex periodista estrella con las infantas Elena y Cristina. “Lo que no es normal y es bastante extraño es que no haya ninguna foto de Leonor y Sofía con el resto de primos y que cada vez que Letizia está en la isla, las infantas no estén o al revés”, dice un reconocido periodista mallorquín.

“El sentimiento de compasión hacía el Rey en la isla es profundo. Bastante tiene con lo suyo, como para tener que interceder entre sus hijas y la nuera”, afirman. La Reina, en cambio, puede presumir de un gran afecto entre la prensa. “Cuando el Rey estaba en el hospital ya tuvo la deferencia de acercarse y hacerse una fotografía con los allí presentes, cuando estrenó hace unos días su nuevo coche eléctrico también atendió a los periodistas…No se puede pedir más. Ella sí que sabe estar”.

Por las declaraciones de los fotógrafos y periodistas destacados en Mallorca, sede estival de la Familia Real desde 1973, la ansiada fotografía de la Primera Familia en conjunto vale mucho más que cualquier posado de Carbonero o la última colección de lapislázulis, obsidianas y corales de Felipe González. “Los veranos en Mallorca ya no son lo que eran”, muchos se lamentan.

 

 


 

Hace dos semanas, unos veinticinco periodistas y fotógrafos de sociedad de las Islas Baleares y otros venidos de toda España celebraron la segunda edición de los Premios Agre i Dolç, que reconocen como ‘buenos’ o ‘malos’ -toda una loa al maniqueísmo- a los personajes públicos que han facilitado el trabajo a la prensa o a los que, por el contrario, han dado cero facilidades a los profesionales de la comunicación que cada verano se desplazan a Mallorca, Menorca, Ibiza o Formentera para dar cuenta de la andaduras de royals, playboys y vips en general.

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