¿Habrá salmorejo en la boda de Pippa Middleton?

Pippa Middleton, cuñada del (posible) próximo rey de Inglaterra y futura Lady de Glen Affric (será el título que adquiera al contraer matrimonio con James Matthews), es una declarada forofa de nuestro país, de la tortilla de patata y del salmorejo en sus visitas al sur andaluz, de la kokotxa y las exquisiteces donostiarras en sus escapadas al norte de la península. También ha hecho sus pinitos con el flamenco. Ella misma se ocupó de aprender y explicar el trasunto con la manzana después de recibir clases de un bailaor que contrató ex profeso durante su estancia en Sevilla en 2013, la ciudad en la que celebró entonces su 30 cumpleaños. Lo contó todo, emocionada, en la columna semanal que por aquel tiempo firmaba en The Telegraph.

Pippa suma España entre sus pasiones, querencia que comparte con gran parte de los invitados a su boda. Su futuro cuñadísimo sin ir más lejos, Spencer Matthew, (hermano de James), el encargado de velar por las alianzas, el fiestero mayor del Reino (Unido), suele convocar parties de estilo ibicenco en cuanto se aburre más de 30 segundos seguidos. Por la isla le recuerdan de junio del año pasado, como cliente vip de una conocida sala de fitness en la que se labró la musculatura antes de que le sorprendiera el verano. De hecho esta imagen de su instagram en la que vemos a su novia Vogue Williams, es de hace una semana en la playa ibicenca de playa Es Jondal. Suponemos que estaba pillando moreno para la boda. Nos referimos a él, claro, porque ella no está invitada.

Hay quien se apuesta que el paje y la dama de honor del enlace, los príncipes Jorge y Carlota, caminarán hacia el altar abriendo paso a la novia luciendo moda de ceremonia española. La tendencia actual son las faldas de tul, vestidos de plumetti y las bailarinas para las niñas de arras más angelicales; pajarita en color pastel y tirantes en el caso de los varoncitos que abren el cortejo nupcial. Estamos seguros de que la nanny palentina de los niños de los duques de Cambridge habrá inclinado de nuevo la balanza hacia la moda infantil “made in Spain”, nunca ha fallado en su elección en sintonía con el gusto clásico de Kate Middleton.

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E. B.

Meghan Markle es, de lejos, la más y mejor conocedora de España. No hay más que visitar su cuenta de Instagram para reconocer rincones de Ibiza y Madrid. Ojo, la capital en pleno agosto aparece reflejada tanto en copas de buen gintonic como en la ruta de los Museos, la novia del príncipe Harry es de tocar todos los palos: tapas en Chueca, verbena en La Latina, burguer en Malasaña… a la canadiense no le importa hacerle fotos a todo, y colgarlas en las redes para envidia y ejemplo de su novio, el hermano con pelo de la familia real británica.

Así que, mucho nos tememos, que la boda british del año va a tener un cierto regustillo español.

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