Kate, Guillermo y un posible cambio de vida en mente por el bien de la monarquía
Un posible cambio de residencia de la pareja podría resultar un movimiento estratégico para la monarquía, que estaría preparándose para cambios importantes
Demasiadas polémicas y tristes contratiempos rodean en los últimos meses a la familia real británica: la marcha de los Sussex, las acusaciones de abuso sexual al príncipe Andrés, la muerte del duque de Edimburgo, los problemas de salud de la reina Isabel II... La institución se va quedando sin miembros activos firmes y duraderos y parece necesaria una reorganización que impulse de nuevo con fuerza su buena imagen y perpetuidad.
Kate Middleton y el príncipe Guillermo se han convertido, en este sentido, en dos personas muy valiosas para la monarquía. Su imagen permanece impoluta y ambos reman a favor de la reina y de la institución sin permitir que se abran fisuras incómodas en su cometido
El duque y la duquesa de Cambridge dividen actualmente su tiempo entre su casa en Londres, el palacio de Kensington, y su casa de fin de semana, Amner Hall, en Norfolk. Pero según ha informado una fuente a 'The Telegraph', el matrimonio estaría planeando un cambio de vida junto a sus hijos que pasaría por mudarse de residencia e irse a vivir a Windsor. Según dicha fuente, lo ven como "el lugar perfecto" para criar a sus hijos George, Charlotte y Louise. "Se mudarán a Berkshire y comenzarán una vida tranquila en el campo" porque reconocen que en "esta etapa de su vida, los suburbios tienen mucho sentido".
El rumor resuena desde hace días y la fuente consultada por el medio británico refuerza la información de que tienen sus ojos puestos en Fort Belvedere, una casa con una torre hacia el extremo sur de Windsor Great Park, donde el rey Eduardo VIII, el tío de la reina, firmó sus documentos de abdicación en 1936.
Esta mudanza, que acercaría a la familia tanto a la reina como a los padres de Kate, que viven en Bucklebury, podría ser la señal más significativa hasta el momento de que la pareja se está preparando para asumir un papel mucho más importante en el seno de la familia eal, tal y como afirman los expertos en realeza británica en 'Daily Mail'.
Para los Cambridge podría resultar cómodo, ya que podrían viajar de Windsor al oeste de Londres en solo 25 minutos con escolta.
No solo la reina, que durante años usó Windsor como residencia de fin de semana y que ahora podría estar pensando en instalarse permanentemente allí, estaría más cerca de ellos. Muchos otros miembros de la realeza han convertido Windsor en su hogar. Harry y Meghan hicieron de Frogmore Cottage su base en el Reino Unido antes de mudarse a los EEUU. Su casa ahora está alquilada a la princesa Eugenia y su esposo Jack Brooksbank.
El Príncipe Andrés y Sarah Ferguson también tienen su sede en Royal Lodge, en Windsor, mientras que el Príncipe Eduardo, Sophie Wessex y sus hijos viven en Bagshot Park, a solo 17 kilómetros de distancia.
Windsor también está a apenas 50 kilómetros de Chapel Row, donde la familia Middleton tiene su residencia, Bucklebury Manor.
La hermana de Kate, Pippa, su esposo James Matthews y sus dos hijos también tienen una casa en el pueblo.
Si los Cambridge se trasladan a la zona, podría resultar un movimiento estratégico y práctico de cara a una posible reorganización pensando en el futuro de la monarquía, que podría estar preparándose para cambios importantes en los próximos años.
Una fuente reveló recientemente en 'Daily Mail' que Anmer Hal, la casa de fin de semana de los Cambridge, "tenía sentido cuando Guillermo era piloto de helicóptero en East Anglia y era útil para las Navidades en Sandringham, pero en realidad ya no funciona. Está un poco lejos para viajar los fines de semana, En cambio, Windsor parece perfecto. Están buscando opciones en la zona".
Tras la muerte del duque de Edimburgo el año pasado, sin duda también sería un impulso para la reina tener a los Cambridges cerca. La relación de Isabel II con su nieto y la esposa de este es muy cercana.
Demasiadas polémicas y tristes contratiempos rodean en los últimos meses a la familia real británica: la marcha de los Sussex, las acusaciones de abuso sexual al príncipe Andrés, la muerte del duque de Edimburgo, los problemas de salud de la reina Isabel II... La institución se va quedando sin miembros activos firmes y duraderos y parece necesaria una reorganización que impulse de nuevo con fuerza su buena imagen y perpetuidad.