La boda de Thais: vestido de novia romántico, un velo vintage, sandalias de Saint Laurent y ramo de tulipanes

Como les sucede a muchas parejas, el trabajo unió los caminos de Thais y Joaquín. "Ambos somos abogados. Empezamos nuestras carreras juntos en el año 2019. Desde el momento en que compartimos nuestra primera conversación, fue un auténtico flechazo y Joaquín no tardó en pedirme la primera cita. Ambos tuvimos claro que estábamos hechos el uno para el otro", declara Thais.

Un flechazo que terminó en petición de mano. "En octubre de 2022 y aprovechando un fin de semana en Ginebra, Joaquín me pidió matrimonio. Para mí, fue mágico. Sinceramente, no me lo esperaba y en una noche de otoño, bajo la lluvia, en el faro que se levanta iluminado por una luz rosada en el centro del lago Lemán, Joaquín se arrodilló y me entregó un anillo precioso". Un solitario con un zafiro de la joyería Suárez como símbolo de su promesa de amor y la intención de querer pasar el resto de sus vidas juntos.

Fijaron la fecha de su boda para el 2 de septiembre de 2023. "Mi sueño era que toda la celebración tuviera lugar al aire libre", confiesa la novia. La ceremonia religiosa, en la capilla de Nuestra Señora de Begoña (La Florida). "Era un lugar muy especial para mi marido, ya que una de sus abuelas se llamaba Begoña y además han celebrado muchos momentos especiales en ese templo", explica la abogada. La celebración, en la finca El Chaparral. "Desde el día que la vimos, nos enamoramos del lugar y del equipo que, efectivamente, se volcó por completo desde ese momento para contribuir al mejor día de nuestra vida".

Thais y Joaquín no estuvieron solos, contaron con el asesoramiento del equipo de wedding planners de El Sofá Amarillo: "Estamos muy agradecidos de haber contado con ellas, nuestros ángeles de la guarda que aparecieron en la organización de nuestra boda cuando más lo necesitábamos y nos dieron una confianza increíble".

Con la fecha y el lugar marcados en la agenda, tocaba dar el pistoletazo de salida a la búsqueda del vestido de novia: "Pese a que fui a ver distintos talleres antes, nada más conocer a Tamara de Romancera supe que sería ella quien diseñaría mi vestido de novia. Tuvimos una conexión muy especial y desde el primer momento entendió perfectamente lo que deseaba. Caí rendida ante su colección de telas, y el cariño, el entusiasmo y la pasión que puso todo el equipo en crear un diseño especial para mi boda es algo único que nunca olvidaré".

Enamorada de la particular visión que Tamara Vázquez posee del universo nupcial, Thais le dejó claro desde el primero momento que dos palabras deseaba que definieran su traje: "Sencillez y elegancia. Fue Tamara quien consiguió darle ese toque mágico y romántico que necesitaba. El día que fui a ver el boceto, supe que era el vestido de mis sueños. Todavía recuerdo cómo la diseñadora me hablaba de cómo sería una vez terminado, explicándome el papel que jugarían todas y cada una de las telas, como si estuviera viendo el vestido con sus propios ojos. Recuerdo aquella conversación y efectivamente mi vestido es tal y como me lo describió. Increíble."

En ese momento arrancó un proceso de creación cuidado, minucioso y repleto de instantes para el recuerdo: "He perdido la cuenta de las citas que hemos tenido, pero lo que más valoro y lo que verdaderamente ha hecho que estuviera totalmente feliz con mi vestido fue la capacidad de Tamara de escucharme y su esfuerzo para llevar a la realidad la idea. Siempre recibiendo consejos y ayuda por su parte, pero con la sensación total de que su intención era que mi vestido fuera tal y como lo deseaba. Aún me asombra su capacidad para entender cada ajuste que sugería y el motivo del mismo, así como su habilidad para hacer que fuera el vestido de mis sueños".

A pesar de la distancia, Thais, natural de Valencia, quería que su madre la acompañase a todas y cada una de esas citas en el taller de Romancera situado en Madrid. "Para mí era especialmente importante cuadrar agendas para asegurar que mi madre (que vive en otra ciudad) pudiera acompañarme a cada prueba. Valoro mucho el esfuerzo que hizo Tamara y el equipo para ajustar agendas y hacerlo posible. Cuando fue necesario, alargaron horarios y aseguraron que la ilusión de verme creando el vestido, acompañada de mi madre, se cumpliera. Todo esto es gracias a Tamara y a las chicas de Romancera que forman parte de su taller. Son un equipo increíble", cuenta la novia.

Para la confección del vestido de novia de Thais, Vázquez empleó hasta ocho tejidos diferentes. Su look nupcial, compuesto por dos prendas, fue el resultado de un trabajo artesanal por parte de la diseñadora y sus costureras. "Thais llevó un vestido base de cuello halter y, como aderezo, una pieza de la que brotaban las mangas", describe Tamara de Romancera.

"Empleamos crepé satén de seda tamizada con bambula de seda y más bambula de seda rústica plisada y drapeada para el cuerpo, eso para la prenda interior. En el exterior del traje, organza rústica con muselina y mangas de muselina plisada con puños ajustados. El interior estaba forrado de satén", detalla la modista nupcial para Vanitatis.

El vestido de novia que Thais había imaginado cobró vida gracias a Tamara Vázquez. Faltaba armar el repertorio de accesorios. Empezando por el más especial en su atuendo: el velo. "Perteneció a la bisabuela de Joaquín y para mí fue un auténtico honor poder llevarlo en nuestra boda. En la última prueba con Tamara pensamos cómo podía lucirlo y finalmente decidimos que el velo cubriría toda mi cabeza".

Para dar los primeros pasos hacia su nueva vida, Thais se calzó unos zapatos que le habían regalado sus amigas. "Eran las sandalias Bianca de Yves Saint Laurent, un obsequio especial y único que siempre guardaré conmigo".

En cuanto a joyas, además del anillo con el que Joaquín le pidió matrimonio, "llevé otro anillo de diamantes que me regaló su familia en la pedida de mano oficial, ese de la joyería Rabat. Además, utilicé unos pendientes muy sencillos de M de Paulet que me enamoraron en cuanto los vi, así como un casquete de la misma firma que lucí durante la fiesta, para dar un toque aún más especial a mi look".

En su listado de esenciales, solo quedaba el ramo de novia. "Para mí los tulipanes siempre han sido una de mis flores favoritas, pero lo son aún más desde aquel día que viajé a Ámsterdam a visitar a Joaquín, que estaba allí de viaje de trabajo. Recuerdo como si fuera ayer cuando le vi esperando en el aeropuerto con un cartel con mi nombre y un enorme ramo de tulipanes amarillos. Unas semanas antes de la boda, lo comenté con mi amiga Pati y nos pareció una idea muy especial. Cuando vi el ramo el día de la boda me quedé asombrada de cómo Aquilea consiguió hacer de nuevo realidad la idea que tenía en mente".

No le faltaba nada. El día de la boda llegó y, unas horas antes del encuentro con Joaquín en el altar, la abogada debía prepararse. Lo hizo en un piso ubicado en el barrio de Salamanca: "Al no vivir en Madrid mis padres, decidimos buscar un lugar alternativo donde amanecer todos el gran día y al mismo tiempo que nos sirviera para vestirnos, maquillarnos y peinarnos, a mi madre, mi hermana, mi abuela y a mí. Elegimos hacerlo en un piso en la calle Velázquez. Era un lugar muy significativo para mí, ya que me recordaba a la primera cita que tuve con Joaquín, en un restaurante italiano que está justo debajo del piso que elegimos. Tuve mucha suerte de poder compartir con mis amigas y mi familia los momentos previos, mientras me vestía. Fue muy emotivo y no me olvidaré jamás de esos momentos tan especiales".

Del maquillaje y la peluquería se encargó Gema Ledesma: "Destacaría de ella su cercanía, lo sentí desde la primera prueba. Siempre he tenido claro que deseaba algo sencillo para el maquillaje y un recogido bajo y trenzado, estilo bailarina. Fue exactamente lo que Gema creó".

Del brazo de su padre y padrino, Thais llegó a la capilla de Nuestra Señora de Begoña y, acto seguido, arrancó la ceremonia religiosa. "Hasta allí llegamos juntos mi padre, mi madre, mi hermana y yo, acompañadas de Ale, la fotógrafa de Flo Weds. Qué alegría que supiera captar esos momentos tan mágicos en el trayecto hasta un lugar cercano a la capilla, donde nos esperaba Florentino, de Landrover Events, con su increíble 4x4 que Aquilea había decorado de manera muy cuidadosa. En ese momento nos separamos e hice los últimos metros hasta el altar acompañada de mi padre. Es recordar esos minutos y sentir la emoción de aquel momento".

Sobre la ceremonia religiosa, la abogada recuerda que "fue muy emotiva, recordamos con especial cariño las voces e instrumentos de nuestro coro, Quinteto Recuerdo. Cumplieron con creces nuestras expectativas e hicieron de las músicas elegidas un sueño. Asimismo, fue muy especial para mí entrar al altar detrás de once niños que son para nuestra familia y amigos una bendición. Me hace muy feliz haber podido compartir también ese momento con ellos, que iban espectaculares vestidos de Teresa y Leticia".

Thais y Joaquín ya eran marido y mujer, y junto a todos sus familiares y amigos se trasladaron hasta la finca El Chaparral. A pesar del sueño de celebrar una boda al aire libre, la lluvia lo impidió.

"El cielo amaneció cubierto de nubes y con amenaza de tormentas, que dejaron caer mucha agua desde el momento en que llegamos a la finca. Por suerte, estábamos respaldados por un gran equipo de profesionales que hicieron posible que no se notara que, hasta tres días antes de la boda, todo estaba planteado de una manera diferente. El Chaparral no puso más que facilidades a la reorganización del planteamiento. Aquilea reaccionó igual de ágil y convirtió los espacios interiores de la finca en un sueño. En ninguno de los salones faltó ningún detalle y sobre todo en el salón principal donde tuvo lugar la cena se notó el cariño y la dedicación que emplearon en hacer de nuestro 'plan B', un auténtico exitazo. Daba la sensación de estar efectivamente al aire libre".

En ese cambio de ubicación, del exterior al interior de la finca, el equipo de El Sofá Amarillo jugó un papel determinante. "Deseaban casi tanto como nosotros que el tiempo acompañara, sin dejar de trabajar ni un segundo los días previos para reorganizar a todos los proveedores, sus localizaciones en interior y sus timings. Viéndolo con perspectiva a día de hoy, hasta nos alegramos de que lloviera, porque de verdad que no cambiaríamos ni un solo detalle de cómo sucedió todo, tal y como nos imaginábamos: un día en el que disfrutar el uno del otro y compartir nuestro 'sí, quiero' con toda nuestra familia y amigos. No podemos ser más afortunados", relata Thais.

El catering corrió a cargo de Ciboulette: "El cóctel fue como queríamos, algo sencillo y ameno, sin grandes complicaciones y la cena espectacular con un postre, su famosa tarta árabe, que no dejó a nadie insatisfecho. Además de eso, el trato de todo su equipo y el cariño que nos mostraron fue muy especial para nosotros".

Tanto en la decoración como en la gastronomía, la ciudad natal de la novia estuvo presente en la boda: "Desde el primer momento tuve la intención de hacer referencias a mi tierra y tuve la suerte de que el equipo de El Sofá Amarillo entendiera lo importante que era para mí y supiera darme las alternativas que a día de hoy me hacen sentir orgullosa. En toda la decoración había elementos haciendo referencia a la Comunidad Valenciana y sobre todo a mi pueblo, Benissa, como, por ejemplo, naranjas que decoraban las mesas, colgando sobre ellas de naranjos que cuidadosamente Aquilea seleccionó y decoró".

"También me hizo mucha ilusión que todos mis invitados pudieran disfrutar de una de mis cosas favoritas y muy de la Comunidad Valenciana, la horchata y los fartons, que no faltaron en el puesto de Monorxata que vino a visitarnos desde la mismísima Valencia. Por último, pero no por ello menos importante, tengo que hablar de la patrona de mi pueblo, la Puríssima Xiqueta, una Virgen que me acompaña en todos los momentos de mi vida y que no podía faltar en el día más importante. El equipo de El Tintero nos ayudó a recrear un retablo para que todos los invitados pudieran llevársela consigo y, sobre todo, para que nos acompañara", cuenta la abogada.

Sentados a la mesa, Thais destaca la presencia de los meseros: "Fueron todos cosidos a mano por Ana, la madre de Joaquín, siguiendo una temática floral, con unos diseños preciosos. Un detalle muy importante para nosotros".

Después de la cena, la novia y su padre abrieron el baile: "Saliendo de lo convencional, el primer baile fue con mi padre, con un exitazo como 'Stand by Me' de fondo. Fue un momento muy especial para mí poder bailar con él una de sus canciones favoritas. Después, hubo cambio de pareja y bailé con Joaquín una de las canciones que marcan toda nuestra historia: 'Aprender a quererte', del grupo Morat. Fue un baile muy simpático y movido para abrir la pista". Tras ellos, "Carlos de Dándote Ritmo, que como DJ nos hizo vivir a todos una noche única en la que en ningún momento se vació la pista de baile. Nos acompañaron también los chicos de Drums on Live. Un auténtico espectáculo a pesar de la falta de ritmo de mi marido. No pudimos pasarlo mejor".

Para el momento fiesta, Thais lució el vestido base y se despojó de la pieza adherida que Tamara de Romancera había ideado para ella, y tal y como habían avanzado, sumó una corona joya de M de Paulet.

"El día de mi boda fue el más feliz de mi vida y además de eso, según mi sensación, el más corto. Todo pasa volando. Son muchas emociones y momentos mágicos que hacen que el día pase muy rápido. Mi consejo es que desde el momento en que te levantes ese día, te fijes en todo, no te alejes de tu familia en los previos para exprimir al máximo los nervios del momento. Una vez llegada al altar, agarra la mano de tu marido y no la sueltes. Tengo un gran recuerdo del día de mi boda porque no me separé de Joaquín ni un segundo y lo rememoro como un día mágico de los dos, no solo mío, que al fin y al cabo es lo que aquel día comenzó. Nuestra vida juntos como uno solo".