Máxima de Holanda a los 50: su relación con España, Letizia y la familia Borbón
La relación de la argentina con nuestro país, con la reina Letizia y con el resto de la familia Borbón ha sido cercana y estrecha desde que llegara al clan Van Oranje, hace ya dos décadas
Máxima de Holanda llega este lunes a los 50 años, una cifra redonda que en el país se lleva celebrando desde hace días. Como el concierto que se emitía este domingo por la noche y al que toda la familia acudió, vestida con sus mejores galas. Como la nueva tirada de sellos dedicados a su figura que presentaba hace unos días el servicio postal o como la entrevista que se emitirá este mismo lunes, en la que Máxima ha abierto las puertas de su despacho y de su corazón al periodista Matthijs van Nieuwkerk. Una cifra muy especial que nosotros queremos celebrar recordando esa faceta tan 'española' de la reina de los Países Bajos y su relación con nuestro país, con la reina Letizia y con el resto de la familia Borbón, que ha sido cercana y estrecha desde que llegara al clan Van Oranje, hace ya dos décadas.
Nuestro país ha sido crucial para que Máxima Zorreguieta se convirtiera en la reina de los holandeses. Porque fue en España donde conoció a su actual marido, el rey Guillermo Alejandro. Corría el año 1999. La argentina vivía entonces en Nueva York y trabajaba como vicepresidenta del departamento de mercados emergentes del Dresdner Kleinwort Benson, uno de los bancos de inversión más importantes del mundo. Su amiga del colegio Northlands, donde estudió en Buenos Aires, Cynthia Kaufmann, la invitó entonces a pasar unos días en Sevilla. Allí le presentó al heredero holandés, que no dudó en sacarla a bailar. Una biografía de la reina asegura que no fue un amor a primera vista, al menos para ella. Pero lo cierto es que, unos meses después, se estaba trasladando a Europa para convertirse en princesa.
Sea como sea, esa primera cita en la Feria de Abril les marcó para siempre. Tanto que no dudaron en repetirla 20 años después, ya acompañados de sus tres hijas, Amalia, Alexia y Ariane. Querían revivir ese primer encuentro y enseñar a sus niñas el ambiente y contexto donde se conocieron dos décadas atrás. Tanto Máxima como las princesas vistieron de flamencas, un traje con el que aún no se ha visto, por ejemplo, a la reina Letizia. Comieron, bebieron, bailaron... Se lo pasaron en grande y lo dieron todo en las casetas del Real, que en 1999 sirvieron de escenario para que el futuro de la monarquía holandesa comenzara a establecer sus bases.
Pero esa no ha sido la única visita no oficial de la pareja a nuestro país. Casi diez años después, en 2008, visitaban Barcelona, invitados por la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Las fotografías de su escapada, portada entonces de algunas publicaciones de nuestro país y de fuera de nuestras fronteras, dejaban clara la relación tan estrecha que tenía la argentina con la hija pequeña de los entonces reyes Juan Carlos y Sofía. No eran dos familias pertenecientes a la realeza que se veían porque sí: eran dos parejas de amigos que decían pasar juntos unos días con sus hijos. No había etiquetas, tampoco protocolos; solo turismo y diversión.
Meses después, Cristina y Máxima volverían a verse en una cita no oficial, aunque esta vez se uniría a ellas Letizia, entonces Princesa de Asturias. Sus diferentes agendas las habían llevado a la Ciudad Condal, donde aún residían los Urdangarin, así que organizaron una comida de chicas después de sus compromisos. Eran otros tiempos: ni las agendas eran tan apretadas como ahora ni en la relación de las dos cuñadas existía entonces una tensión irrespirable. Diferente es la que han tenido Máxima y Letizia, que sí ha durado en el tiempo. Su cercanía y complicidad se ha visto en cada una de las citas en las que han coincidido, oficiales y no oficiales. Desde la imposición de la Orden de la Jarretera a sus respectivos maridos en Windsor, los diferentes viajes de Estado que una pareja y otra han realizado hasta otros compromisos públicos en los que han coincidido. Para la historia queda ese "las princesas estamos atacadas" que atribuyen a Letizia, durante la final del Mundial de Sudáfrica que enfrentó a la Roja con la selección holandesa.
Es más, hay una anécdota que contó la própia argentina a un periodista holandés, por lo que no es una mera especulación. La boda de Federico y Mary de Dinamarca, hace ya 17 años, sirvió como presentación oficial al Gotha europeo de Letizia Ortiz Rocasolano, la prometida del príncipe Felipe. Allí coincidió con las otras consortes, como ella, también plebeyas: Matilde de los belgas, Mette-Marit, la propia Máxima y Mary de Dinamarca. Se dice que hicieron muy buenas migas y se hacían llamar el Club M, por las iniciales de casi todos sus nombres. Pero esta amistad entre princesas plebeyas se fue diluyendo en el tiempo: la única con la que la reina Letizia mantiene a día de hoy una muy buena amistad, siempre teniendo en cuenta el contexto y las circunstancias, es con Máxima.
Esa relación se puede extender también tanto a la familia Borbón como a los Van Oranje. Para ver otra muestra de la cercanía tenemos que volver a la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Corría el año 2017, por lo que las circunstancias no eran especialmente favorables para los que fueran duques de Palma. Ya se había conocido la sentencia penitenciaria para el exjugador de balonmano por el caso Nóos, pero aun así, la pareja estuvo invitada al 50º cumpleaños el rey Guillermo Alejandro. Ellos prefirieron declinar la invitación a una velada en la que demasiadas miradas estarían sobre ellos. Quienes sí acudieron fueron los Reyes, con una Letizia impresionante que se impuso de su color, el rojo, y como una auténtica celebrity.
Cristina e Iñaki no han sido los únicos a los que los holandeses han 'indultado'. Hace unos meses, descubrimos que el propio monarca naranja seguía teniendo en su despacho una fotografía del rey Juan Carlos, a pesar de que había sido desterrado del de su propio hijo por los diferentes escándalos que había protagonizado. Pero también la princesa Beatriz, suegra de Máxima, ha sabido cuidar la relación con los Borbón. No quiso ni pudo faltar al funeral que la familia real celebró por la infanta Pilar en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, dejando clara la cercanía que ya existía entre las dos casas reales y que ahora han perpetuado sus actuales representanes femeninas, Letizia y Máxima, reinas y amigas.
Máxima de Holanda llega este lunes a los 50 años, una cifra redonda que en el país se lleva celebrando desde hace días. Como el concierto que se emitía este domingo por la noche y al que toda la familia acudió, vestida con sus mejores galas. Como la nueva tirada de sellos dedicados a su figura que presentaba hace unos días el servicio postal o como la entrevista que se emitirá este mismo lunes, en la que Máxima ha abierto las puertas de su despacho y de su corazón al periodista Matthijs van Nieuwkerk. Una cifra muy especial que nosotros queremos celebrar recordando esa faceta tan 'española' de la reina de los Países Bajos y su relación con nuestro país, con la reina Letizia y con el resto de la familia Borbón, que ha sido cercana y estrecha desde que llegara al clan Van Oranje, hace ya dos décadas.