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2021, el año en el que la suerte de Urdangarin y la infanta Cristina empezará a cambiar
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FAMILIA DEL REY

2021, el año en el que la suerte de Urdangarin y la infanta Cristina empezará a cambiar

Después de luchar con uñas y dientes por el tercer grado, el cuñado del Rey podrá salir de prisión. Su mujer podrá despejar las dudas sobre su futuro laboral

Foto: Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en 2019 en Vitoria. (EFE)
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en 2019 en Vitoria. (EFE)

Entrar en prisión ha sido el golpe más duro de su vida, pero para una mente de deportista de élite como la suya supuso también el primer paso hacia el final. Iñaki Urdangarin vivió un largo proceso judicial -condenado además en la calle antes que en los tribunales- y entrar en la cárcel fue como ver la luz al final del túnel. Ahora, dos años y medio más tarde, ya tiene una solución: no debe volver a prisión y puede salir del centro de integración social (CIS) asignado cada día, para ir a realizar su voluntariado al Hogar Don Orione, y un fin de semana al mes, para estar con los suyos. Mientras, su mujer, la infanta Cristina, podría despejar también este año las dudas sobre su futuro laboral.

Si nada se tuerce, el exduque de Palma ya no volverá a la prisión de Brieva. Instituciones Penitenciarias ha decidido que puede ir a dormir al CIS de Alcalá de Henares, lo que no supone el cambio de régimen que él deseaba pero es una clara mejora en sus condiciones. Desde que entró en la cárcel femenina de Brieva, en junio de 2018, Urdangarin ha batallado con uñas y dientes para salir. Eso sí, conseguirlo dos años y medio después fue siempre el peor de sus pronósticos.

placeholder Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en Barcelona hace un tiempo. (Getty)
Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, en Barcelona hace un tiempo. (Getty)

La vida de la familia Urdangarin de Borbón ha dado un vuelco absoluto desde aquella imputación, a finales de 2011, en la que Iñaki se convertía en el apestado de España y, de paso, de la familia real. Los cambios en sus vidas se fueron sucediendo y con ellos las mudanzas. Pasaron de vivir plácida y ‘millonariamente’ en Washington DC a volver a Barcelona, donde los insultos y el desprecio hacia la familia, en especial a los niños, hicieron insostenible el día a día.

Así que vuelta a mudarse, esta vez con cambio laboral para la Infanta incluido. Con la huida hacia adelante a Ginebra, la hermana de Felipe VI encontraba un nuevo motivo para la esperanza. Su nuevo puesto en la Fundación del Aga Khan, íntimo amigo de su padre, el rey Juan Carlos I, sería otra luz al final de ese negro túnel.

Cambio de trabajo

Porque poco a poco, la Infanta fue madurando la idea de dejar España, casi de forma definitiva, y eso pasaba por dejar de trabajar directamente para La Caixa, la entidad con la que ha estado vinculada su vida profesional desde sus inicios, allá por el principio de la década de los 90. Cansada de la ‘persecución’ de la prensa, alejada de su vida española y con un círculo de amigos y familiares cada vez más angosto, Cristina de Borbón tomó la determinación de desvincularse de La Caixa en 2018, y así se lo hizo saber a Isidre Fainé, presidente de la entidad.

placeholder La infanta Cristina, en México DF durante un acto de La Caixa de 2009. (Reuters)
La infanta Cristina, en México DF durante un acto de La Caixa de 2009. (Reuters)

El proceso fue y sigue siendo largo. Empezó, decíamos, en 2018 y no se concretó hasta diciembre de 2019. Para La Caixa suponía un peso económico, puesto que para favorecer la salida de la hija del Rey emérito debían invertir fondos en los proyectos que dirigiría, 10 en total a desarrollar en 10 años, pese a que no los iba a monitorizar la entidad bancaria catalana. Era la Fundación Aga Khan la que se responsabilizaba de todo, con doña Cristina al frente.

Foto: La infanta Cristina, en una imagen de archivo. (EFE)

Y si ya era complejo de por sí, llegó la pandemia para torcerlo todo. Lo que debía haber sido una transición de meses se ha convertido en algo que dura más de lo previsto, sobre todo para la Infanta, que sigue viajando a Barcelona con regularidad por motivos laborales. Este 2021, si todo sigue su cauce, debería ser el año en el que la hermana del Rey logre su objetivo, el mismo que se firmó el 12 de diciembre de 2019 en la junta de patronos de la Fundación La Caixa. A día de hoy, no ha habido cambios en su situación laboral y portavoces de la fundación niegan que se esté produciendo ninguna transición.

¿Navidades con Iñaki o Juan Carlos?

Los cambios, pues, llegaron para quedarse en una familia cuyos hijos ya vuelan solos a excepción de Irene, quien este año, en septiembre, empezará su último curso escolar. Mientras, su hermano mayor, Juan, vive en Madrid tras pasar un tiempo estudiando en Reino Unido, y Pablo, el segundo, se ha instalado en Barcelona, donde estudia Empresas en la European University y entrena balonmano con el Barça. Miguel, el más desaparecido de todos, vive cerca de Londres, donde cursa sus estudios.

placeholder La infanta Cristina y su padre, el rey don Juan Carlos, en una imagen de archivo (I.C.)
La infanta Cristina y su padre, el rey don Juan Carlos, en una imagen de archivo (I.C.)

Con esta situación familiar, las Navidades se antojan el momento perfecto para reencontrarse. Pero este año ha sido diferente también por la ausencia de don Juan Carlos, que reside en Emiratos Árabes desde agosto. Nadie ha podido ver por el momento a los Urdangarin al completo, lo que ha provocado ciertas suspicacias y sospechas: ¿habrá optado Cristina por viajar a ver a su padre en lugar de pasar las vacaciones con su familia política? Sabemos que ha estado en Madrid y que ha tenido tiempo de verse con su marido. Pero la ausencia de su hermana, la infanta Elena, quien sin falta acudía a la cita vasca cada año, ha aumentado los rumores.

Salidas a diario

Mientras, el futuro se presenta algo más plácido: Urdangarin podrá, por fin, disfrutar de un cambio de situación -que no de régimen penitenciario-. Se traslada al CIS Melchor Rodríguez García, en Alcalá de Henares, junto a la prisión de Alcalá-Meco. La decisión la comunicó este 30 de diciembre Instituciones Penitenciarias y podría ser recurrida tanto por el exduque como por la Fiscalía.

placeholder Vista del exterior de la cárcel de Brieva. (EFE)
Vista del exterior de la cárcel de Brieva. (EFE)

Es la primera vez que los miembros de la Junta de Tratamiento de la cárcel de Brieva han recomendado el tercer grado de forma unánime, algo por lo que la Fiscalía anunció en su momento que no recurrirá la decisión. Pero por el momento la Fiscalía Provincial de Valladolid no se ha pronunciado. Desde Instituciones Penitenciarias nos informan que una de las condiciones para que Urdangarin se acoja a su nueva situación pasa, además, por que se someta a un programa de rehabilitación de delitos económicos, una iniciativa nueva, aprobada hace escasas semanas y que se pondrá en marcha en enero. Así que el cuñado del rey Felipe VI podría ser uno de los primeros presos en participar en el proyecto. Aunque podría ser que recurra la decisión, algo que se verá con el tiempo. Mientras, el abogado de Urdangarin no ha respondido a nuestras preguntas.

Lo que sí sabemos es que él pidió el tercer grado y se lo han vuelto a revocar. "Hay que ir poco a poco", señalan desde Instituciones Penitenciarias, "no olvidemos que la Fiscalía le denegó el tercer grado hace muy poquito". Y la Fiscalía se lo denegó, precisamente, porque Urdangarin recurrió la anterior decisión de Instituciones Penitenciarias, que le ofrecía algo parecido a lo que le han ofrecido ahora, aunque menos flexible. Ahora mismo son consicentes de que un nuevo recurso podría alargar sobremanera el proceso y devolver a Urdangarin a su situación previa, es decir, a Brieva y sin tanta libertad. Veremos si le convencen las nuevas condiciones. Si así es, podrá ver a su mujer, sus hijos y su familia, muchas más veces que hasta ahora. Lo dicho, 2021 empieza con buenas noticias.

Entrar en prisión ha sido el golpe más duro de su vida, pero para una mente de deportista de élite como la suya supuso también el primer paso hacia el final. Iñaki Urdangarin vivió un largo proceso judicial -condenado además en la calle antes que en los tribunales- y entrar en la cárcel fue como ver la luz al final del túnel. Ahora, dos años y medio más tarde, ya tiene una solución: no debe volver a prisión y puede salir del centro de integración social (CIS) asignado cada día, para ir a realizar su voluntariado al Hogar Don Orione, y un fin de semana al mes, para estar con los suyos. Mientras, su mujer, la infanta Cristina, podría despejar también este año las dudas sobre su futuro laboral.

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