Máxima de Holanda habla por primera vez de Alexia y su vida en el internado de Gales

Tres días en Noruega han dado para mucho. Máxima y Guillermo de Holanda han llevado a cabo una apretada agenda en el páis nórdico en la que no ha faltado una cena de gala con un auténtico duelo de quilates, actos oficiales y, como es costumbre, un encuentro con la prensa para finalizar su viaje. En él varios periodistas aprovecharon para preguntar a los reyes de los Países Bajos por sus dos hijas mayores, ya que son los miembros de la familia real que tienen actualmente una vida completamente diferente, por lo que Máxima ha hablado por primera vez sobre la estancia de Alexia en el internado de Gales, el UWC Atlantic College, en el que coincide con Leonor.

Y es que la estampa de la vida en Huis ten Bosch, la residencia oficial de Guillermo y Máxima en La Haya, ha cambiado mucho de unos meses a esta parte. De la rutina que tenían hasta el pasado junio, con sus tres hijas asistiendo a clase y ellos dedicados a sus actividades institucionales, han pasado a ser solo cuatro, ya que Alexia se marchaba a Gales a finales de agosto para estudiar el Bachillerato Internacional. Pero, además, también hay que eliminar a Amalia de esa ecuación de antiguas rutinas, puesto que desde hace unos meses disfruta de un año sabático.

Este punto era el primero que la prensa abordaba y que Guillermo y Máxima respondían: "Ha conocido a mucha gente nueva y ha aprendido mucho. Y eso es exactamente lo que queremos, porque cumplirá dieciocho en diciembre y no es que de repente seas un adulto. Es todo un proceso. El año sabático la ayuda a ver cosas que de otra manera no vería. Estamos muy orgullosos de ella y de cómo maneja eso, de manera muy independiente". Unas palabras que el monarca quiso matizar: "Es una especie de pasantía, un pasatiempo y con el que trabaja en sí misma para poder comenzar sus estudios con más confianza el año que viene".

Precisamente, la mayoría de edad de Amalia es algo en lo que están puestos todos los ojos de la Casa Real y la prensa holandesa. El próximo 7 de diciembre supondrá un antes y un después para la heredera, ya que prácticamente nada más alcanzar los 18 años comenzará su vida oficial. Lo hará al día siguiente, el día 8, cuando será presentada por su padre al Consejo de Estado, en el que además la princesa tiene un puesto en dicho organismo "por derecho" desde su decimoctavo cumpleaños, tal y como establece la Constitución holandesa.

La cita será en el salón de baile del palacio Kneuterdijk, en La Haya, y por supuesto también estará presente su madre, la reina Máxima. Escucharemos por primera vez a Amalia ofreciendo un discurso, uniéndose así al resto de herederas y princesas que ya se han estrenado hablando en público. Será un momento muy emocionante para toda la familia del que también el rey Guillermo quiso hablar ante los periodistas desplazados a Noruega: "Amalia lo encuentra muy emocionante, por supuesto. Yo también pensé eso cuando cumplí dieciocho, así que puedo entender muy bien cómo se siente y trataré de guiarla lo mejor posible".

Alexia, encantada

También todo fueron buenas palabras con respecto a la vida académica de Alexia en el Atlantic College de Gales. Por supuesto, ni una mención a las fotografías de su hija que aparecieron en redes celebrando la Queer Week del centro. Ni por parte de los propios reyes, ni por parte de la prensa, obedeciendo a ese acuerdo -o más bien obligación- que tienen los periodistas de respetar la vida privada de Amalia, Alexia y Ariane. Parece que, salvo este hecho, Máxima y Guillermo están encantados de cómo le está yendo la experiencia tan lejos de casa.

Según la pareja, Alexia está disfrutando intensamente de su estancia en el internado de Gales, aunque al principio le costó un poco adaptarse a la vida estudiantil y lejos de las comodidades de palacio: "De repente tuvo que lavar la ropa ella misma, cocinar y además seguir toda la educación en inglés; así que también le causó mucha tensión al principio. Pero con mucha concentración ella puede hacer todo".

Ya contamos en este portal que la disciplina en el Atlantic College no era precisamente fácil, con horarios muy estrictos y compartiendo habitación y baño con varias personas. Una situación completamente alejada de la vida en Huis ten Bosch, donde la princesa tiene todas las comodidades y goza de una libertad ilimitada, otorgada por sus propios padres, que siempre han dicho que sus hijas tienen que equivocarse y aprender por ellas mismas. Pero parece que, a juzgar por las palabras de Máxima y Guillermo y a pesar de lo diferente que es su nueva vida, a Alexia no le está yendo nada mal.