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La boda íntima de María en Lanzarote: del vestido de novia con abrigo de tweed y diadema XL a una decoración inspirada en viñedos
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La boda íntima de María en Lanzarote: del vestido de novia con abrigo de tweed y diadema XL a una decoración inspirada en viñedos

María y Humberto celebraron un enlace íntimo en la isla, donde nació la novia, con guiños al mundo del vino, el que unió a la pareja. Adéntrate en su gran día

Foto: La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)
La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

El mundo del vino cruzó los caminos de María y Humberto y el mundo del vino fue el hilo conductor de su boda. María Eugenio, natural de Lanzarote, acababa de mudarse a Logroño por trabajo, es la responsable de eventos y enoturismo en una bodega. Humberto Quilón, por su parte, es director comercial de otra. "Cuando llevaba solo unos días en La Rioja, la bodega para la que trabajaba, organizó un evento y allí estaba Humberto. María, una compañera, nos presentó y nos pasamos el rato hablando. Después de esa noche, tuvimos la necesidad de seguir en contacto y seguir conociéndonos. Podría decirse que a partir de ese momento no volvimos a separarnos. Estaba claro que teníamos que encontrarnos", cuenta la novia.

Cuando estaban a punto de cumplir su segundo aniversario, Humberto pidió su mano. "Fue en casa, el día de mi cumpleaños. Sin duda, el mejor regalo que podría tener en la vida. Fue muy sencillo, pero muy bonito y muy emotivo. Solo nosotros dos. No era necesario nada más", confiesa la experta en eventos.

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

Con su compromiso matrimonial, María y Humberto fijaron la fecha de su boda: el 2 de diciembre de 2023. "Aunque vivimos en La Rioja, yo soy de Lanzarote, y dado que ambos lo consideramos un paraíso, decidimos que no había mejor lugar para celebrar nuestro enlace. Siempre soñé con casarme en la iglesia donde lo hicieron mis padres y así fue". La novia habla de la parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios en Yaiza, un pueblo de la isla.

"En cuanto a la celebración, fue en la antigua casa de mis abuelos convertida en un restaurante hace casi 20 años por mi padre. Es una casa antigua típica de Lanzarote, que para mí tiene mucho significado. Aunque mi padre no está, sabía que celebrando la boda en su casa, donde se crio, haría que estuviera más cerca de mí ese día". Ni el padre de la novia, ni el del novio, pudieron acompañarles el día de su boda. "Decidimos que, ya que nuestros padres habían fallecido y no estaban en la boda, serían nuestros hermanos quienes nos llevarían al altar". Irina, la hermana de María, ejerció de madrina, y Armando, hermano de Humberto, de padrino.

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

"Queríamos una boda íntima, no más de 100 invitados, para poder disfrutar del día y de la gente que nos iba a acompañar. La lista se quedó en 120, de los cuales finalmente fuimos 98 tras unas cuantas bajas. Para nosotros el número fue perfecto. Pudimos disfrutar de todos los invitados y pasar tiempo con cada uno de ellos", explica María.

Viviendo en Logroño, a la pareja no le quedó más remedio que delegar parte de la organización en expertos de la isla. "Decidimos contratar a una empresa de Lanzarote que se dedica a organizar eventos sociales y corporativos llamada D.O. Eventos. Y la verdad que fue la mejor decisión, nos hicieron la vida mucho más fácil durante el año que estuvimos organizando la boda. Ellos, a su vez, contrataron a una wedding planner, Alicia Carreras, que nos facilitó todo el día del enlace. Fátima, mi madre, fue la encargada de estar en contacto con ellos durante todo el proceso".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

Con la boda en marcha, María no lo pensó dos veces y cogió el coche rumbo a Madrid desde La Rioja para llamar a la puerta del taller de Helena Mareque. "Llevo muchos años siguiendo a Helena en redes sociales y viendo sus diseños. Fue la primera persona que vino a mi cabeza cuando Humberto me pidió matrimonio. Así que supe que sí o sí, quería verla y tener la oportunidad de crear junto a ella el vestido más especial e importante de mi vida. Pedí cita con ella un mes después de estar prometida, y no necesité más, solo tuve cita con Helena para crear mi vestido. Tuvimos una conexión desde el primer momento, Helena tiene una sensibilidad que poca gente tiene, supo captarme desde el principio. Una conexión que también tuvo con mi madre y mi hermana, para las que diseñó también sus vestidos".

La gallega que viste a las novias más cool y estilosas cada temporada, sería también la creadora del vestido de novia de María.

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

"La verdad que no tenía claro 100% cuál iba a ser el diseño, pero sí una idea bastante clara en mi cabeza. Soy una persona bastante sencilla a la hora de vestir, pero con un gusto muy marcado y muy particular, ya que aunque soy bastante clásica, siempre me gusta darle un toque moderno a mis looks. Eso mismo era lo que quería reflejar en mi vestido de novia. Y Helena Mareque hizo que se convirtiera en realidad. Sus manos hacen pura magia. En nuestra primera cita en el atelier, me hizo una cuantas preguntas para conocerme un poco más y eso fue suficiente. Al día siguiente tenía elegido por completo el vestido de mis sueños", cuenta la novia.

El proceso de creación fue "uno de los más emocionantes de mi vida", confiesa. "Tenía que ir desde Logroño. Siempre era los mismos días de la semana, martes y miércoles, ya que en ese momento eran mis días libres. Era lo mejor del mes, poder ir a ver los avances de mi vestido y de paso poder pasar unos días en Madrid. Aprovechaba también para ver a mis amigas. Cada vez que iba, me enamoraba más de mi vestido".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

De esos viajes mensuales a Madrid y sus visitas al taller de Helena Mareque, salió un look nupcial desmontable que iba cambiando según avanzaba cada momento de la boda. "Conseguimos crear un vestido que me representaba y que iba a ir cambiando a lo largo de la boda. Para mí, una de las cosas primordiales desde el inicio del proceso, es que quería ir cómoda, con un vestido que me permitiera moverme en todo momento". Dos piezas, un vestido base y abrigo fabricado en tweed, que le otorgaron a María una imagen nupcial única.

"Para la ceremonia elegimos una capa tipo chaleco con cola, con una tela que era un sueño. Fue la primera tela que vi en el atelier y me enamoré de ella al instante. Además, llevaría la diadema que había diseñado Teresa Briz para mí con la misma tela. Para la celebración, creamos diferentes looks. Lo primero era quitarme la capa para poder ir más cómoda. Seguidamente, decidimos crear otro look que fuera solo con el vestido, quitándome la diadema y dándole todo el protagonismo al traje base. Una vez terminado el banquete, creamos un nuevo look. Era algo muy sencillo, pero a la vez muy elegante. Para el primer baile, Helena creó una lazada grande en color negro que colocaríamos al final del escote de la espalda", resume María.

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

En este punto de la historia, es Helena Mareque quien nos detalla el proceso vivido con María y nos cuenta con sus palabras como fue su vestido de novia. "Cuando María y su familia llegaron al estudio se convirtieron en protagonistas de una historia de amor recíproca. Le encantaban nuestros diseños y tenía una entrega absoluta a nuestras propuestas. Planteamos un vestido minimalista con un lazo de raso negro. Para la iglesia, eligió un abrigo en un fantástico tejido de otoño. El punto lo dio su fantástica y creativa madre al regalarle dos pañuelos de Hermès en la última prueba para que no se despeinasen camino de la iglesia en el descapotable de su padre".

Otro recuerdo a la memoria del padre de la novia, llegó en forma de regalo por parte de Helena y su equipo de costureras. "Por dentro del vestido bordaron el nombre de mi padre junto a una estrella para que me acompañase durante todo el día".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

Con un vestido de novia tan especial, la sencillez primó a la hora de escoger los complementos. Destacando, la diadema XL de Teresa Briz. "Respecto a las joyas, desde el principio sabía que quería llevar unos pendientes de mi madre, que además serían mi cosa azul y prestada. Se trata de unos pendientes pequeños, en forma de rosetón, con un zafiro grande en el centro y rodeado de pequeños diamantes, todo engarzado en oro amarillo. Además, y aunque sé que no es común que las novias lleven reloj, yo decidí hacerlo. Llevaba el reloj de mi abuela, un reloj muy especial para mí, que ella me regaló por mi 13 cumpleaños, y que hacía que ese día estuviera más cerca de mí, ya que ya no está con nosotros".

Para María, los zapatos eran la joya de la corona. "Tenía muy claro cuáles iban a ser desde el principio: el modelo Sacaria de Jimmy Choo. Incluso decidimos hacer el vestido más corto para que el zapato se viera en todo momento con el look. Mis segundos zapatos, los cuales llevé durante muy poco tiempo, ya que los primeros eran tan cómodos que no tuve casi la necesidad de cambiarme, eran unas cuñas de Mint & Rose en color crudo con lazada negra".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

"El ramo era perfecto. Creo que es la palabra que mejor lo define. Mi flor preferida es la peonía y desde pequeña sabía que sería la estrella. Pero la suerte no siempre juega a tu favor, y eso es lo que me pasó. Acudimos a Los Cedros, la que para mi es la mejor floristería de la isla. Allí estaban Fermín y Javier, los propietarios. Ellos son puro gusto y estilo y saben captar a la perfección todos los detalles, por ello sabía que aunque no iba a ser posible utilizar peonías por la época del año en la que nos encontrábamos, harían lo posible para que el resultado fuera el mismo. Y así fue, utilizaron una flor, una rosa en este caso, llamada David Austin, que es exactamente igual a la peonía. El ramo era una mezcla de las rosas de color blanco, con ramas verdes, y un lazo en color topo. En el último momento incorporamos una lazada más en color azul con la frase: "Hoy tu estrella brilla más que nunca". Fue un regalo muy especial que me hicieron unos amigos en la preboda para que mi padre estuviera más cerca de mi".

El novio, Humberto, apostó por un total look de Silbon. "Siempre le ha encantado ese firma. Él sabía que quería ir en chaqué, pero no el clásico con pantalón diplomático y chaqueta negra. Quería algo más moderno que lo representara más. Por ello eligió un chaqué azul marino. Lo complementó con una camisa azul espiga con puño doble para los gemelos. Eligió un chaleco cruzado color crudo y corbata en colores azules y verdes. Tuvo un detalle con sus testigos, les regaló a todos los calcetines para la boda, que él llevaba iguales. Unos calcetines azul marino, con lunares blancos en los cuales estaba grabado nuestras iniciales y la fecha de la boda".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

El día de la boda, María confió su maquillaje en Mer, de Mer Cosmetics con la premisa de ir natural. "En mi vida diaria apenas me maquillo, y no quería ir siendo alguien que no soy el día de mi boda". El peinado, una coleta con ondas, sumó puntos a esa sencillez de la que quería hacer gala.

De la ceremonia religiosa, la novia se queda con las palabras del párroco. "Al poco de prometernos, fuimos de viaje a Lanzarote y aprovechamos para hablar con el párroco, solicitar la fecha que teníamos en mente para la boda y poder empezar a organizar todo. Además de toda la documentación necesaria para la ceremonia religiosa, nos dejó una hoja con una serie de preguntas sobre nosotros y nuestra relación. Nos pidió que cada uno respondiera la suya y le enviásemos las respuestas para conocernos un poco más. Nuestra sorpresa fue, cuando en mitad de la ceremonia, empezó a hablar de nosotros, formuló una historia con todo lo que habíamos escrito, hablando de nuestra historia de amor, de como nos conocimos y de lo que significábamos el uno para el otro. Fue un momento único, muy emotivo, que hizo que todos los invitados acabasen llorando".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

Convertidos en marido y mujer, María y Humberto se trasladaton hasta la finca familiar para comenzar los festejos. "No teníamos una temática como tal, pero si es cierto que ya que fue el mundo del vino el que nos unió, quisimos hacer ciertas menciones. Es por ello que el seating plan estaba hecho con botellas de vino, y los nombres de las mesas eran variedades de uva, tanto de Rioja como de Canarias. En cuanto al resto de la decoración, tenemos que decir que no sabíamos cual iba a ser hasta el día de la boda. Mi madre se encargó de todo junto a Fermín, de Floristería Los Cedros, y decidieron que fuera una sorpresa. Era una decoración invernal, combinando flores en tonos ocre, granate, rosa palo y naranjas, mezclado con hortalizas y frutas de invierno".

"D.O. Eventos se encargó de todo. Hubo una coordinación excepcional entre todos los equipos, tanto los organizadores, el servicio de comida que era el del propio restaurante y los floristas. Nos sentimos privilegiados de haber podido contar con todos los que participaron en la organización de nuestra boda. está claro que sin ellos nada de eso habría sido posible".

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La boda de María y Humberto en Lanzarote. (Fotos Bodas Crudas)

Echando la mirada atrás, María nos cuenta que "guardamos muchos recuerdos y detalles de ese día tan mágico y especial, y supongo que uno de ellos es el haber sentido a nuestros padres aunque no estuvieran físicamente. Pero sin duda, el mayor recuerdo con el que nos quedamos, es haber podido tener a toda la gente a la que queremos acompañándonos. Ver que todo el mundo disfrutaba y poder disfrutar nosotros con ellos. Incluso habiendo mucha gente que no se conocía de antes, conseguimos que se creara un ambiente extraordinario en el que todo el mundo se relacionó. Fue un día muy especial".

Concluido el banquete, la fiesta comenzó y con ella, el primer baile de los recién casados. "Humberto es un apasionado de la música, así que fue él quien se encargó de esta parte de la boda. Tanto de la música para la iglesia, la de la entrada al banquete o el reparto de ramos, y la canción de nuestro primer baile. Estuvo dudando entre dos opciones, pero finalmente se decidió por 'Can´t help falling in love', de Elvis Presley, una canción que nos encanta a los dos y que ha sonado en muchos momentos importantes de nuestra vida".

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Un día mágico y para cerrar el album de boda de María y Humberto, ella nos da una recomendación para futuras novias. "Creo que el mejor consejo que puedo darle a las futuras novias es que disfruten. Pero no solo el día de la boda, sino que disfruten de todo el proceso, desde el momento en que les pidan matrimonio y empiecen a organizar la boda. Es un proceso increíble. Es la mejor decisión que hemos podido tomar y sobre todo es el mejor viaje de nuestras vidas".

El mundo del vino cruzó los caminos de María y Humberto y el mundo del vino fue el hilo conductor de su boda. María Eugenio, natural de Lanzarote, acababa de mudarse a Logroño por trabajo, es la responsable de eventos y enoturismo en una bodega. Humberto Quilón, por su parte, es director comercial de otra. "Cuando llevaba solo unos días en La Rioja, la bodega para la que trabajaba, organizó un evento y allí estaba Humberto. María, una compañera, nos presentó y nos pasamos el rato hablando. Después de esa noche, tuvimos la necesidad de seguir en contacto y seguir conociéndonos. Podría decirse que a partir de ese momento no volvimos a separarnos. Estaba claro que teníamos que encontrarnos", cuenta la novia.

Vestido novia Bodas
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