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Príncipes y princesas árabes llegan a Marbella sin el cobijo del rey Salman
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EL SAUDÍ SE IRÁ A TÁNGER

Príncipes y princesas árabes llegan a Marbella sin el cobijo del rey Salman

Acaba el Ramadán y los séquitos de los soberanos árabes se preparan para aterrizar en Marbella, ciudad que les debe mucho, porque algunos se gastan allí hasta 2.000 euros diarios

Foto: El rey Salman en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'
El rey Salman en un fotomontaje realizado en 'Vanitatis'

La Milla de Oro empieza a acicalarse de jazmines y boato. El Ramadán toca a su fin, y príncipes y princesas de Arabia Saudí desembarcan en Marbella ante el entusiasmo de los comerciantes y hosteleros de la zona. Al rey Salman también se le espera, pero de paso, como ya ha hecho en los dos años anteriores. Desde que se construyó su lujoso palacio tangerino, en la playa de Jbila, el monarca prefiere el destino marroquí. Es de entender. Marruecos le brinda privilegios que en Marbella no tiene: una playa privada de kilómetros de arena fina y dorada, vigilancia con fragatas en las inmediaciones de sus dependencias y todo un acuartelamiento que rodea su palacio.

En la visita que Vanitatis realizó al palacio de verano del monarca, pudo comprobar las estrictas medidas de seguridad que le rodean. La casa real saudí tomó casi por entero el pasado año la playa de Jbila para pasar las vacaciones estivales en la ciudad tangerina con casi 1.000 personas de séquito.

Aun así, el idilio que el monarca saudí mantiene con su pueblo le hará recalar en la palacio de Al Ryad en Marbella. A partir del día 18 de julio, según ha sabido este medio de fuentes próximas a la familia real, se espera la llegada de los familiares del rey. El séquito del clan también empieza a gotear por los distintos establecimientos hoteleros. Las reservas de Kuwait, Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes y Marruecos ya están inscritas en los hoteles mas lujosos de la zona.

Un kit de rezos

Según datos de Turismo y Planificación Costa del Sol, el repunte de clientes procedentes de estos mercados que obtuvo Marbella el año pasado fue del 17%. Este tipo de turista es celebrado desde que cruza el umbral de cualquier establecimiento. Su altísimo nivel adquisitivo, con desembolsos que pueden llegar a los 2.000 euros diarios, hace la boca agua a cualquier empresario de la costa.

Según consta en los listados de reservas de los hoteles de lujo, los primeros turistas árabes empezarán a llegar a Marbella a partir del día 20, después del fin del Ramadán. El punto y final del mes de meditación y ayuno para los musulmanes marca también el arranque de sus vacaciones estivales; este año de forma algo tardía al concluir la festividad el próximo 17 julio. Hoteles como Marbella Club o Puente Romano ya tienen todo preparado para recibir al séquito de la casa real.

Fernando Al-Farkh, director general de los hoteles Los Monteros y Guadalmina afirma a este medio que se “espera un verano muy atractivo en cuanto a ocupación. Nuestros hoteles están funcionando muy bien”. Marbella es la primera ciudad que cuenta con un hotel que cubre “estrictamente las necesidades del turista musulmán. Ubicado al lado de la mezquita del rey Fahd, se ubica el primer establecimiento con certificado 'halal'de España. El Alanda es un cuatro estrellas especializado en este mercado, por lo que no sirve bebidas alcohólicas ni productos derivados del cerdo. Los árabes son muy exigentes en sus tradiciones,y en previsión del aumento de turistas árabes de alto standing hay establecimientos que han tomado medidas especiales y han preparado “un kit de rezo” y una guía de localización de las mezquitas y restaurantes próximos que sirven menús 'halal'.

Salman y el bulevar de la fama

En Marbella se ha intentado todo para que el rey Salman continuara con sus estancias en su palacio Al Ryad. Hasta los integrantes del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) de Marbella quisieron ponerle en su día una estrella en el bulevar de la Fama de Puerto Banús. Allí luciría su nombre junto a Julio Iglesias o Sean Connery. Pero los que querían distinguirle, desconocían que las costumbres del pueblo árabe impiden que ningún nombre esté escrito en el suelo, por donde pisan los transeúntes. Asi que tuvieron que conformarse con entregarle una plaquita para que luciera en su palacio. El rey Salman bin Abdelaziz siempre fue un amante de Marbella. Todos quieren que siga visitándola con asiduidad. Antes en Puerto Banús fondeaba el 'Shaf London', su espectacular yate que acaparaba la atención de los turistas. Ahora tiene otro yate más grande que no cabe por sus dimensiones en el escueto recinto portuario de Banús.

Embarcaciones espectaculares como el lujoso ‘Radiant’ del jeque catarí Ben Nasserya tuvieron que atracar en el puerto de Málaga después de que le impidieran hacerlo en Puerto Banús. Semanas antes de que el ‘Radiant’ atracara en el puerto de Málaga, Ben Nasser y sus allegados habían mantenido reuniones en Catar con empresarios de Marbella que tenían un objetivo más ambicioso: la compra de la concesión de Puerto Banús. Pero no se llegó a buen término.

Marbella ha sido desde su nacimiento como destino turístico de lujo un centro de atracción permanente para los magnates y las casas reales de los países árabes. No en vano, el fallecido rey Fahd llegó a construirse un palacio en la Milla de Oro. Y su hermano, el príncipe Salman, otro. La llegada de los saudíes con sus séquitos eran esperadas año tras año por hoteleros y comerciantes, aunque en los últimos tiempos se han ido espaciando y son cada verano más discretas. Allá donde va Salman van los petrodólares. Los tangerinos esta vez se llevan la palma. Parece ser que los churros que desayunaba en la plaza de los Naranjos los tomará ahora en el espectacular recinto del Mirage.

La Milla de Oro empieza a acicalarse de jazmines y boato. El Ramadán toca a su fin, y príncipes y princesas de Arabia Saudí desembarcan en Marbella ante el entusiasmo de los comerciantes y hosteleros de la zona. Al rey Salman también se le espera, pero de paso, como ya ha hecho en los dos años anteriores. Desde que se construyó su lujoso palacio tangerino, en la playa de Jbila, el monarca prefiere el destino marroquí. Es de entender. Marruecos le brinda privilegios que en Marbella no tiene: una playa privada de kilómetros de arena fina y dorada, vigilancia con fragatas en las inmediaciones de sus dependencias y todo un acuartelamiento que rodea su palacio.

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